'Es necesario una mesa de diálogo con todos los sectores de la sociedad'

A minutos del cierre de campaña en el Partido Justicialista, el candidato a intendente de Unión por la Patria, Darío Golía, contó cómo piensa transcurrir las próximas cuarenta y ocho horas pre electorales. En diálogo con Frecuencia Electoral (FM Radio Ultra 98.9) asegura que -en caso de ser el próximo intendente- convocará a instituciones y sectores de la oposición para 'asumir un diálogo permanente'. Además, se centra en la necesidad de 'transparentar los actos de Gobierno', trabajar en objetivos inmediatos 'sin perder una mirada de mayor alcance' y confiesa que el sector del electorado que se siente representado por las ideas de La Libertad Avanza 'nos va a obligar a sentarnos a repensar muchas cosas a quienes ejercemos la función pública'.
-¿Sentís que te queda algo por decir?
-La verdad que no. Nos queda la satisfacción de haber transitado todo este tiempo de manera planificada. Hace tres años que venimos trabajando en la convocatoria, la constitución de comisiones, diagnósticos, propuestas. Todo lo que estuvo al alcance lo hicimos. Lógicamente siempre te falta llegar a algún vecino en particular, pero llegamos muy bien organizados con todos los grupos que integramos este frente, articulando con todas las agrupaciones.
-¿Cómo vas a transitar las próximas 48 horas?
-Después del cierre de campaña nos vamos a abocar a la parte organizativa interna y todo lo que tiene que ver con el acto eleccionario en sí, ajustes con fiscales, caminando, recorriendo lugares puntuales también.
-Si sos el ganador de las próximas elecciones, ¿podría haber un llamado a una concertación política-social-económica-productiva como pasó hace veinte años cuando asumiste?
-Creo que es necesario generar consensos, soy proclive al diálogo permanente. Y nuestro lema es la unidad. 'Darío une' hace referencia a nuestro espacio pero también a la unidad de Chacabuco. Creemos que hay que generar una mesa de diálogo donde rescatar lo mejor de cada uno, y lograr acuerdos necesarios. Cuando nos tocó asumir en ese tiempo convocamos a todos los sectores y permanentemente asumimos un diálogo con las instituciones y la oposición, con algunos más, otros menos, pero siempre tratamos de mantener los canales de comunicación, permanentemente, y no es lo mismo que sacarse fotos. Hay que dialogar, escuchar, tomar nota, algo más profundo. La idea es recrear ese tiempo.
-Hay una gestión que se va con causas judiciales, no pudo esquivar ese mal que afecta diferentes niveles de la gobernanza, que es la corrupción, ¿qué se le puede decir al ciudadano para garantizar que tu potencial gestión esté blindada ante estos hechos?
-Hay que trabajar en dos planos, primero en una convocatoria a hombres y mujeres de principios, y que tengan vocación de servicio. Y más allá de eso, tener mecanismos de control en los procedimientos de la gestión de Gobierno. Durante nuestra gestión creamos el área de Control de Gestión, a cargo del contador Antonio Capelo, especialista, una persona de larga trayectoria. Era el controlar de gestión. Esa oficina se desvirtuó y terminó desapareciendo. Teníamos certificados gran parte de los procedimientos con la ISO 9001, que en ese momento era lo más avanzado. Los controles tienen que existir, internos y externos. La contaduría municipal, el Tribunal de Cuentas y además un control político, que es el Concejo Deliberante. Hay que reeditar eso, lo público tiene que ir avanzando hacia ese sentido. Generar mecanismos de control, de permanencia.
-¿Qué opinión tenés sobre el Instituto de la Auditoría Externa, que en los Estados municipales no existe, y donde participa la oposición?
-Todo lo que tiene que ver con transparentar, es bueno. A nivel local se puede imaginar alguna figura externa que audite. Es necesario avanzar en ese sentido, pero hay que poder financiarlo.
Todo lo que sirva para mejorar la certidumbre del vecino, va en consonancia con mejorar la calidad democrática. Quienes ejercemos la tarea de la función pública tenemos que ganar credibilidad mostrando dónde van los recursos, cómo se gasta, cómo se invierte.
-En Argentina son necesarias políticas públicas de largo plazo pero la ciudadanía, por su situación económica, tiene cada vez menos tiempo, ¿cómo se pueden pensar medidas que impacten en los primeros cien días de gestión sin perder la mirada largoplacista?
-Hay que abarcar los dos frentes. Los objetivos inmediatos, de menor alcance, y los de mayor alcance. Yo tengo experiencia en ese sentido y hago una mea culpa. En mis primeros cuatro años de gestión nos absorbió la demanda diaria por un contexto difícil, de emergencia. Arrancamos con un gabinete muy reducido, austero, de tres o cuatro funcionarios. Y nos absorbió el día a día. Cuando nos tocó la reelección, nos dimos cuenta que esa mirada de largo alcance no la habíamos podido desarrollar. Terminás con un inconveniente, arrancás con otro y cuando querés acordar se te fue la semana, y se termina el tiempo. Los tiempos dentro de la administración son muy cortos, aunque para el vecino parezca una eternidad. Durante la segunda gestión creamos el área de Secretaría General, que nos permitió llevar adelante el plan estratégico, políticas de largo alcance sustentables en el tiempo. Creo que hoy hay que abordar los dos frentes para tener un Gobierno sustentable en el tiempo.
-Siendo funcionario de Trenes Argentinos y siempre vinculado a la fe católica, ¿qué te dolió más del discurso de Milei?, ¿que quieran cortar relaciones con el Vaticano hasta que se vaya el Papa Francisco o la promesa sobre la privatización de Trenes?
-Fueron declaraciones muy desafortunadas. No miré el acto porque estuve con muchas actividades, vi videos y pensé que era editado. Después, a través de los diarios, vi que era real. Son dos frases desafortunadas. Pero hay que pensar que hay una tolerancia, hay un sector que piensa de esa manera y hoy lo está canalizando a través de la democracia. Expresan lo que quieren representar, y me preocupa el electorado que lo vota. Hay una cantidad importante que va a elegir en esa dirección. Pero esta es la democracia, y se enriquece con propuestas, y hay una propuesta genuina totalmente antagónica a lo que representamos nosotros, a nuestro valores y creencias; y eso nos va a obligar a sentarnos a repensar muchas cosas a quienes ejercemos la función pública. Lo bueno es que se da en el marco de la democracia, donde la gente puede elegir. Si vamos a segunda vuelta, se va a profundizar este debate, y la gente va a tener otra claridad respecto a lo que se pone en juego.
Relacionadas
