'Es muy gratificante haber aportado una medalla de oro para mi pueblo"

Con más de 60 años en el agua, la chacabuquense Silvina Nani se alzó con la medalla de oro en Natación en los recientes Juegos Bonaerenses, hecho que la llenó de orgullo y generó una ola de reconocimiento en la ciudad. La docente, que compitió en la categoría trasplantados por haber recibido un trasplante de médula ósea en 2020, destacó el valor de este logro y el mensaje de superación que conlleva.
"Tomo la dimensión que esto tiene, porque estoy como muy asombrada y viviendo la repercusión", confesó Nani, emocionada tras el regreso. "La gente me saluda, aplaude, y es muy gratificante. Yo fui a competir, no pensaba este resultado y me llena de emoción, porque amo Chacabuco y es muy gratificante haber aportado un oro para mi pueblo", afirmó en diálogo con Arrancamos Tarde (FM Radio Ultra 98.9).
Para Silvina, la medalla tiene un significado que va más allá de lo deportivo. "Creo que tiene que ver con que aunque nos vayamos poniendo grandes, igual podemos. Siempre hay una oportunidad para nosotros", reflexionó. Además, valoró la 'experiencia intergeneracional' vivida en el hotel de la competencia, donde convivió con jóvenes, adultos y atletas con discapacidad: "Fue maravilloso. Cómo todos disfrutábamos con todos. Los chicos nos veían a los más grandes también hacer nuestros esfuerzos y nuestras búsquedas. Y eso realmente me pareció genial."
La relación de Silvina Nani con la natación comenzó en la infancia, a los cinco o seis años, en el Club Social de Chacabuco. "Toda la vida he estado en la pileta, siempre he estado nadando, algunas veces más activa y otras veces más pasiva", relata la nadadora que tras un período de competencia en su juventud, y una pausa más dedicada a la crianza y el trabajo, retomó la práctica constante.
-¿Tuviste una preparación especial para esta competencia?
-Yo entreno casi todos los días, voy a nadar hace mucho tiempo, desde que me jubilé pude hacer la práctica con cierta regularidad. Voy a entrenar, y ahí uno encuentra mucho más que una actividad física, en esa rutina, en esa disciplina, uno va interactuando con otros, encuentra amigos y después las peñas, superar desafíos juntos. Es muy interesante la natación desde ese lugar, a veces no se puede o por razones de salud hay algunas interrupciones en el esquema de preparación para un evento de esta naturaleza, pero por lo general la práctica es bastante constante, programada, que cumple con el proyecto de competencia.
-¿Qué te motivó a competir?
-En realidad yo estaba un poco desmotivada con la competencia, porque no quería volver a sentir esa adrenalina, me parecía que no podía gestionar esa emoción pre competencia en este momento de mi vida y después dije ¿por qué no? y lo pude trabajar bien. No fue una emoción muy negativa sino que realmente me motorizó al desempeño en esa carrera.
-¿Fue el mayor desafío?
-No, ha habido otros. En realidad los mayores desafíos si hablamos en términos deportivos, es una instancia más, es una maravillosa oportunidad la que he tenido.
-¿Cuál es tu estilo favorito?
-Siempre nadé los cuatro estilos, la mariposa tiene una dificultad que ya no lo puedo hacer, pero espalda, pecho y crawl lo sigo manteniendo.
-¿Qué pensás en el momento de cuerpo, mente y agua?
-Esto es muy personal. Ese instante único que se produce en el agua, yo lo vivo muy placenteramente, es más, a veces necesito tirarme al agua porque es un reencuentro conmigo y es un reordenamiento de mis pensamientos y a la vez es un placer físico, pero también es mental.
-¿A vos te pasa que si no vas te sentís mal?
Si no voy tengo abstinencia. Aparte es sumamente recomendable, es un deporte que no tiene el impacto que tienen otros deportes. Tiene la complejidad que te da un medio diferente.
-¿Cuál fue el desafío de tu vida?
-Soy una persona grande y la verdad es que la vida misma es un desafío. Todos los días hay algo que superar. He tenido desafíos físicos serios, porque me ha tocado una enfermedad que tratar. Y estoy muy bien, gracias a Dios. Pero también he tenido desafíos con mis hijos, para educarlos de la mejor manera, reduciendo al máximo posible el error que uno puede cometer. Eso es la vida. Y ese es nuestro principal rol.
Y después, en términos profesionales, cada día. Porque soy docente. Y ser docente no es liviano. Implica una inmensa responsabilidad porque estás nada más y nada menos que educando al ser. Y en el caso de la educación física, los profesores solemos cometer algunos errores. Sobre todo en el devenir histórico, que hubo varios paradigmas.
Primero se buscaba la excelencia, se buscaba el resultado, creo que hemos cometido algunos errores. Y hoy no. Lo que estamos tratando de buscar es que todos tengan la oportunidad de hacer y acceder a alguna práctica deportiva. Más allá de su talento, más allá de su origen social. Nada de esto tenga que impedir que todos puedan acceder a una práctica deportiva.
-¿Cómo se maneja la frustración en un deporte tan competitivo?
-Siempre, en cualquier desafío, existe esa tensión éxito-fracaso. Y no se me ha presentado en esta oportunidad, porque he aprendido algunas cosas y he establecido algunas prioridades. Con el paso del tiempo, uno va aprendiendo. Hay otro disfrute. Hay otra búsqueda. Hay otras prioridades en la vida y esto es como que es el juego. Yo lo vinculo mucho más a lo lúdico, a pasarla bien.
La adrenalina bien gestionada es absolutamente positiva, porque motoriza el movimiento, permite búsqueda de rendimiento y resultado. En este momento yo le he dado una vueltita a eso y lo disfruto mucho.
-¿Cómo fue la competencia en Mar del Plata?
El lugar es hermoso, una pelota olímpica, soñada, imponente. El lugar es majestuoso. Yo me noté en una categoría de trasplantados porque en el año 2020 tuve un trasplante de médula ósea y eso me pone en otro lugar y en otra posibilidad de nado. Para la categoría trasplantados, la distancia solo es de 50 metros, que yo no estoy muy de acuerdo, pero por supuesto lo acepto. Porque esas distancias cortas son muy explosivas. A mí me gustan las distancias intermedias. La pasé bien, el cuerpo me respondió bien, lo disfruté muchísimo.
-¿Es el primer año que haces esto?
-A esta edad, sí.
-¿Qué fue lo primero que se te pasó por la cabeza cuando llegaste?
-Lo primero que pensé fue en mis chicos. A ellos les gusta mucho lo que yo hago. Entonces es como que fue... 'es para ustedes'. Y después me pasaron otras cosas.
Cuando salí del agua pensé en los que no tengo y que también valoraban mucho lo que yo hacía. Mi papá era fan, y hubiese disfrutado mucho.
Cuando yo pasaba la laguna que era chiquita, mi papá iba con el doctor Sancheforte en el bote. Y tengo algunas ausencias que todavía duelen mucho. Y también los pensé.
Pero hace mucho tiempo que aprendí a disfrutar sin barreras, pero me trajo como consecuencia que también sufro sin límites.
Yo soy una persona grande y por lo tanto mi biografía es bastante nutrida. Han pasado cosas en mi vida, pérdidas muy grandes que duelen y van a doler hasta el final porque lo sé. Pero también ha habido pérdidas en mi propia vida. Mi propio ser. Pérdidas de capacidad, que también en algún momento se van duelando y en algún momento hay que ir superando la vida en sí.
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