'Hay que achicar el estado para que pueda ser mas eficiente'

El candidato a Intendente de La Libertad Avanza, Jose Luis Tedesco, analizó, en diálogo con este medio, algunas de las ideas centrales sobre el rol del Estado y 'la cosa pública' que impulsan y los pone en condiciones de pelear un segundo lugar en Chacabuco. 'Cuando el Estado es grande es grande, es incontrolable. Ocurre siempre la vieja historia de que es dinero de otros que va a ser utilizado por terceros. Es la peor manera de utilizar el dinero, porque a nadie le duele', asegura.
-Economistas que acompañaban los equipos de LLA empezaron a marcar la imposibilidad sobre la dolarización, ¿cuál es tu visión?
-Es muy técnico. No es algo opinable para la mayor parte de la población, pero puedo decir que a grandes rasgos es un proceso, y que los dólares se pueden conseguir para finalmente ir a un proceso de dolarización.
-¿Cómo se consiguen?
-Primero tenemos que lograr un país sin déficit fiscal, recién ahí podés dolarizar. Si tenés déficit, es ir a chocar contra un témpano. No lo vas a lograr. Es lo que tendría que haber hecho Argentina en los últimos noventa años y no lo hizo. Hemos vivido con este déficit a través del tiempo, y se financia a través de la deuda. Lo grave de endeudarse para cubrir déficit, es que no es una deuda productiva. Tenemos un Estado que no soluciona nunca este problema y lo que termina pasando es que pide préstamos afuera o aumenta los impuestos, y cuando no puede hacer ninguna de las dos cosas, emite dinero y se genera inflación. La deuda no siempre es dañina, si la utilizás para inversión es la mejor manera de crecer.
-¿Por dónde empieza a recortar un Gobierno para no generar más déficit con 40% de pobres?
-Hoy Argentina tiene entre el 8% y 10% de PBI que se va en corrupción. Imaginate si hacés ese recorte, el déficit se achica solo. Es un montón, es brutal. Javier Milei plantea continuamente el recorte a la política, y a la obra pública, donde se generan los problemas de corrupción. Se ha hecho una especie de cultura, porque se asocia a las gestiones con la presencia o desarrollo de obra pública. Y eso no es gestión. Si hay corrupción, el Gobierno municipal se endeuda y no resuelve los problemas básicos de la sociedad como inseguridad, tránsito, pobreza; la obra pública pasa al décimo quinto plano.
-Entonces, ¿por donde se empieza?
Insisto, los recortes hay que hacerlos antes que nada con el gasto de la política, con los privilegios de la política, con los negocios que se generan a través de empresas prebendarias del estado. Todo eso genera corrupción y la corrupción es en gran parte el problema del déficit fiscal. A partir de resolver esa cuestión de fondo, se podrán volcar recursos para promover iniciativas que permitan a los sectores de menores ingresos equipararse, tener mayor disponibilidad de recursos. Eso les va a permitir pensar su vida mas alla del día a día, a medida que los sectores mas postergados mejoran sus ingresos pueden empezar a planificar a mediano plazo.
-¿El Estado municipal tiene que hacer viviendas?
Puede generar iniciativas para la construcción de viviendas, pero no es el encargado de hacerlas. No es el rol del Municipio, que debe administrar la cosa pública. Si puede generar mecanismos bien definidos para la construcción de viviendas como fideicomisos, con algún porcentaje de inicio de obra, que ha habido, y sobre todo con pliegos que aseguren cierta calidad de viviendas, ahí sí. Debería intervenir de esa manera porque tenemos un déficit habitacional.
-¿Qué pasa con el pavimento, la infraestructura hospitalaria, los caminos rurales?
-Intervenir para coadyuvar. Hay mecanismos que se pueden implementar para que funcionen las obras o los servicios en su conjunto. Pero está claro para nosotros que, por ejemplo, el Estado no debería ponerse a hacer pavimento, sino que debería funcionar de tal manera para que los vecinos puedan acceder. Excepto calles que son propiedad del Estado. Hay que equilibrar esto, porque cuando pasa el pavimento se incrementa el valor de las propiedades, entonces es el frentista el que debe pagar esa mejora. Nosotros queremos la igualdad ante la ley para todos.
-¿Cuál es el rol que tiene que cumplir el Estado?
-El Estado eficiente es un Estado chico. Cuando el Estado es grande es grande, es incontrolable. Ocurre siempre la vieja historia de que es dinero de otros que va a ser utilizado en terceros. Es la peor manera de utilizar el dinero, porque a nadie le duele.
-¿Cómo sería concretamente en Chacabuco?
-Trabajás mucho en interacción con el sector privado, o con áreas que podrían privatizarse o tercerizar. Trabajás en función de que el primer eslabón es mantener de la mejor manera posible la sostenibilidad social. Hoy hay un Estado sobredimensionado, 1700 empleados o 2000, no se sabe. El último dato que tenemos es de 2016, después no se publicó más, no sabemos. Y cuando vas a las empresas más grandes a Chacabuco, que más empleo directo generan, tienen menos de 400 empleados, y generan mucho movimiento. Y hacés la comparativa, y el Estado no genera nada en la economía real. Tenemos un problemón. Mil setecientas personas se sostienen por los impuestos provinciales y nacionales.
-Pero el Estado brinda servicios…
-Pero no los brinda bien.
-¿Qué hacés con los empleados si tercerizás los servicios?
-Antes de tercerizarlos, capacitás a los empleados para que se formen en la gestión de una empresa, y que trabajen en su propia empresa, y le van a dar otra eficiencia. Es un proceso paulatino. Lo deseable es que la propia gente elija ese proyecto, el de la propia empresa, y que le meta para adelante. Es un proyecto de vida, un proyecto para desarrollarse. Personas que puedan dar lo mejor de sí en el lugar donde está. Hoy hay gente enojada por lo poco que le pagan en el Municipio y terminan rompiendo adrede las máquinas, son cosas que pasan y me lo cuenta la gente que está en el Corralón. Estas cosas nos hacen mucho daño. Ese enojo que tiene la gente, tiene un costo. Nos sale carísimo. Porque tenemos un servicio mal dado, maquinaria que no anda. Necesitamos un formato virtuoso de la cosa pública. El sector privado no es una mala palabra. Eso es muy negativo para los argentinos. La diferencia es cómo se gestiona. El sector privado tiene la lógica de la rentabilidad, y si te fundís salís del sistema. El Estado termina generando mala praxis, no se funde. Tenemos que cambiar esa lógica, que todo se vuelva más eficiente.
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