'Tenemos que preservar el orden, lo está reclamando la sociedad'
Por Alejo Dentella
A partir de distintos hechos de violencia y tensiones sociales en todo el pais, que incluyen comportamientos callejeros como el uso de las motocicletas, el licenciado en psicología y secretario de Gobierno, Javier Estévez, profundizó sobre la crisis de autoridad y el desglose de la institución familiar. Además, trazó un perfil del Intendente Darío Golia,y aseguró que 'ni dentro de nuestro espacio político ni en la oposición hay un dirigente que sea tan gestionador, tan contenedor como él y con una visión de construir como la que tiene'. También habló de las fortalezas y debilidades de la gestión y respondió sobre el futuro electoral del peronismo de Chacabuco.
Todo este proceso político con los contornos y características de incitación a la violencia, ¿pueden empezar a manifestarse con hechos sociales pot los que hay que preocuparse?
-En mi opinión, los seres humanos que convivimos en sociedad siempre reprimimos la violencia, porque interponemos mecanismos de defensa al relacionarnos con los otros. Esos mecanismos son saludables en la neurosis del ser humano. Cuando el contexto es demasiado violento, las auto represiones, le dan más libertad para que se expresen como lo vienen haciendo. Hace tiempo que hay una tolerancia muy baja a la frustración y esto genera impotencia. Por supuesto que cuando hay un sistema económico o político que incentiva o facilita, le da a cierta personas vulnerables libertad de expresarse de esta manera. Y esto afecta a las comunidades y a los grupos. Hay un sector que en Argentina siempre se creyó superior y hay un Gobierno que los está representando, y muchos confunden las cosas.
-Cuando los jóvenes circulan en moto incumpliendo las normas de tránsito y de convivencia, ¿puede pensarse como una forma de expresar la violencia?
-Lo que estaba sucediendo funcionaba como una organización, no era algo aislado. No sé si la intención era molestar, pero sí hacerse ver por esa metodología del escape libre, y dar vueltas por la plaza haciendo ruido y poniendo en vilo a toda la comunidad que estaba harta de esta situación.
Y esto escapa a las clases sociales, hay personas a las que se les secuestró el vehículo y pagaban las multas y las iban a retirar. Tampoco hay que estigmatizar de que esto tiene que ver con un sector. Es una metodología de expresión que por ahí no tiene que ver con personas que la están pasando mal.
-Al menos por ahora se puso un límite
La solución fue muy clara. Nosotros veníamos haciendo un seguimiento, filmando, identificando. Llevó un tiempo, y se mandó a la Fiscalía para poder avanzar en los allanamientos, poder ingresar a los domicilios y sustraer las motos como se hizo. Y lo vamos a seguir haciendo. Ya no es un operativo de tránsito estar parado en las esquinas para frenar a los conductores, sino que tenemos elementos tecnológicos que nos dan la posibilidad de identificar a quienes infringen las normas, y caer con todo el peso de la ley. Sin perseguir a nadie, sin correr como se hacía en la gestión anterior, cuando corrían peligro los efectivos, los propios conductores y cualquier persona que circulaba por el lugar. Nos seguimos equipando con más cámaras, para seguir identificando, porque el orden lo tenemos que preservar, lo está pidiendo la comunidad.
Cuando se hicieron los allanamientos, las familias abrieron las puertas, accedieron para que se llevaran las motos, y hasta agradecieron en algunos casos porque no sabían cómo contener la situación, estaban desbordados.
-¿Creés que hay una sociedad reclamando límites, contención?
-Es normal que eso pase. Está pasando en Argentina y en otros lugares del mundo, que la institución familiar que era la encargada de formar a los ciudadanos y poner límites, hoy fue cambiando mucho y está en crisis. Todavía no se formó otra institución que reemplace a la familia tradicional. Hay un proceso de cómo se va reacomodando. Falta materializarse a ver cómo se ordena, hay cosas pendientes, los límites entre otras cosas. Por eso las familias reclaman a la escuela, a la policía, al estado. Y los que somos papás no tenemos que hacernos los desentendidos.
-Tenés una relación con Darío Golía desde el colegio secundario, ¿qué es lo distinto de este Golía?
