Crecer de golpe

Por Manuel Barrientos
Con su debut como director, Sergio Renán sintió que tocaba el cielo con las manos. De forma inesperada, La tregua se convirtió en un éxito de taquilla y fue la primera producción argentina que fue nominada al Oscar a la mejor película extranjera. El premio se lo terminó llevando Amarcord, la obra maestra de Federico Fellini, pero como dijo el actor Luis Brandoni, 'más que perder, eso fue un acto de justicia'. En las cenas en Hollywood, Renán se codeó con grandes cineastas, como William Wylder y Billy Wilder, que no podían creer que el actor y director argentino había logrado la nominación con su ópera prima.
Como suele ocurrir: después de los vapores de la gloria, se sintió perdido. Y todas las miradas estaban sobre su figura, esperando su buena nueva. Renán atravesó una parálisis creativa total, nada lo convencía. Hasta que leyó una novela y sintió que inevitablemente con esa historia tenía que hacer una película. Era Alrededor de la jaula, de Haroldo Conti.
La tregua también había sido una transposición de la literatura al cine. Y la relación entre Renán y el escritor uruguayo Mario Benedetti había terminado en forma traumática y el director quería evitar que sucediera lo mismo con su nuevo filme. Por eso, sentía la necesidad de ser claro con Conti desde el vamos, porque además sabía de la amistad entre Haroldo y Benedetti. Y fue tan claro que terminó siendo casi grosero con el escritor chacabuquense que tanto admiraba:
-Mirá, yo quiero filmar una película basada en Alrededor de la jaula, pero quiero que tengas claro que lo que quiero filmar es mi película, no tu novela. Por supuesto, como te admiro mucho, me gustaría que te gustara, pero si no te gusta y a mí sí, lo lamento.
Conti se rió y le dijo que no se preocupara, que tenía muy buena relación con el cine. Muchos antes de consagrarse como escritor, fue becario del Club Gente de Cine, trabajó como asistente de dirección en algunas películas y hasta fue crítico cinematográfico en el Boletín del Instituto Amigos del Libro Argentino. También había sido guionista de cine publicitario y escribió, junto a Luis Príamo y el director Nicolás Sarquís, el guión de La muerte de Sebastián Arache y su pobre entierro. Con toda esa experiencia en la espalda, Conti le dijo a Renán que coincidía con su perspectiva, que debía rodar una película y no 'su' novela; que le entregaba su obra para que a partir de ella pudiera crear otra. 'Manejate con total libertad', lo alentó. Solo le hizo un pedido: que Aída Bortnik -que había participado en La tregua- se encargara de la adaptación.
Clásicos del cine argentino como La historia oficial (por la que fue nominada al Oscar al mejor guión), Tango feroz o Cenizas del paraíso llevan su firma. Bortnik recordaba a Conti como un hombre grande con pinta de marinero. 'Delicioso'. Tanto que estuvo a punto de enamorarse en el primer encuentro. 'No, cuidado, eh, porque con esta misma novela me levanté a mi actual esposa', le respondió Haroldo.
La guionista lo llamó cuando terminó de escribir la adaptación de Alrededor de la jaula. Conti fue hasta la casa de Bortnik y se puso a leer ahí nomás, una página tras otra. A los veinte minutos salió de donde estaba, atravesó todo el pasillo, se acercó hasta donde estaba ella y le dio un abrazo que la levantó del suelo, mientras le besaba la cabeza. Dos o tres días después se volvieron a ver, porque Aída quería darle la versión definitiva del guión. Se volvieron a abrazar. Al día siguiente, una patota de la dictadura secuestró a Conti.
Protagonizada por Ubaldo Martínez, Julio César Ludueña, Olga Zubarry, Ulises Dumont, Miguel Ángel Solá y Cecilia Roth, la adaptación de Alrededor de la jaula llevó el título de Crecer de golpe y se estrenó el 30 de junio de 1977. Renán aseguraba que no tuvo problemas con la censura dictatorial pese a la desaparición de Conti: 'Lo que ocurría era que yo era más omnipotente que ahora, sobre todo después de la gran repercusión que había tenido La tregua'. Su siguiente película fue La fiesta de todos, una celebración coral del Mundial de Fútbol de 1978, de la que se arrepintió hasta el día de su muerte, en junio de 2015.
Entre todas sus obras, el director siempre elegía Crecer de golpe. 'Melancólica y con un final que me resulta desgarrador, es la película que más siento como mía. Es la que más quiero, con la que más me siento identificado', le dijo al crítico Claudio Minghetti para el libro Sergio Renán: me estoy acostumbrado a ser el que soy.
'Mis novelas, sobre todo la que ahora terminé, son concebidas en imágenes y trabajo mucho con imágenes, inclusive trabajo el color. Últimamente estuve haciendo cinematografía documental y esto me permitió profundizar mis experiencias con el color. Además, a las novelas no las pienso en capítulos sino en secuencias y considero que apelo a recursos cinematografías', afirmaba Conti en el diario dirigido por Jacobo Timerman.
Esa huella, tanto en el 'montaje' de los textos como en la construcción de escenas, personajes y ambientes, revela que los cruces entre la vida y la obra de Haroldo Conti y el cine son múltiples, diversos, profusos. Sin embargo, su literatura fue llevada al cine recién por primera vez con Crecer de golpe, de Sergio Renán, una adaptación de la novela Alrededor de la jaula. Con melancolía, se describe la soledad de las grandes ciudades y la búsqueda por encontrar espacios de libertad.
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