Los caminos de Chacabuco siempre fueron motivo de reclamos

El mal estado de los caminos rurales del partido de Chacabuco es un tema de viejísima data. Muestra de ello es que ya en 1896 una publicación de la época reclamaba a viva voz 'que se compongan seriamente las carreteras que nos hacen comunicar con Chivilcoy, Bragado, Salto y Junín, que no podrían estar peor'.
Pero había un problema anterior al estado de la incipiente red vial, motivado en que su trazado no siempre se respetaba. Por el contrario, en aquellos tiempos de finales del siglo XIX se contaban numerosos conflictos ante la actitud de terratenientes de cerrar los caminos que cruzaban por sus campos, o no respetar la disposición del Código Rural, sancionado en 1866, que establecía que las carreteras debían tener un ancho de 50 metros.
El profesor Oscar Melli pone como ejemplo una denuncia realizada en septiembre de 1877 por Luis Saavedra, que consignaba que colonos de campos de Vázquez Diez y Sucesión Michel, en el Cuartel II, habían 'destruido completamente los caminos vecinales y municipales que cruzaban dichos campos'. También menciona que en 1896 el propio Ministerio de Obras Públicas provincial informó a la Municipalidad la intervención de su Departamento de Ingenieros para que se restablezca el trazado y el ancho de 50 metros en los caminos a Chivilcoy, Mercedes y Rojas, que habían sido afinados.
A mediados de ese mismo año, el dueño de un almacén de ramos generales había denunciado ante la Justicia de Paz que el coronel Carlos Sarmiento había cerrado por completo el camino general a Rojas. En su defensa, el militar afirmó que cumplía a rajatablas con el trazado dispuesto por el Departamento de Ingenieros. Además, atribuyó lo ocurrido a un error de un funcionario municipal, de apellido Puig, al que acusaba de actuar por intereses particulares, ya que estaba vinculado a una pulpería que había en los alrededores, en la cual se daban cita 'ebrios y vagabundos' que se reunían hasta 'altas horas de la noche' y carneaban y robaban sus haciendas.
Contrapuntos como estos se producían en forma recurrente en aquellos tiempos. Hacia fines de ese siglo, los caminos de mayor importancia eran el que unía a Chacabuco con Chivilcoy, con puentes sobre las cañadas de los Peludos y Chivilcoy, en cuyo trayecto había cinco pulperías; y el que iba de Chacabuco a Junín, que tenía un puente en la laguna El Carpincho.
También estaba el camino a Bragado, que no tenía puente para cruzar el río Salado, y el de Chacabuco a Salto, que contaba con un servicio de galeras. Otros caminos muy transitados eran el que iba a Mercedes, que corría paralelo a las vías ferroviarias; el de Chacabuco a Rojas, y los de Rawson-Salto y Castilla-Carmen de Areco, que eran utilizados por diligencias, galeras y carruajes.
En 1896, el Ministerio de Obras Públicas ordenó al Departamento de Ingenieros la realización del plano y presupuesto para la construcción de un puente sobre el Salado, para facilitar la comunicación con Bragado.
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