'Hay que anticiparse a los fenómenos climáticos'
El ingeniero hidráulico Mariano Ré propone cambiar el foco de la gestión: sumar a las obras, la lógica de 'trabajar en el antes y el durante', con instrumentos como la medición de ríos. También denuncia el vaciamiento del Instituto Nacional del Agua (INA) y una visión del Gobierno nacional 'refractaria a la ciencia', que es esencial para el desarrollo hídrico del país.
El clima presenta una variabilidad marcada. El año 2023 fue testigo de una sequía intensa, mientras que el 2025 trajo consigo lluvias abundantes y vastas extensiones de tierra inundadas. De cara al próximo verano, se anticipa el fenómeno de 'La Niña', lo que sugiere un retorno a nuevas sequías y altas temperaturas.
¿Hay formas de anticiparse a estas variaciones del clima? Nacido en Chacabuco, Mariano Ré es ingeniero hidráulico, magíster en Ciencias Ambientales y jefe de Hidráulica Computacional en el Instituto Nacional del Agua (INA). En diálogo con Cuatro Palabras, explica que estos eventos se enmarcan en la variabilidad natural del sistema climático. Sin embargo, explica que es evidente una acentuación y una mayor frecuencia de los fenómenos extremos.
¿Cómo se puede ir por delante de estos fenómenos?
Hay herramientas y formas de ir anticipándose o preparándose, sea en las ciudades o en el ámbito agropecuario, porque una seca o una gran inundación no la vas a poder solucionar. Lo que estamos viendo en la provincia de Buenos Aires está dentro de los extremos ordinarios y hay formas de prepararse y de adecuarse y de adaptarse a eso. No sólo con medidas estructurales, que son las obras, que es el tema del cual se termina hablando siempre luego de estos eventos extremos. Pero el antes y el durante están muy olvidados en la gestión de este tipo de cosas.
¿En qué sentido?
En el antes, con todo lo que es la alerta, la prevención y la anticipación de este tipo de eventos. Nosotros predicamos la anticipación y la generación de herramientas en el tiempo en donde no ocurre nada, porque se piensa mejor. Si se habla de inundaciones sólo cuando está el agua a medio metro, no está bueno. Hay que encontrar espacios para hablar del tema por fuera del evento. Ahí se va a pensar mejor, se va a actuar mejor y se va a poder preparar mejor el próximo, porque va a haber un próximo, sea una seca o una inundación. El partido de Chacabuco pertenece a cuatro cuencas, aunque casi el 70% de su territorio está en la Cuenca del Salado, que es una de las pocas cuencas del país que tiene un plan bastante consensuado, con una política pública pensada desde hace años. Pero ha sido muy lenta su aplicación en cuanto a obras. La obra emblemática de todo ese sistema es la ampliación del cauce del río El Salado, que tiene cinco tramos. Ya tiene un alto grado de intervención esa obra en todo el río, pero van 20 años del plan. Quizá hay gestiones y desembolsos, pero hay cuestiones de gestión que deberían ser un poco más rápidas. Lo que está faltando en ese sistema es todo lo no estructural y que es mucho más económico que cualquier tipo de obra.
¿Por ejemplo?
Medir los niveles del río. Ahora prácticamente no hay información de los niveles del río. Me refiero a información sistematizada, ordenable, interoperable. Hay esfuerzos por avanzar en esa línea, pero la realidad es que la información hoy no está. Se ha priorizado avanzar con lo más visible. Pero tener mediciones significa tomar decisiones basadas en evidencia. Tampoco se han trabajado cuestiones vinculadas al ordenamiento de las subcuencas. Y hay aspectos que en otros lugares del mundo se está avanzando, como el caso de los seguros. Son cosas que hay que ponerlas sobre la mesa. Se requiere de profesionales que estén pensando esas cosas, de todos los ámbitos, de gobiernos locales, provinciales, la Nación, pero también en el sector privado y las ONGs. Son problemas grandes que requieren de muchas opiniones, aunque eso está un poco degradado últimamente.
Precisamente, ¿cuál es el estado del Instituto Nacional del Agua?
En los últimos años, el organismo ha caído en un estado de degradación, sin una mirada estratégica. Nos encontramos hoy con un Gobierno nacional totalmente refractario a la ciencia y la tecnología, en este caso a la hídrica. De 2013 hasta aquí, el Instituto perdió 35% del personal, se está vaciando de conocimiento. Cada minuto que pasa queda claro que es necesario que haya gente que sepa de inundaciones, de hidrología, de mediciones, de gestión de los recursos hídricos. Desde febrero de 2024 no tenemos autoridad, el presupuesto está congelado, la gente se está yendo, se está deteriorando toda la infraestructura y el equipamiento costoso que tenemos. Pero creemos que esto es fundamental para el desarrollo del país, y de nuestra región; entonces lo defendemos como podemos. Los problemas siguen estando: inundaciones, sequía, ríos que se desbordan, problemas en las costas. La necesidad está, y las herramientas también, pero las están dejando caer.
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