'Cuando los radicales vayamos a votar tenemos que descartar la boleta de MIlei'

A cuarenta años de la recuperación democrática, el radicalismo discute internamente si apoyará o no a un candidato que pone en dudas los consensos básicos que permitieron transitar estas cuatro décadas de democracia. Para el militante radical, Dr. Carlos Costa, 'el partido hoy se plantea seriamente si continuar o no en esta alianza de Juntos y es positivo, porque es un partido con 5 gobernadores, centenares y tiene la posibilidad de rearmarse sobre ideas y dejando de ser furgón de cola'. En ese sentido, sostiene que 'cuando los radicales vayamos a votar tenemos que mirar la boleta de Milei y obviamente descartarla'. 

-¿Cómo viviste estos cuarenta años como militante radical?¿Cuáles son las deudas de la democracia?

-Son las que mencionaba Alfonsín sobre el final de su vida, cuando se sentía frustrado respecto a que no se había podido dotar a la democracia de sentido social. Pensaba que la idea no se agotaba en poder elegir libremente a quienes nos representan sino además, asegurar con este sistema que con la democracia se come, se cura, se educa. Hoy vivimos en un país con un 60% de los chicos en la línea de la pobreza. Yo tenía ocho años cuando Alfonsín era candidato a presidente, y todo era alegría, y el país estaba unido, teníamos en común la decisión y la necesidad de dejar atrás para todos los tiempos esa forma de gobernar autoritaria que tanto nos había costado. Caminamos a consolidar la democracia, y cuarenta años después nadie pone en duda que -aunque es perfectible y no satisface todo- es la mejor.  

Creo que con Alfonsín se nos fue una forma de pensar la política, fue uno de los pocos que pensaba que no había que seguir a los hombres sino a las ideas, es la muerte de los ideales. 

-Cuarenta años después, y teniendo en cuenta la posición del partido en la última elección, ¿qué creés que quedó del radicalismo de Alfonsín?

-Prácticamente nada. Se lo usa como una bandera que se levanta a los efectos de no sentir culpa. Traicionan a su persona, sus ideas. Y otros por conveniencia. Hablan de Alfonsín y hacen lo contrario de lo que él hubiera hecho. Pero mucha gente no vota por ideales. 

-¿Por qué creés que el radicalismo local volvió a sus marcas de años anteriores? Si uno compara el padrón electoral, los votos que sacó Alejo Pérez son los mismos que consiguió Diego Rodrigo en el 2003… 

-Lo que paso fue Víctor Aiola. Si bien es cierto que Juntos sufrió un embate, no menos cierto es que en otros distritos donde el frente salió a trabajar, se han podido conservar los Municipios. A la UCR no se le ha permitido muchas de las cosas que hizo Aiola, quizás a otros partidos se les permita. Aiola hizo cosas que la sociedad no le permite a la UCR. Ese manto de sospecha y actos de corrupción ha llevado a parte del electorado a tener una desconfianza tal que bajó estrepitosamente la intención de seguir acompañando este proyecto. Pero tampoco le quito valor al trabajo que hizo Golía como candidato y seguramente a sus años de gestión. Son varios factores. 

-¿Por qué creés que miembros de la conducción, a sabiendas de que se iban perdiendo los lineamientos con los que habían llegado al Gobierno, no se plantaron?

-Hubo una sumisión. Aiola es un tipo con una personalidad manipuladora, y muchos funcionarios han caído y muchos siguieron -antes de la caída del poder de Aiola- soportando su forma de ser para seguir estando ahí. Esa necesidad no económica sino de pertenecer a un grupo que tiene el honor de gobernar la comunidad. O es el dinero o es la sensación de poder. No se explica de otra manera. No he conocido a nadie que estuviese con Aiola que haya tenido la convicción de estar acompañando a un hombre que sostenía una política que lo convencía. Ni un solo funcionario. Señal de eso va a ser que cuando Aiola el 11 de diciembre cuando deje de ser Intendente, va a estar solo. No ha hecho ningún vínculo con sus funcionarios. El 11 de diciembre va a despertar en una soledad extrema en términos políticos. Triste, solitario y final. 

-¿Está fecha encuentra al radicalismo todo junto o los respaldos a la lista de Milei les ha provocado un sacudón?

-Creo que al partido le viene bien la crisis de Juntos por el Cambio, que se origina por el apoyo de Macri a Milei. El partido hoy se plantea seriamente la continuidad de esta alianza en los términos que fue formulada. Y es positivo, porque es un partido con cinco gobernadores, más de cien intendentes y tiene la posibilidad de rearmarse sobre ideas y dejando de ser furgón de cola. Las crisis son oportunidades.

-¿Cómo imaginás la reconstrucción del partido?

-Tiene que aggiornarse manteniendo las banderas de las ideas, volver a reconstruir desde esas bases. Y siendo muy cautos. La nación necesita que volvamos como en aquel 83, a reencontrar un camino de una vez por todas y formalizar acuerdos básicos que nos permitan avanzar. Cuando los radicales vayamos a votar tenemos que mirar la boleta de Milei y obviamente descartarla.