'Milei llega con buenos números pero en baja'

La prestigiosa consultora Shila Vilker analiza para Cuatro Palabras el escenario de las elecciones de septiembre y octubre. Los altos niveles de polarización, el peso de los intendentes y el desenganche de la sociedad de la política son algunas de las variables que examina en esta entrevista.
POR MANUEL BARRIENTOS
Un gobierno nacional que llega con buenos números, pero en baja, con la aparición de sectores que muestran su apoyo aunque de manera cada vez más crítica. Un escenario muy polarizado entre libertarios y peronistas, aunque con grupos que manifiestan su hastío con los extremos. El peso de los intendentes, que puede ser fundamental en septiembre, y ayudar al peronismo y a Somos. Directora de la consultora Trespuntozero y una de las analistas más lúcidas de la política argentina, Shila Vilker traza en diálogo con Cuatro Palabras los ejes fundamentales que incidirán en las elecciones desdobladas del 7 de septiembre y del 26 de octubre. También explica que los bajos niveles de participación electoral son un nuevo capítulo del fenómeno de la antipolítica que llevó a Javier Milei a la presidencia en 2023.
La mayoría de los encuestadores registra niveles muy altos de polarización. ¿Ustedes tienen ese mismo panorama?
Sí. En la provincia de Buenos Aires la hiperpolarización es total y el fenómeno principal es 'Milei sí o Milei no', aunque en algunas provincias puntuales pesa la alianza de gobernadores de Grito Federal. Al mismo tiempo, vemos que la polarización encuentra una especie de techo y hay una parte de la gente que se empieza a hartar de ese fenómeno. La desmovilización que hubo a lo largo de este año en parte se explica por ese hartazgo.
¿Por qué no hay un frente o candidato que capte ese hastío ante la polarización?
En provincia de Buenos Aires ese fenómeno de 'ni libertarios ni kirchnerismo' está en alrededor de 10 puntos, en otras provincias es mayor. La polarización es un fenómeno centrífugo, donde los extremos terminan arrastrando a electorados que por ahí no son tan duros. Más allá de eso, no apareció aún una figura nacional capaz de romper esa dinámica. Hoy tenés una sensibilidad social que todavía no tiene una oferta electoral, en especial, a nivel nacional.
¿Hay secciones puntuales que podrían tener un escenario de tercios en septiembre?
La semana que viene tendré esos datos, pero estimo que en la Segunda y la Cuarta los poderes locales van a tender a compensar. Aclaro que esos poderes locales que van a estar movilizando la boleta tendrán que pelear contra esa predisposición que hoy tienen los electores a nacionalizar. Es decir, cada voto que logren lo tienen que arrancar a lo que naturalmente va a la polarización nacional. Pero es razonable que pueda haber un escenario de tercios en la Segunda o en la Cuarta, como que también el peronismo logre tener una mejor elección que LLA en septiembre, porque también tiene mucha penetración municipal. Sin dudas, los factores locales van a tener peso en esta elección, que nosotros todavía no terminamos de dimensionar.
¿Por qué?
Vemos mucha disparidad entre lo que vale el intendente, lo que vale el espacio político y lo que valen los candidatos a legisladores propiamente dichos, que en algunas secciones tienen baja profundidad de conocimiento. Hay una disparidad de números y es difícil de captar cómo se arma ese tablero. Pero la localía será importante porque los intendentes están poniendo en juego sus Concejos Deliberantes.
¿Ese peso de lo local jugaría en septiembre, pero no en octubre?
Absolutamente. Es probable que en septiembre tengas una elección con baja participación y que el hecho de que se imponga alguno de los partidos mayoritarios termine movilizando para octubre a los electores que están disponibles del otro lado. Es decir, que haya una lógica como de las PASO y, si en esta vuelta ganó tal, sea un estímulo para quienes no participaron.
¿Un triunfo del peronismo en septiembre podría beneficiar a LLA en octubre?
Sí. Miraría dos cosas. Esa es una: la estrategia personal que tienen los electores, esa cosa zigzagueante que suele haber entre una primaria y una elección general. La otra: si el peronismo gana o pierde por poco en septiembre eso va a tener consecuencias en las cinco semanas que separan ambas elecciones en el clima económico, en el clima de confianza del Gobierno…
Junto al hartazgo de la polarización, ¿qué otros factores explican el ausentismo electoral?
Es una continuidad del proceso de 2023, un fenómeno anómalo que llevó la antipolítica al poder en la Argentina. Ahora vemos el segundo fenómeno anómalo en esa línea, que es el desenganche de la escena política de gran parte de la ciudadanía. En las mediciones que estamos haciendo, las ganas de ir a votar son bajas y llegan al 53 o 54% a nivel provincial. Después de algunos procesos electorales de este año, hicimos estudios con gente que no fue a votar y encontramos estos argumentos: 'No me gustaba ninguno de los candidatos', 'mi voto no cambia nada'. Son formas de expresión antipolíticas, que afectan sobre todo al votante amarillo y violeta, más que al azul. Son sectores que habían estado movilizados por un voto más antipolítico, así que es lógico que se concentre ahí esa idea, porque es un nuevo capítulo de la misma historia.
¿Cómo llega el Gobierno nacional a la elección?
Lo vemos atravesando una situación de desgaste, con un respaldo de 44 puntos. Son buenos números, pero menos buenos de los que tenía hace un tiempo. Y en términos cualitativos se empieza a ver el acompañamiento crítico: 'Lo sigo votando porque no veo ninguna otra cosa, pero no me gusta lo de los jubilados, pero no me gusta lo de la discapacidad, pero yo no llego a fin de mes, pero no me gustan las formas del Presidente'. Si bien tiene un núcleo duro importante, ese apoyo más crítico abre disyuntivas, aunque es relativamente falaz porque no terminan de encontrar adónde migrar. Por otro lado, hasta aquí el Gobierno es centralmente Milei y una elección de medio término no lo tiene al Presidente en el escenario. Entonces, en la campaña veremos una búsqueda muy fuerte de identificación de los candidatos de LLA con la figura presidencial, como lo fue 'Adorni es Milei' en CABA. Además de colores, se votan figuras y la instalación de los candidatos va a ser importante y marcará diferencias: en octubre se va a votar con Boleta Única de Papel y la cara del candidato va a tener un peso.
¿Entonces un escenario tan polarizado no habilita a presentar cualquier candidato?
Vemos que la disposición inicial al voto al candidato de Milei nunca se realiza plenamente cuando el candidato no es bueno. En algunas provincias, cuando preguntamos si votaría al candidato de Milei llegas al 45 o 46% de acompañamiento, pero después cuando presentás la góndola concreta, por distintos espacios, eso disuelve y te puede quedar poco más de la mitad de ese caudal. Es decir, no hay una conversión total de esa predisposición.
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