-Lo veo más reflexivo, cuando asumimos en las gestiones anteriores éramos más jóvenes y por ahí teníamos otra actitud a ciertos problemas. El paso del tiempo te da más seguridad, más tranquilidad y más paciencia. Pensé que no la iba a tener y la verdad es que tiene más paciencia que en las dos gestiones anteriores. Lo que no perdió es la capacidad de trabajo y gestión. Hay que seguir el trayecto de Darío. Está las 24 horas trabajando. Y antes podía desconectarse en esos pocos momentos en los que estaba en la casa, no había Facebook ni Whatsapp. Hoy nadie espera, eso es muy desgastante. En algún momento hay que parar, la cabeza no puede estar a mil todo el día, se necesita un parate para otros temas. Yo tengo esa capacidad, cuando corto, corto. Puedo hacer un paréntesis en lo cotidiano, eso es para la salud mental. Hay dos o tres horas en el día en las que hay que cortar, hacer y pensar otra cosa.
-¿Qué hacés como hobbie?
-Puedo mirar una película, leer, limpiar la pileta, o cortar el pasto en mi casa. Hay que intentarlo porque después el cuerpo da señales, y cuando no hacés caso a las señales, te da la cachetada final en algunos casos. El estrés es la enfermedad de estos tiempos, y muchos hablamos de esto, pero no hacemos casos. Hay cosas muy sencillas para evitar una acumulación de estrés, y no las hacemos.
-¿Cómo se aggiornaron los funcionarios que no venían de la política?
-Durante los primeros seis meses los hemos escuchado, venían con una ansiedad de cambiar todo en un primer momento, y en la función pública la burocracia existe y hay que respetarla y tiene sus tiempos. Muchos lo fueron entendiendo con mucha charla y entendimiento, hemos hecho capacitaciones y hoy cumplimos casi un año con el mismo gabinete muy aceitado en todas las áreas y se trabaja muy bien. Darío es muy contenedor. Yo creo que ni dentro de nuestro espacio político ni en la oposición hay un dirigente que sea tan gestionador como Darío Golía, tan contenedor y con una visión de construir como la suya. No hay un dirigente que se pueda comparar con él en capacidad de trabajo, esto está claro. Pero te adaptás al ritmo, o te quedás en el camino.
-Darío Golía no es un dirigente 'saltimbanqui', juega con lealtad, y hoy juega con Sergio Massa. Hay un peronismo convulsionado, ¿cómo va a impactar eso en Chacabuco?
-Todos los movimientos que confluímos en el peronismo de Chacabuco tenemos claro que la unidad es el camino. Por supuesto que cada quien tiene su referente, se verá cómo se termina de armar las distintas agrupaciones. Pero hay un fuerte compromiso de -más allá de lo que suceda a nivel provincial o nacional- cuidar Chacabuco porque la gente nos votó para gobernar la ciudad.
-¿Pero si Máximo Kirchner le dice a Micaela Olivetto que tiene que armar una lista?
-Nos tendremos que sentar con Micaela para ver qué estrategia se puede pensar. Si se dá, se dará, pero no va a romper la unidad a futuro.
-¿Y si Cristina se lo pide a Julián Domínguez?
-Puede ser. No creo que vaya a pasar, creo que sería un suicidio del movimiento no respetar la territorialidad. Se trabajó mucho para recuperar el Municipio y creo que eso no se va a poner en juego. Se verá cómo nos reacomodamos pero en la ciudad no tenemos ninguna dificultad con ninguna línea.
-¿Cuál es la principal fortaleza de la gestión de Darío Golía?
-Que con menos plata, en un año hicimos muchas cosas más que la gestión anterior, gestionando. Con nada de recursos nacionales, optimizando los locales.
-¿Cuál es la principal debilidad de la gestión?
-Mas que una debilidad, tenemos un compromiso de mantener la unidad partidaria y del gabinete para solo pensar en dar las respuestas que necesita el vecino.
-De nuevo, ¿cuál es la principal debilidad de la gestión?
-Tenemos que trabajar en el basural a cielo abierto. Tenemos un año y medio en el que podemos seguir depositando en el espacio actual. Tenemos que solucionar este tema que es muy grave. Me preocupa, se lo transmito a Darío, lo estamos estudiando y las alternativas ni son fáciles ni son baratas. Nos falta seguir trabajando en la planta de reciclado.