'Hay depresión o ansiedad por no poder cumplir con los ideales que exige la época'

El Día Mundial de la Salud Mental se celebra el 10 de octubre de cada año, con el objetivo de crear conciencia sobre esta disciplina. Para abordar el tema consultamos al concejal licenciado Fernando Lescano, quien además de referirse a la efemérides, nos habla del embate del gobierno nacional al Hospital Laura Bonaparte y de lo que se está haciendo en Chacabuco en materia de salud mental.

En el comienzo, Lescano nos habla del origen de esta fecha: 'la Federación de Salud Mental se junta, en el año 1995, frente a la Organización Mundial de la Salud, y lo que plantea es instaurar este día, primero, para sensibilizar sobre los padecimientos subjetivos, y después para quitar el estigma que durante mucho tiempo pesó sobre las personas que por ahí tenían alguna dolencia en su dolor de existir. A mí me parece que eso no es una cosa menor y que, no digo que es necesaria la publicidad, pero sí la sensibilización y que se hable del tema para que las personas realmente puedan consultar sin ningún tipo de culpa o vergüenza por padecer un sufrimiento'.

-Recientemente, el gobierno nacional, a contramano de esos objetivos, arremetió contra un hospital emblemático, el Laura Bonaparte. Usted ha sido muy crítico en sus redes contra esa medida. ¿Podría ampliar conceptos?

-Es un hospital que se aggiornó a la nueva ley de salud mental, que ya no es tan nueva. Y es un ejemplo, porque hay una guardia de 24 horas los 7 días de la semana; hay un trabajo que se realiza con niños y adolescentes; se trabaja con adultos; hay un 0800 por el cual cualquier persona puede llamar y ser orientada en lo que le está pasando; hay una editorial que genera publicaciones; tienen un departamento de formación y docencia que cuenta con residencias y hacen congresos; también tiene hospital de día, es decir que las personas durante el día van a distintas actividades en el hospital, y después a la noche regresan a sus hogares y a su comodidad; tienen un grupo de abordaje comunitario que trabaja en promoción y prevención y también yendo a los domicilios y a distintas instituciones a dar charlas; y también tiene un lugar de internación con 40 internados. Lo que sí se piensa es que esa intervención sea lo más corta posible para que la persona pueda, y acá voy a usar una palabra que se usaba antes, 'reinsertarse' en el medio social del que proviene, el trabajo, la escuela, o el ámbito comunitario. Esa es la diferencia sustancial de ese hospital que tiene, simbólicamente, un nombre de mucho peso, ya que Laura Bonaparte era una psicóloga de los años ´60, ´70, que trabajó muchísimo por lo que eran nuevas intervenciones en salud mental, en la desmanicomialización, que la internación no sea la primera instancia.

-Este gobierno, con sus medidas, ha creado un entorno bastante hostil para varios sectores de la sociedad argentina. Supongo que eso es un detonador ideal para que afloren problemáticas referidas a la salud mental…

-La contingencias sociales que están determinadas por el tipo de gobierno que se tiene, hoy tienen un agravante que es epocal y que excede también a lo que pasa en la Argentina: este es un mundo híper consumista, que se asienta en un capitalismo que ya no es productivo, sino que es financiero, y también están las nuevas modalidades subjetivas que genera el avance de la ciencia y la tecnología, las nuevas modalidades de relación a través de productos tecnológicos como teléfonos, aplicaciones y demás. Eso ha generado una soledad y una vulnerabilidad aún mayor en las personas porque lo que está resentido es el lazo social comunitario. Hoy hay mandatos de eficacia y eficiencia: el éxito tiene que ver con si alguien tiene dinero o no, sin importar cómo lo consigue; hay ciertas posiciones o afectos que son considerados una debilidad, por ejemplo, ser sensible, o tener errores; también se ve como sospechoso a alguien que es solidario. Al consultorio la gente llega con mucha depresión, o ansiedad, por no poder cumplir con los ideales que exige la época. Hoy, uno de los ideales principales, junto al éxito, la eficacia y la eficiencia es: 'tenés que ser feliz'. Ese es un mandato que termina siendo incumplible porque todos, en algún momento, tenemos algo en nuestras vidas que no funciona, que no anda.

-No podemos cerrar esta nota sin la pregunta ¿Y por casa cómo estamos? ¿Cómo está trabajando el Estado municipal con la salud mental?

-Yo hice un proyecto en el Concejo Deliberante para la creación de la Dirección de Salud Mental y el gobierno de Darío Golía redobló la apuesta creando la Subsecretaría de Salud Mental que es la que permite gestionar, diseñar y llevar adelante las políticas públicas en salud mental. Hoy se cuenta con un servicio de atención en consultorios externos para todas las franjas etarias, hay un trabajo en los CAP, hay una sala de internación, hay la posibilidad de contactarse con los ministerios de Desarrollo Social como de Salud de la Provincia y generar distintos programas. Nosotros estamos trabajando en el barrio Rivadavia, en el club Rivadavia, con un equipo de psicólogos en un proyecto que se llama CASA, que es de promoción y prevención de salud mental. Realmente ese tipo de políticas son las que se necesitan para pensar la salud mental, no solamente como una política asistencial, es decir, que alguien vaya al psicólogo o a un psiquiatra, sino la posibilidad de que la comunidad toda empiece a desplegar todos sus recursos para un entramado comunitario que permita la contención de esos momentos donde un sujeto tiene alguna contingencia que lo empuja involuntariamente a un dolor o un sufrimiento subjetivo.