'Tengo un sueño pendiente, un camino por recorrer'

El dirigente radical Lisandro Herrera finaliza su mandato en el Concejo Deliberante, donde ocupó la presidencia en estos últimos cuatro años. Su gestión está marcada por su impronta dialoguista y su mirada crítica respecto a la comunicación entre los distintos poderes del Estado. En diálogo con Cuatro Palabras, realiza un balance de su paso por el legislativo e insiste en que es necesario 'jerarquizarlo' con un espacio físico definido, propio. Además, analiza la situación partidaria, opina sobre la sociedad de Juntos con La Libertad Avanza y asegura que tiene 'un camino por recorrer todavía, una cuenta pendiente, un sueño, algo suspendido, que tiene que ver más con la gente que conmigo'.
-¿Qué balance hacés de tu paso por el Concejo? ¿qué queda pendiente?
-La respuesta es personal, caigo en que se termina un ciclo. Llegó el momento. Y para mí es algo importante. Le he puesto mucho, no es un cambio más en mi vida, hice esto con muchas ganas, pasión, expectativas. Me decido a militar pensando en poder lograr representar a la gente, y te vas haciendo dentro de esas ideas. Uno va forjando su destino. Te das cuenta que tenés mucho para dar, hay gente que empieza a confiar. Y mirando todo eso, hago un balance positivo. Y me llena de orgullo poder seguir tomando el rol de sentarme a escuchar, de querer aprender, de entender que no la tengo clara, que hay gente que sabe más, que hay más por aprender. Agradezco no haber perdido mi condición de militante, de ciudadano. Ojalá eso no cambie nunca, incluso si tengo la oportunidad de volver a representar a la comunidad. Estoy muy agradecido, a los que confiaron en mí, a mi partido que me dio la confianza, y a mis colegas que me apoyaron para que conduzca el Concejo, y a los que no, el respeto que han tenido conmigo.
Me hubiese gustado irme con un Concejo Deliberante propio, con un lugar físico terminado, merece tener un lugar definitivo. Entendí las complicaciones que se dieron por no poder terminar la obra, pero sin dudas se necesita jerarquía, y eso lo establece el lugar. Sería bueno que la próxima gestión se ponga a trabajar en eso. Es una cuestión institucional, ojalá se pueda cumplir con eso.
Por otra parte, yo soy una persona que cree en el diálogo y estoy convencido que no va en detrimento de claudicar en tus ideas. Podés ser intransigente al máximo, y a la vez, dialogar. Yo lo he podido demostrar en mi accionar político. Hay que profundizar sobre eso. El diálogo, tarde o temprano, se necesita. Es de cobarde no tenerlo.
-¿Cuál es la situación a nivel partidario?¿Creés que después de la derrota deberá reconfigurarse?
-La situación no es mala, se abre otro capítulo. La gente está advertida, con muchas ganas de hablar, con ganas de hacer autocrítica, pero no hay una fuga. Eso es importante. Hay gente que quiere sostener el partido, pese a los dirigentes, pese a los resultados. Esa es la mejor noticia.
Hay que reconfigurarse, replantearse, debatir. Pero es probable que los radicales quieran estar en el partido y no en la casa, como sucedió años atrás.
-¿Cómo imaginás tu destino político?
-Nunca pude estar quieto. Y salvo una gran decepción, siempre me movilizo, persigo sueños. Incluso, a veces, fuera de mis posibilidades. Me estoy yendo de la función con un reconocimiento importante del vecino. Tal vez la clase política me quiera o no, pero le pongo la otra mejilla, pero si eso se transforma en algo hostil, no es importante. Uno se debe a la gente. Creo que hay un camino por recorrer todavía, hay una cuenta pendiente, un sueño, algo suspendido, que tiene que ver más con la gente que conmigo. Entendiendo ese mandato, y siendo alguien que no se rinde, tengo que pensar que los sueños hay que cumplirlos. A la gente no le voy a fallar. Voy a tratar de seguir siendo protagonista de una historia. Siempre que el vecino entienda que mi persona sea la adecuada para acompañar un tiempo.
Pero sobre todo, me imagino militando.
-¿Cuál es tu criterio respecto a la presidencia del Concejo? ¿quién debería ocupar tu lugar?
-Para mí el Concejo tiene que quedar en manos de la oposición, coincido con Tedesco y con el resto de la oposición. Y como presidente del radicalismo entiendo que tenemos la posibilidad de tener la presidencia del Concejo. Y puedo garantizar con mi palabra al próximo intendente que va a tener una presidencia muy coherente y constructiva. Lo que viene es un tiempo complejo y garantizamos plenamente la cuestión institucional. No estamos acostumbrados a abusar del poder o tratar de meter trabas para un gobierno. Creo que no ser un 'anti' es un plus para construir.
-¿Por qué no tomaste una postura desde el rol institucional de cara al balotaje?
-Sería una desobediencia partidaria haberla tomado. Respeto la decisión que han tomado muchos radicales, pero yo soy el presidente del radicalismo, uno sabe lo que se vivía dentro del partido. No comparto lo que se hizo en provincia y nación, no se escuchó a las bases. El rol hay que ejercerlo con seriedad.
-¿Qué opinás de la sociedad de un sector de Juntos con Milei?
-A medida que van pasando los días tengo distintas sensaciones y creo que nos va pasando a todos. Nunca estuve de acuerdo con eso del 'voto bronca', creo que eso es subestimar a la comunidad, no es solo un voto visceral, claramente hay una decepción hacia los partidos clásicos, una ruptura del vínculo y falta de comprensión de parte de la dirigencia. El pueblo eligió un término muy extremo, aún cuando se advierte que hay cosas que no son posibles de llevar a la práctica. Pero se compró un discurso. Es probable que no tuviera sustento. Eso sería lo de menos si a la Argentina le va bien. No hay país sin respeto por las instituciones. Ahí hay un consenso de los argentinos, después todo es válido y discutible. Pero hay cosas que no. La palabra clave es prudencia. No se ejerce la política sin políticos y no se lleva adelante un país sin consenso.
-¿Qué expectativas tenés sobre el próximo gobierno?
-Tengo incertidumbre más que nada. Hoy gira todo respecto a las cuestiones económicas, trato de escuchar con atención y con respeto. Trato de entender. La magia no existe. Es Argentina. Las transformaciones ocurren con un proceso a largo plazo, si hay que acelerar tiempos es necesario consenso. Si hay transformaciones bruscas muchas veces no son de la mejor manera. Sabemos cómo se originan. Los argentinos no están dispuestos a la mentira, van a tener que ver la verdad manifiestas, el pueblo no está para excepciones.
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