'Trato de inculcar una Iglesia de puertas abiertas'

Así lo manifestó el padre Raúl Moretto, nuevo párroco de Santos Arcángeles, quien comentó en Mates y Noticias (Radio Voces FM 95.1) sobre las actividades que realizaron en estos últimos días. Asimismo, explicó cómo encontró a la parroquia y a su comunidad, y detalló los trabajos de mantenimiento que se están haciendo. 'Me encanta la cocina', aseguró el sacerdote que prepara guisos y flambea panqueques.
'Una de las cosas que me encargó el Obispo es armar un Consejo de Pastoral y juntos decidir las actividades de la parroquia', dice Moretto, y agrega:'muchas actividades que estamos teniendo se van dando, gracias a Dios, con el apoyo de la gente. Es muy lindo ver cómo se está activando y también con sangre más o menos joven que se fue integrando'
En cuanto a las últimas actividades, el párroco comenta: 'tuvimos la posibilidad de tener un puesto con motivo del 160° aniversario de Chacabuco y como a mí me encanta la cocina, preparamos guiso de lentejas y tortas y nos fue muy bien. Luego fue el 124° aniversario del Hogar San José, ahí estuvimos presentes, visitando a los abuelos, llevando la unción, y dando la misa. Después vino la celebración de San Cayetano, con la bendición de pancitos, también. Después tuvimos la peña parroquial, que hacemos cada dos meses para nivelar los gastos de la parroquia, y el domingo fue algo muy lindo poder integrar a la comunidad parroquial, al barrio, pensar en los chicos del barrio. La parroquia se vistió de fiesta y tuvimos un gran apoyo, mucha cantidad de chicos, de familias, de gente del barrio que antes no estaba viniendo. También fue muy lindo ver cómo todos los grupos de la parroquia estaban presentes. Esa noche terminamos a las 11, muertos de cansancio, pero muy contentos porque cómo se van dando las cosas'.
-El día de su inicio del Ministerio Pastoral, el Obispo auxiliar definió a la parroquia como la Iglesia misma en medio de las casas. ¿Cómo encontró esa relación entre el barrio y la parroquia?
-A mí me tocó una parada difícil cuando el Obispo me pidió que esté acá. Yo me encontré con una parroquia con gente muy buena, pero una parroquia que por ahí se fue avejentando, en la que prácticamente no había mucha participación, me encontré como una iglesia para pocos. Mi idea es otra: trato de inculcar una Iglesia de puertas abiertas, una Iglesia de la que todo el mundo sea parte, una iglesia donde las decisiones no las tome el cura, sino que se tomen desde un Consejo de Pastoral, que es un grupo de 20 o 25 personas, y que desde ahí vayamos viendo la forma de seguir trabajando. También una iglesia que sea inclusiva, como pasó el domingo, ver familias, lograr que vengan los vecinos, antes no venía ningún vecino a la Iglesia, y no lo digo yo, lo dice la gente. Son muchas las cosas que se están logrando a través de este trabajo y tenemos una necesidad primordial de salir a misionar, de ir puerta por puerta al barrio, tenemos la necesidad de trabajar nuevamente con Cáritas. Con todo el dolor del alma, acá en un momento se pensó que la Iglesia era de una persona y esa persona en un momento se tuvo que ir, entonces buscó implosionar la parroquia, implosionar todo. Era como un terreno minado, así que cuidadosamente uno trata de desactivar todas las bombas. Al pasar mucho tiempo con un sacerdote, por ahí pasó que la gente veía por los ojos de ese sacerdote, y no significa que sea o no sea la realidad, entonces fue muy duro. Y no es que esté todo color de rosa ahora, es un trabajo que va a llevar mucho tiempo, yo lo he hablado con mis obispos, y sé muy bien lo que tengo que hacer en este tiempo, sé muy bien lo que va a costar. Mi teléfono está pegado en la puerta de la iglesia para cualquier consulta, cualquier duda, incluso el que está disconforme que venga y nos sentamos a tomar un café y charlamos. Es mi forma de trabajar y también trato de romperme el lomo con lo que sé, con los talentos que tengo. A mí me encanta la cocina, por ejemplo, tenés que encontrar un cura que se ponga a cocinar para que le vaya bien a la parroquia…
-Seguramente, un aspecto importante en la vida de una parroquia es su mantenimiento, y eso está ligado a la economía que manejan. ¿Cómo lo hacen y qué han realizado en este tiempo?
-En estos dos o tres meses que estoy, hemos pintado la parroquia por dentro, se han pintado los salones, se ha pintado el SUM parroquial, se han comprado mesas, se han comprado sillas, invertimos en heladera, en freezer. Hay una inversión, la podemos hacer con transparencia y con un plan de pagos, también. He armado un Consejo Económico de nueve personas y todo lo que ingresa a la parroquia, como las colectas, que son paupérrimas, hoy no se financia una parroquia con las colectas, bueno, de todo eso tiene conocimiento el Consejo Económico y de ahí se van pagando los gastos que hacen falta pagar. Por ejemplo, lo que ingresó por el puesto que nos dieron en la plaza sirve al sostenimiento de la parroquia, por eso el Obispo piensa siempre en hacer Consejos Económicos para poder sostener todo esto. La gente a veces no tiene conciencia de que a la parroquia hay que limpiarla pero se queja si va y está sucia; la gente quiere estar calentita, pero hay que pagar la calefacción; la gente quiere flores en el altar, pero vaya a comprar un ramo de flores, a ver cuánto cuesta. Entonces, ¿cómo ingresa todo eso? Y también hoy hay una mirada muy sesgada de todo esto.
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