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'La situación es desesperante, las familias no aguantan más'

07/08/2025
'La situación es desesperante, las familias no aguantan más'

Lo aseguró el diputado nacional Daniel Arroyo, autor de la Ley de Emergencia en Discapacidad que busca asegurar la continuidad de los servicios esenciales para este sector. En diálogo con este medio, se refirió a la represión que sufrieron quienes se manifestaron contra el veto presidencial de Javier Milei frente al Congreso de la Nación y destacó la figura de las madres como 'motor impresionante en este proceso'. Además, se mostró convencido de que se va a lograr revertir el veto con los dos tercios de diputados y senadores, aunque aseguró que 'Si no, el único camino es la movilización'.   

El exministro de Desarrollo Social de la Nación calificó de "absurda" la actuación policial y señaló que 'durante este tiempo hubo varias marchas de personas con discapacidad y sus familias frente al Congreso, y en todas la policía acompañó, organizó'. 'En este caso, era imposible que las personas estuvieran sobre la vereda por la cantidad que eran, por las sillas de ruedas, por la situación particular", explicó el diputado. La tensión escaló y derivó en represión hasta que 'quien maneja la situación entendió que no tenía ningún sentido, que estaban lastimando a personas que estaban reclamando pacíficamente y se retiraron'. 

 

-¿Cuáles son las consecuencias del veto y qué impacto tiene en la vida económica de las familias y los prestadores? 

-La situación es terriblemente crítica. Una persona que trabaja en un taller protegido, que va todos los días cuatro horas a trabajar, cobra 28 mil pesos por mes. Alguien que transporta a personas con discapacidad, cobra 541 pesos del litro de nafta, como la nafta sale mil quinientos pesos, en vez de llevarlos los cinco días que requiere un tratamiento, con mucha suerte les lleva dos días. Una acompañante terapéutica cobra 3 mil la hora a 180 días. Son personas que siempre están buscando otro trabajo porque está claro que no les alcanza, no llegan, no cobran.

Los hogares, los centros de día, todos están a punto de cerrar. Están haciendo ferias americanas, rifas, no saben más qué inventar. Todos tienen deudas con la AFIP. 

El veto es absurdo porque la ley lo que hace es que recompone el nomenclador con un objetivo, que el transportista cobre el litro de nafta lo que sale y entonces tenga que obligatoriamente trasladar cinco días a la semana a las personas que necesitan el tratamiento, que puedan acceder a los medicamentos, a las terapias, al trabajo. 

Lo concreto es que está totalmente desacomodado el sistema de prestaciones. La ley reorganiza, ordena. La situación es desesperante. No entiendo cómo a alguien se le ocurre vetar algo así. 

 

-¿Confías en que se van a mantener los votos? 

-Sí, se van a mantener los votos. Estoy convencido y espero no equivocarme.

No veo cómo alguien que en junio votó a favor de la Ley de Emergencia en Discapacidad pueda darse vuelta. Es una ley fuera de la grieta. Como autor de la ley me preocupé por que participaran todos los bloques y los espacios políticos, conseguimos dos terceras partes. Mucha gente que acompaña al gobierno votó a favor porque entiende que la situación es recontra complicada. 

Simplemente con que votemos igual que lo que se votó en junio, automáticamente va a quedar promulgada la ley. Me parece raro que alguien pueda dar vuelta su voto. Esto es algo distinto. Cruza con el dolor. Nunca jamás me pasó, como ahora, que tanta gente me pare, me abrace y se ponga a llorar. Es desesperante. De verdad no aguantan más las familias. 

 

¿Cuál creés que es la percepción general, la sensibilidad sobre la problemática de discapacidad entre los legisladores de los diferentes espacios políticos?

-Yo creo que hay tres situaciones en los legisladores. Estamos los que realmente estamos comprometidos en serio con la temática, que somos muchos. Ya sea por cuestiones familiares, personales, por estar involucrados, por haber trabajado en el tema. En segundo lugar están los que no están involucrados, pero se dan cuenta que hay un problema serio, que han visto y han escuchado a las organizaciones, a sus familias, y sin estar muy metidos en el tema dicen 'no, acá hay un problema de verdad, esto hay que resolverlo'. Y después hay otro conjunto de diputados que entienden que hay un problema serio, pero que priorizan su vínculo con el gobierno para no llevarlo adelante. 

Muchos diputados de la Libertad Avanza participan de la Comisión de Discapacidad, que presido.

Han escuchado, igual que todos, lo que dicen los testimonios desgarradores de gran parte de las familias que no aguantan más. Se dan cuenta pero priorizan acompañar al gobierno. Aunque algo que me ha llamado la atención es que ninguno de los diputados oficialistas defiende la postura del gobierno en este caso. 

 

-¿Se puede lograr que la ley quede por fuera de la grieta? 

-La ley ya está fuera de la grieta. Es una ley que vincula a familias, a distintos espacios políticos. Tengo infinidad de anécdotas de diputados que me dicen 'yo acompaño al gobierno, pero no, esto no, esto ya no se puede'.

La ley está fuera de cualquier tensión interna entre distintos grupos que trabajan en el tema de discapacidad. 

Hay que tener en cuenta una cosa: una madre que tiene un hijo con discapacidad, cambia su vida. 

Lo único que no puede hacer el Estado es lastimar, es maltratar o hacer de cuenta que no tiene nada que ver con ese tema. 

 

-¿Qué vínculo desarrollaste con la comunidad de personas con discapacidad y sus familias y qué destacas, qué aprendiste de esa experiencia? 

-A mí todo este proceso me afecta porque de verdad siento el dolor, la angustia, la sensación de maltrato. Cuando el gobierno en enero hizo una resolución denominando a una persona con discapacidad como idiota, imbécil, débil mental, vi los ojos de mucha gente diciendo 'cómo puede ser, pero cómo es que a alguien se le ocurra hacerme algo así'. Yo vengo hace mucho tiempo trabajando con distintas problemáticas sociales, estoy muy metido en la dificultad diaria de los argentinos, pero sentí algo de desesperación. Y rescato la figura de las madres que tienen hijos con discapacidad, que tienen una doble lógica: son capaces de arremangarse y pelearse con lo que tenga enfrente, el Estado, la obra social, la prepaga, lo que sea. Rompen lo que hay que romper y esas mismas madres después salen, abrazan a sus hijos con ternura. Descubrí que las madres son un motor impresionante en este proceso.

 

-¿Qué acciones pueden promoverse en el caso de que no se logre revertir el veto en las cámaras? 

-Estoy convencido de que sí se va a lograr revertir el veto con los dos tercios de diputados y de senadores. Si no, me parece que el único camino es la movilización y es decirle al Estado 'señores, nosotros existimos, estamos acá, somos argentinos, ¿cómo es que nos maltratan y nos lastiman y nos dejan de lado?'. Pero creo que hay un paso previo. Solo tiene que suceder lo obvio. 

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