'La peregrinación nos va educando también en la vida en comunidad'

El fin de semana pasado se realizó la 51ª peregrinación a Luján. Una caminata tradicional que une LIniers con la Basílica donde la Virgen de Luján recibe a millones de caminantes que -movidos por la fe- recorren sesenta kilómetros de día, de noche, con calor, con lluvia. El padre Agustín, de la parroquia San Isidro Labrador, acompañó a los peregrinos de nuestra ciudad y nos contó la experiencia.
'Fue una gran alegría formar parte, junto con toda la gente de la comunidad que peregrinó a la Casa de la Virgen de Luján', dice el padre Agustín y recuerda: 'de día hizo mucho calor y a la noche nos agarró la lluvia y el frío, así que hubo de todo, pasó de todo en el camino, pero gracias a Dios llegamos a Luján, como tanta otra gente, en una de las peregrinaciones más multitudinarias, dicen, en los últimos 25 años; hablan de dos millones y medio de personas que caminaron este año'. Asimismo, estima que de nuestra ciudad han peregrinado unas mil personas. 'En nuestro grupo de peregrinos éramos casi 400 personas, más todos los que fueron por cuenta propia, que son muchísimos también. De las experiencias de peregrinación a Luján que tengo, yo creo que esta fue la más multitudinaria'.
El sacerdote cuenta que cuando llegaron llovía, 'entonces, las misas que solían ser afuera, en el escenario, se habían trasladado dentro del Templo de la Basílica, así que entrar fue difícil, primero porque había muchísima gente y después, adentro, era impresionante la cantidad de gente, algunos durmiendo, otros escuchando la misa, participando en la celebración de la Eucaristía, hubo muchas confesiones también, y todos rezando, porque es llegar y ponerse a rezar. Había gente que se abrazaba cuando llegaba y tenían ahí su momento de oración; fue un gran acontecimiento de fe'.
-Es llamativo, y para destacar, semejante convocatoria. Indudablemente, la Virgen de Luján pone en marcha a muchas personas que quizá no tienen una vida religiosa profunda, sin embargo, caminan los sesenta kilómetros…
-Sí, hay un acontecimiento de fe que de alguna manera es fundante en el pueblo argentino, que es el encuentro con la Madre de Dios. Y la Virgen de Luján, como patrona de la Patria, congrega gente muy distinta pero todos con la misma fe y caminando también bajo el mismo lema que este año fue 'Madre, danos amor para caminar con esperanza'. Entonces es eso: sea la razón por la que vayan, todos van insertos en ese caminar en la fe y participando de la fe de la Madre de Dios, que reúne a los hijos y los presenta al Hijo, a Jesús.
-Es notable también de qué manera, personas que no están habituadas a caminar, que no se 'entrenan', en el sentido atlético, logran hacer el recorrido. ¿Eso se logra por la fe?
-Una peregrinación está movida por la fe y es lo fundamental. De hecho, siempre dicen que desde el primer puente que dice 'Bienvenidos a Luján', donde uno dice 'llegué a Luján', pero todavía faltan kilómetros para llegar a la Basílica, bueno, desde ahí te lleva la fe, te lleva la Virgen, te lleva Dios, que te carga en brazos y te ayuda a llegar hasta la Basílica. Por ahí, alguno en broma dice que va para bajar la panza, bueno, por la razón que sea que fue una persona, al final se inserta en un camino que es de fe, no hay otro. La fe engendra el caminar, engendra esperanza, y en ese caminar también se engendran la caridad y el amor. Y eso se manifiesta en distintos gestos entre las personas, en solidaridad, porque vamos caminando en pos de un bien que es común, que es llegar a Luján, y nos vamos ayudando en eso. La peregrinación nos va educando también en la vida en comunidad, porque la fe cristiana es eso: creemos en Dios personalmente y comunitariamente, por eso somos Iglesia. Y también tiene que ver con nuestro ser mismo, de pueblo argentino, y con la evangelización que recibimos, fuertemente marcada por pueblos que peregrinaban. Se me viene a la memoria la peregrinación a Santiago de Compostela, en España. Bueno, toda esa tradición de peregrinaciones europeas medievales llegó a nuestro pueblo y tomó un rostro propio también, y así, en la Argentina caminar a Luján es hermoso.
-Pudimos ver por el canal de Youtube del Arzobispado de Buenos Aires el mensaje de Monseñor Jorge García Cuerva. "Con una Madre así, seguimos caminando, no aflojamos", dijo y habló de los hermanos que ya no tienen fuerzas para seguir y que debemos llevar en la mochila del alma…
-Hermosas palabras. Uno se encuentra con muchísima gente que lo escucha a Monseñor García Cuerva, en la televisión, en la misa que pasan desde el Canal Orbe de Buenos Aires, es distinto y tiene palabras muy justas y yo creo que esas son así. Todos sabemos que los momentos de la Patria no son fáciles y en medio de esas circunstancias, la Madre de Dios es como un faro. Como decía San Bernardo: 'la estrella en el cielo que guía a los que vamos navegando en los mares tempestuosos de esta historia'. Y en la historia de la Patria siempre estuvo la Santísima Virgen, antes de que fuéramos Nación, si se quiere, ya estaba ahí, pero se nota más su presencia en los momentos difíciles, como buena madre que es.
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