'El estallido del 2001 fue por el corralito, no por solidaridad'

Por Alejo Dentella

La vecina Jaquelina Anapo dejó Chacabuco hace treinta años para estudiar sociología. Mientras regresa 'de a poco' a su ciudad de origen, destaca la importancia de la identidad y las raíces culturales. En está entrevista analiza la situación social y política en Argentina, las diferencias con la crisis de 2001 y asegura que 'la composición social en nuestro pais ha cambiado'. Además, expresa su preocupación por la falta de liderazgo y visión política en el kirchnerismo, y destaca la necesidad de debatir y discutir dentro del partido para encontrar una salida a la crisis y una alternativa a Milei. 

-¿Por qué los jóvenes se van a  'hacer la Europa" y pero en su mayoria regresan a remarla a la Argentina?

-Yo soy partidaria de la identidad. Uno termina volviendo a su barrio, a los orígenes, a la fraternidad, a esos códigos de la cultura propia. Inevitablemente uno termina volviendo a eso. Lo expolo, yo me fui a la plata, después a Buenos Aires, hace casi 30 años que me fui de Chacabuco y sin embargo, estoy volviendo, de a poco. En la juventud uno tiene proyecciones pero luego hay que ver qué se materializa y se concreta. Después empezás a valorar otras cosas: la identidad, el vecino, las redes reales. Los que se van terminan volviendo a la Argentina, primero porque es hermosa aun con todos sus vaivenes, podemos armar un estallido y estar bailando tango en el medio del estallido, la verdad que tenemos esos antagonismos propios de nuestra cultura.

-¿Cómo logramos abstraernos de esa realidad tan fuerte como convivir con indices de pobreza superiores a un 50 por ciento?

-Creo que uno lo termina pensando y discutiendo en distintos contextos, si uno se sitúa en el 50% puede ir analógicamente al 2001 y hacer esa comparación. Entre el 2001 y en ese principio del siglo XXI a hoy tenemos un alto crecimiento de individualismo, que posibilitaron las redes. El Estado benefactor que surgió desde el 2003 -está es mi subjetividad- género esa autoestima, esa revaloracion, ese reposicionamiento de la subjetividad, de confiar en uno mismo. Entonces hubo todo un nuevo tejido social que se sostuvo a partir del 2003, con el crecimiento de las redes, con el crecimiento de los medios de comunicacion y con el crecimiento económico. Pero por otro lado, eso  dio pie a potenciar el individualismo, a hacer una lectura individual en vez de hacer la lectura colectiva, se desarrolló mucho esto de 'no analizo la conciencia, no me pongo a pensar socialmente'. Entonces 'yo me voy a Europa, yo viajo, yo crezco, yo compro mi television, yo cambio de modelo de auto'. Era todo individual, y eso permitió un ensimismamiento de protagonismo, nunca hubo una lectura colectiva de las politicas de gobierno, no se generó conciencia de clases. 

-¿Qué ves en la Capital Federal? ¿Cómo está el ánimo de la gente? 

-Es la Ciudad Autónoma -que peleó por ser autonoma- es una ciudad totalmente clasista. Es donde tenés un termotro de lo que pasa en el país. Yo soy regente de la escuela Tecnica Industrial Nº 1, donde tenes una población totalmente heterogénea en lo económico, social,  y culturalmente, y estoy a cuatro cuadras de la casa de gobierno. Las políticas que está llevando adelante Jorge Macri, son muy similares a las que está llevando el Gobierno nacional, saca a la gente de la calle, les quita hasta lo precario que pudieron armarse. Es totalmente deshumanizado el gobierno desde mi punto de vista. Lo ves cuando vienen los papás de los pibes a decirte 'profe, ¿puedo dejar de mandar a mi hijo a educación física? los sábado no tengo la SUBE, entonces el costo del pasaje es otro y no lo puedo pagar porque me quedé sin trabajo'. Ves muchísimos pibes que ahora te están pidiendo quedarse un poco más para la vianda, y que la fetita de jamón y queso es transparente. 

-Hubo un gran golpe al bolsillo de un sector de la sociedad que ya venía castigado, ¿vos podes observar que ese sector no reacciona?

-La escuela es la segunda familia. Y si uno pone un ojito más allá de lo administrativo, de lo pedagógico, de lo académico, podés percibir obviamente que hay algo que está roto. Y estamos para hacer esas lecturas en la conducción de la escuela, lo ves y lo sentís. Lo que creo es que más allá de que sí existe esta gente que está cayendo, hay un sector importante que sigue manteniendo cierta esperanza. Lo que es cierto, es que la gran ciudad te permite tener otras estrategias de supervivencia.

-¿Te asombra la paciencia de distintos sectores?¿cuánto margen le queda a la clase media?

-En una cena con amigos lo debatía con mi marido y otras parejas, no sé si se va a dar la eclosión que uno puede esperar como sucedió en el 2001. En ese momento la gente salió por el corralito, no por los que estaban caídos fuera del sistema. 

En otro contexto o en otra situación, uno hubiese esperado que las cosas hicieran más ruido. Tampoco está bueno lo del estallido social, pero hablaban de la casta y la casta terminó siendo el sector trabajador o clase media. La brecha social se abrió mucho más, las desigualdades crecieron. Cuando a un sector de la clase media se le está terminando la paciencia, va a llegar otro tipo de acuerdo por vía institucional, otro gobierno, otra transacción o intercambio que va a permitir un pasaje sin una crisis.   

-Desde que asumió Milei se plantea la teoría del helicóptero pero, como decís, la composición de la argentina es otra, ¿es un error?

-Las necesidades y la etapa previa a la gesta del 2001 también era otra. Este, como decíamos, es un terreno propicio para el individualismo. Estuvimos doce años donde claramente se puso el énfasis e hincapié en el rol del Estado, la intervención, la injerencia para llevar políticas que puedan ser redistributivas. Generar otro posicionamiento en los sectores sociales es fundamental, el tema es qué tipo de posicionamiento se genera.

-¿Qué hay del otro lado de Milei?

-Del otro lado no se ve la luz. Sinceramente, se ve a un sector de la militancia pensando fuertemente en la figura relevante que tiene el kirchnerismo, es Axel Kicillof. Por mi parte, no logro tener una figura que diga 'es por este lado'. Parece que tuvimos dos personas tan fuertes, tan visionarias políticamente, tan estrategas como fueron Néstor y Cristina que no podría pensar quiénes pueden llevar adelante esta bandera. En el interior del partido nos falta mucha discusión y debate, y pensar de verdad cómo salimos de esta.