'Creo en el diálogo y la unidad partidaria pero no le temo a una interna'

El Comité Alem se encuentra en una etapa de poca actividad. Lisandro Herrera -su presidente hasta el mes de octubre- asegura que 'no hay un contexto político y social que acompañe la celebración de elecciones internas' aunque 'habrá una contienda si es necesario'. Para el expresidente del Concejo Deliberante, 'lo que al radicalismo le está faltando es utilizar el tiempo mejor, potenciar sus cuadros políticos y hacer política en la calle'. En diálogo con Chacabuco Bisemanario también se refiere al posicionamiento de los senadores que acompañaron la Ley Bases, la figura de Lousteau y sus aspiraciones políticas.
-¿Qué tan lejos o cerca estás de la postura de Martín Lousteau en el Senado? ¿Qué opinás de los radicales que votaron a favor de la Ley Ómnibus?
-Como radical tengo que contextualizar, no puedo desconocer que hay una desestabilización política que incluye al partido clásico. Todo sistema que tenía cierta organización, cierta forma de articular con los tiempos políticos se desgastó y está sufriendo el impacto electoral. Llegó todo muy rápido y no hubo tiempo suficiente para discutir un montón de cuestiones. Al radicalismo le falta siempre explicar bien las cosas a su propio electorado, que en su mayoría claramente en un balotaje eligió las ideas de Milei, ahí se empiezan a confundir las cosas. Si queremos recuperar el radicalismo clásico que nos dio razón de ser hay que explicarle al electorado cuál va a ser nuestra función y nuestra postura frente a un montón de cuestiones y por qué es así. Pero si ni siquiera damos esa discusión y lo único que hacemos es ir al recinto a votar a favor o en contra de una u otra ley de acuerdo a un termómetro electoral, estamos equivocados, porque es algo que ya se juzgó. Y Lousteau ahí tiene una gran responsabilidad porque es el presidente del Comité Nacional, tengo que pensar que hay un juego individual que no aprecio ni acompaño. Más allá de que no pertenezco a Evolución, que es su espacio interno. Y no desconozco que hay una interna que se está dando en estas horas y se refleja en todos lados. Eso es lo que me distancia. No sé si es una figura representativa de todo el radicalismo. Pero sí es un presidente legítimo. Se corta solo en un montón de cuestiones, debería llamar a un entendimiento, un debate interno para formar postura. Pero estoy cerca de él cuando plantea una emergencia presupuestaria universitaria para que la Ley Bases contemple la educación, cuando plantea volver a tener el Fondo de Incentivo Docente, y otras cuestiones que uno como radical acompaña.
-¿Qué ofrece el radicalismo a sus afiliados, simpatizantes y a la ciudadanía en general en este contexto?
-La razón de ser del radicalismo no es ser oposición y punto. Hoy al peronismo eso lo beneficia porque está en contra de Milei por estar en contra. El radicalismo está obligado como partido tradicional a ser una alternativa concreta. Y hoy parece no encontrar ese camino. Lo que tiene que hacer justamente es unificar criterios y entender la nueva dinámica política. Lo venimos diciendo hace tiempo. Parte de eso, es utilizar el tiempo mejor, potenciar sus cuadros políticos y hacer política en la calle. Eso nos está faltando.
La gente quiere sentido común, los radicales a veces tenemos una forma de abordar la política en un microclima en el que no está la sociedad. La gente quiere que se atiendan las cosas cotidianas y comunes. El radicalismo ahí tiene mucho por descubrir y por ganar. Yo digo que hay un efecto colateral acá, y que de todo momento crítico siempre surge una oportunidad. Hoy la sociedad volvió a abrazar el rechazo a la forma tradicional de hacer política, porque entienden que el pueblo fue abusado, saqueado. El radicalismo tiene mucho para tomar nota. Más allá de que nos metan en la misma bolsa del fracaso.
-¿Qué etapa transita el radicalismo local? ¿dónde te encuentra?
-Hoy el partido no tiene una actividad plena, pero está acompañando a su bloque de concejales, tomando temas políticos que no toma el bloque. Está fijando posiciones que a nivel provincial y nacional no toma, y sería bueno que lo haga. Ejemplo de ello es la posición respecto al juez Lijo. También se está trabajando en la formación de militantes. Con clara intención de unidad, y esperando que se resuelva de igual forma a nivel provincial.
A mí me encuentra apoyando todas estas iniciativas, la idea de unidad. Creo firmemente en el diálogo y la unidad partidaria, pero tampoco le temo a una contienda interna. Ni lo dramatizo. No me gusta especular con nada. Me parece un bien colectivo que no haya elecciones internas, no hay un contexto político social que acompañe. Estoy dirigiendo la orquesta con objetivos bien claros y mucho optimismo.
-¿Tenés aspiraciones de continuar presidiendo el partido?
-No tengo intenciones de seguir siendo presidente, sí de que haya una verdadera renovación, eso habla bien de la clase dirigente, que debe fomentar la participación política. Voy a apoyar la renovación y el cambio. No dudo que va a haber gente capaz, renovada, jóven, que va a poder encarar un nuevo período. Hay que bajar los egos y entender que uno es la resultante de mucha energía partidaria, que siempre estuvo acompañando.
-¿Vas a participar de las legislativas 2025?
-Me puse a trabajar desde que comenzó el año en un proyecto que verá la luz más adelante, que tiene que ver con volver a la política en algún momento si la política requiere de mí, si tengo el acompañamiento, porque las ganas están intactas. Pero ya con un proyecto que colme varias expectativas, no me interesaría volcar lo mío a una construcción meramente personal, de ocupar una banca porque sí, me movilizan otras cosas. Quiero empezar a discutir un Chacabuco distinto, cuestiones estructurales de mi ciudad, de desarrollo, bienestar, medioambiente, calidad de vida. Sueño con eso. Quiero ir en busca de una identidad local, y me volvería a comprometer con eso. Cuando termine de redondear ese proyecto, lo voy a presentar a la comunidad.
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