'No podemos contra las ventas online y las nuevas plataformas'

El sector de la indumentaria de nuestra ciudad continúa dando testimonio de un momento delicado, con ventas a la baja que, según comerciantes, se ven agravadas por la creciente competencia de las plataformas online. Esta situación se alinea con la profunda crisis que enfrenta la industria textil a nivel nacional.
Comerciantes de la calle Alberdi, dueños de los locales "Langiero" y "Cala", confirmaron el difícil contexto. Maxi Lancieri, de "Langiero", describió un "panorama muy tranquilo" con "muy poco tránsito de gente por las calles", lo que impacta directamente en las ventas.
Por su parte, la propietaria de "Cala" coincidió en el diagnóstico: "Si bien no tenemos ventas en cero, sí es cierto que la situación es frágil y se vende muy poco". Y señaló directamente a la principal amenaza: "Lo que nos mata a todos los comerciantes son las ventas online y las nuevas plataformas".
La proliferación de canales digitales y las ventas "puerta a puerta" ofrecen precios más bajos, facilidades de pago y envíos a domicilio que los locales físicos no pueden igualar.
Esta realidad local se enmarca en una crisis más amplia. Un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) reveló que en agosto las ventas minoristas pyme cayeron un 2,2% mensual, con el rubro textil e indumentaria sufriendo un derrumbe aún mayor del 4,3%.
A esto se suma la importación masiva. Según un relevamiento de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), se ha notado una creciente participación de prendas importadas en polos comerciales de Avellaneda y Once, que desplazan la producción local.
La CIAI ha manifestado su preocupación, señalando que la reducción de aranceles y el relajamiento de controles sobre las importaciones, sumado a la falta de baja de impuestos a la producción nacional, ya se traduce en la pérdida de 1.500 empleos formales cada mes. La Cámara advierte que la industria da trabajo a 540.000 familias en todo el país.
El escenario que enfrentan los comerciantes locales es un claro reflejo de una tendencia nacional: bajas ventas, un consumo retraído y una feroz competencia que pone en jaque a la industria textil argentina.
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