'El Gobierno provincial y local apuestan a la educación, el trabajo y la cultura'

La Argentina atraviesa un momento de profunda tensión social, con una creciente precarización de la vida cotidiana, un aumento del desempleo y una marcada ausencia de políticas sociales por parte del Gobierno nacional. Así lo entiende el psicoanalista y concejal Fernando Lescano, quien en diálogo con Cuatro Palabras asegura que 'el Gobierno local como también el gobierno provincial van en dirección contraria, apuestan a la educación, a la vivienda, al trabajo y la cultura, al estado presente'. 'A nuestro intendente Darío Golía nunca se lo escucha criticar ni ofender a nadie, eso es un plus a la hora de generar comunidad, es el mejor ejemplo de poner el cuerpo de la buena manera', dice. 

-¿Qué cosas ves que te están preocupando? 

-La vida cotidiana de un número amplio de personas se precarizó. Los adultos mayores tienen jubilaciones magras, el desempleo está creciendo sin pausa, la capacidad monetaria para afrontar las demandas de quienes tienen trabajo mermó y las políticas sociales del Gobierno nacional están totalmente ausentes para acompañar o atemperar esos cambios. No hablamos de subsidios o planes, sino de educación, trabajo, vivienda y salud, que constituyen las políticas sociales constructoras. Las mitigadoras, donde entran las ayudas alimentarias y de otra índole fueron erradicadas de plano, sin contemplar que también a través de ellas se constituyen lazos comunitarios para abordar otras problemáticas. Los efectos son múltiples. Si los proyectos de vida singulares, familiares y comunitarios son erosionados, los sufrimientos y problemas se complejizan en número y dificultad.

-¿Cómo se convoca a 'poner el cuerpo' a este estado de tensión?

-Si bien es importante tener presente que el deseo es lo que se hace. Poner el cuerpo tiene que estar mediatizado por el cuidado de sí mismo y del otro. Porque también se escucha un empuje al sacrificio. Donde bajo las mejores intenciones nos ponemos en peligro. El fin no justifica los medios. Tenemos que tener muy en claro que existe un Gobierno nacional que para maximizar las ganancias de unos pocos no tiene ningún empacho en reprimir violentamente o desalentar la disconformidad de distintos sectores. Es un gran desafío articular el descontento y convertirlo en acción sin que poner el cuerpo se trate un exceso que termine poniendo la vida en juego. 

Lo que no se puede negociar es que la libertad para manifestarse esté limitada. 

-El miércoles un grupo de manifestantes golpeó a un supuesto infiltrado. Resultó ser un trabajador que se había autoconvocado, ¿Nos están enloqueciendo? ¿Estamos en un estado de desquicio que nos empuja a comportarnos así? 

-La sospecha de que el otro es malo la promueve el propio presidente con sus discursos de odio. Y es una realidad que fue una marcha llena de infiltrados entre los manifestantes. Infiltrados que respondían a distintas fuerzas de seguridad como quedó de manifiesto en videos que la prensa y  los concurrentes hicieron circular. Ese tipo de accionar de parte del estado nacional, enrarece el clima social. El fin, desacreditar la protesta con métodos que ponen a los ciudadanos en situaciones de violencia.

-¿Creés que es un tiempo de ruptura?¿Qué pasa con la grieta? ¿Cómo se puede ser insensible frente a la violencia contra un jubilado o un fotógrafo al que casi matan?

-No sé si hay grieta o ruptura. Hay distintos intereses. Es parte de la estrategia gubernamental hacernos creer que todo está perdido en relación a la solidaridad. Hay un sector que está anestesiado como defensa, todavía no fue afectado y quiere seguir creyendo en Milei. Desmiente sistemáticamente, ayudado por los medios oficiales, de que la realidad de muchos argentinos es muy difícil. Otros están perplejos sin capacidad de reacción por la situación personal y se encuentran más preocupados por encontrar una solución.

-¿Cómo contiene Chacabuco tantas peripecias vinculadas a la salud mental en este tiempo?

-El Gobierno local como también el gobierno provincial de Axel Kicillof van en dirección contraria. Apuestan a la educación, a la vivienda, al trabajo y la cultura. El estado presente. Acompañando. Nuestro intendente Darío Golía no solo es alguien que se pone al frente de todas las políticas que despliegan sus funcionarios, nunca se lo escucha criticar ni ofender a nadie. Eso es un plus a la hora de generar comunidad. Es el mejor ejemplo de poner el cuerpo de la buena manera.