'De la realidad a la pantalla': el comienzo del cine en Chacabuco

Como sigue ocurriendo hasta la actualidad, la historia del cine en Chacabuco está relacionada con lo que hicieron en esa materia las sociedades de socorros mutuos española e italiana. Pero hay una prehistoria, que comienza con los primeros años del siglo XX, cuando las poblaciones de campaña eran recorridas por cinematografistas andantes que brindaban 'vistas' al aire libre o en salones de confiterías u otros negocios.

También hubo un precursor local, llamado José Pontirolli, dueño de una confitería llamada La Central, en la que además de venderse masas, bombones y caramelos se realizaban banquetes y festejos sociales y familiares. Entre septiembre y las primeras semanas de octubre de 1905, Pontirolli hizo las primeras proyecciones de películas breves. Debió interrumpirlas a mediados del segundo de esos meses, pues la llegada de la iluminación eléctrica obligó a hacer algunos cambios en las instalaciones.

La posta la tomó don Fernando Bustos, dueño de otra confitería, que el 29 de enero de 1906 inauguró un 'biógrafo', así se le decía, en su establecimiento. 'Es la vida transportada de la realidad a la pantalla', comentaba con alborozo un artículo sobre la inauguración publicado por el periódico El Mentor. La nota daba cuenta de la magia que representaba el cine, aún con las limitaciones técnicas de esos primeros tiempos, pues las películas eran sin sonido y en blanco y negro.

El debut de las proyecciones cinematográficas en la sala de la Sociedad Italiana fue el 20 de septiembre de 1906, en ocasión de un festejo garibaldino. En tanto, la Sociedad Española inició sus funciones de cine en 1908. El estreno estaba anunciado para el 2 de agosto de ese año, pero debió suspenderse ya que el operador no consiguió poner en funcionamiento el equipo proyector recientemente adquirido.

Hacia 1909 había tres confiterías de Chacabuco que ofrecían funciones de biógrafo. Ellas eran el salón Ideal, que estaba en avenida Alsina y Rivadavia, al lado de la confitería Sin Nombre; el café Colón, de Pedro Francesch, que proyectaba películas en los entreactos de espectáculos de teatro y zarzuela, y el Salón Internacional, de Fernando Bustos, situado en la avenida Alsina.

En 1913, también se exhibían películas en otros dos salones, el Radium y el París, cuyas funciones intercalaban filmes cómicos, cortometrajes y dramas.

Por esos años también se inauguró una nueva modalidad de espectáculos, conocidos como veladas cinematográficas-musicales. En ellas, las proyecciones de cine muda contaban en paralelo con interpretaciones de un conjunto musical que integraban unos hermanos de apellido Valsagiácomo.

El profesor Oscar Melli menciona entre los pioneros del cine chacabuquense a Pedro Francesch, Constantino Parmigiani, Ernesto Vercelletti y Enrique Piszelli.

BISEMANARIO CHACABUCO.