Claves para sostener el liderazgo agroindustrial

Sociedad Rural de Chacabuco
Al proyectar el Chacabuco de 2065 es inevitable partir de nuestra identidad actual: una ciudad con un profundo arraigo en la producción agroindustrial, sustentada en el esfuerzo de su gente y en una ubicación estratégica dentro de la provincia. Sin embargo, el desafío que nos plantea el Bicentenario excede la continuidad de lo que ya conocemos: nos interpela a repensar cómo queremos que esta comunidad crezca y se consolide en un contexto global dinámico y cada vez más exigente.
En el plano agroindustrial, la clave estará en incorporar de manera plena las innovaciones tecnológicas que permitan producir más y mejor, con criterios de sustentabilidad ambiental y eficiencia energética. La biotecnología, la agricultura de precisión, el uso inteligente del agua y la diversificación productiva serán pilares para mantenernos competitivos sin comprometer los recursos de las generaciones futuras.
Será igualmente imprescindible invertir en capacitación y formación continua. El futuro demandará perfiles laborales capaces de adaptarse a tecnologías en permanente cambio, y eso requerirá de un sistema educativo articulado con el sector productivo y con instituciones de investigación y desarrollo. Un Chacabuco que invierta en su capital humano será un Chacabuco preparado para liderar.
La infraestructura deberá acompañar este proceso: conectividad vial y ferroviaria eficiente, redes de energía seguras y diversificadas, acceso pleno a internet de alta velocidad y un planeamiento urbano que contemple el crecimiento ordenado de la ciudad y sus localidades rurales.
En definitiva, el Chacabuco de 2065 que imaginamos es una comunidad integrada, innovadora y resiliente, capaz de sostener su liderazgo agroindustrial sobre la base de la educación, la tecnología y el compromiso colectivo. Alcanzarlo dependerá de las decisiones que tomemos hoy.
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