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'La comida debe ser una fuente de placer, no de estrés'

08/08/2025
'La comida debe ser una fuente de placer, no de estrés'

Como parte de una nueva generación de nutricionistas, Lara Geloso trae una perspectiva que termina con las restricciones y los productos dietéticos. 'Me gusta mucho comer", confiesa y asegura que desde chica le gustaba entender qué pasaba con los alimentos, su origen, su trazabilidad, y cómo repercutían en su salud.  Esta curiosidad inicial la llevó a estudiar Nutrición, una carrera que, según ella, se encuentra en constante evolución. Más allá de la teoría académica, la licenciada forjó su propia filosofía, que se centra en el disfrute y la conexión positiva con los alimentos. "Soy la nutricionista más relajada del planeta", afirma, con la convicción de que la comida 'debe ser una fuente de placer, no de estrés'. 

 

-¿Qué alimento no tenemos que tener en la heladera? 

-En la heladera -y esto es muy polémico- una bebida carbonatada, una gaseosa con azúcar. De consumo eventual, puede ser, pero como genera una adicción y una dependencia, idealmente no tenerlo en la heladera. Y en la alacena, podría decir el azúcar simple para echar a las infusiones. 

 

-¿Y sal?

-No, soy amiga de la sal. No el sodio oculto en los alimentos, que ese sí es en exceso es muy malo para la salud. Pero la sal de mesa, como todo, en su justa incorporación en los alimentos y en las comidas, está bien. 

 

-¿Cómo podemos reemplazar el azúcar?

-A veces se malinterpretan los reemplazos. El azúcar mascabo es un azúcar no refinada, que es un proceso anterior al azúcar blanca, la blanquean. Tiene el mismo índice glucémico, no colabora para dejar el hábito de endulzar, no baja el umbral de dulzor, entonces es lo mismo. Con la miel sucede lo mismo. Es un producto natural, obtenido a partir de las abejas, puede tener un montón de vitaminas, minerales, pero también tiene un índice glucémico elevadísimo y sigue siendo contraproducente para la salud. No baja el umbral de dulzor, ese es el problema de la saciedad. Como todos los productos son muy azucarados, nuestro umbral de dulzor es tan elevado que no podemos bajar de peso. En la misma línea, el edulcorante, que es mucho peor, en general no eleva la glucemia en la sangre, pero sí genera cambios en la respuesta de la insulina, porque nuestro cerebro recibe la señal de que algo dulce comimos, pero no hay calorías, y hay una sobreproducción de insulina por parte del páncreas, nuestro órgano que produce hormonas. Por eso tampoco se recomienda el edulcorante, y a su vez porque es sintético, es producido en laboratorio, no se conoce mucho de sus consecuencias en el consumo.

 

-¿Recomendás productos con bajas calorías?

-Además de que son horribles, sin sabor, insulsos, los productos mal llamados saludables o verdes o con leyenda de bajo en grasas. Lo que hace la industria es quitarle fracciones de grasa, le quitan una fracción proteica también. Y hoy en día cambió mucho también la mirada hacia las grasas. Para vender ese queso bajo en calorías le agregan un producto que puede ser almidón, almidón de maíz, maicena, puede ser gelatina, puede ser cualquier espesante que utilizan, porque si no ese queso queda líquido, cuando lo que hace al queso ser durito y rico es la grasa y la proteína y el sodio. Si vamos a comer algo sin sentido, sin sabor, desagradable, para qué comprarlo. No tiene gusto a nada. 

 

-¿Qué tan importantes son los hábitos? 

-Lo más importante del planeta porque es lo que sostiene ese cambio en la alimentación.

Ese hábito es el que me va a permitir sostener esa calidad de vida para siempre, que es lo que estamos buscando. El hábito es eso, calidad de vida, estilo de vida, placer. 

 

-¿Qué pasa con la culpa en la alimentación?

-Si vos estás en equilibrio con tu alimentación, la culpa no existe. Porque vos sabés que el resto, el 80% de tu alimentación, es perfecta.

Y vas a buscar esos momentos, vas a planificar esos momentos de ese placer de una torta insana, entre comillas. Un helado. Vas a estar en paz con vos.

 

-¿Por qué ahora tanta gente con distintos problemas vinculados a la alimentación? 

-Sí, hay más problemas gastrointestinales y enfermedades metabólicas también. Me refiero a diabetes, hipertensión arterial, dislipemias, que son colesterol elevado en la sangre, triglicéridos. Hoy la prevalencia de esas enfermedades es bestialmente mayor, primero por el cambio en el estilo de vida. Las personas ahora trabajamos la mayoría sentados, somos sedentarios. Vamos al gimnasio muchas veces pero no basta con esa hora lamentablemente. Hoy hay más facilidades, más comodidades. La tecnología nos trajo un montón de cosas buenísimas, pero también otras malísimas. En la industria de los alimentos, llegaron los ultraprocesados, lo que atenta contra nuestra salud hoy. Antes en casa, las abuelas, las mamás, nos ofrecían directamente comida casera. Comida hecha en casa.

Por ahí era azúcar simple, por ahí era frito en grasa. Y ahora es todo sintético, todo ultra refinado.

Todo lo que comemos ultra refinado atenta contra nuestra microbiota inicialmente.

 

-¿Siempre comemos por hambre?

-No, a veces por ansiedad. Hay que empezar a preguntarse qué hago con el manejo del estrés o de mis emociones, es fundamental, que hoy en día lo subestimamos. Ir a terapia, hablar con un amigo, leer un libro, desconectar del celular cuando se pueda. 

 

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