De alianza económica a polo de poder político

Por Gustavo Porfiri

El diálogo BRICS Plus, a nivel de ministros de Relaciones Exteriores, se llevó a cabo en Nizhny Novgorod, Rusia, el 10 y 11 de junio pasados. El grupo crece en tamaño y en cantidad de naciones que lo integran con la desdolarización y la consolidación de un mundo multipolar como horizonte. Su desarrollo demuestra que este bloque se ha convertido en un contrapeso de fuste frente al Occidente imperial.

El encuentro del BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) fue el primero en realizarse con la nueva lista de países tras la incorporación, a principios de año, de Irán, Egipto, Arabia Saudita, Etiopía y Emiratos Árabes como miembros plenos, lo cual implica la integración de algunos de los más importantes proveedores de gas y petróleo a la alianza. Recordemos que la Argentina era el sexto país invitado a integrarse a partir de este año, pero la administración Milei dejó pasar esta oportunidad de oro en pos de la 'libertad' de no se sabe muy bien qué. 

La cumbre ministerial -de la que también participaron múltiples países que ven en el Brics una alternativa ante la hostilidad de Estados Unidos hacia naciones soberanas mediante la aplicación de sanciones y medidas coercitivas- comenzó con un minuto de silencio en honor al fallecido presidente de Irán, Ebrahim Raisí. Este homenaje, además de expresar el respeto por el mandatario y el pueblo persa, fue también un símbolo de un nuevo período del bloque que se planta como alternativa a la hegemonía estadounidense y todos los imperialismos de Occidente.

Giovana Branco, máster en Relaciones Internacionales de la Universidad Estatal de Sao Paulo, entrevistada por Sputnik, se refirió al gran avance que últimamente han tenido los BRICS. 'La idea inicial del grupo era prestar apoyo económico a los países en desarrollo. El bloque era visto como de una fuerte cohesión económica, pero de poca unidad política, sin embargo ahora, cada vez más, los países BRICS forman una coalición política, uniéndose en procesos de votación internacionales y en agendas comunes que se distancian de las tradiciones occidentales", explicó la investigadora.

La ampliación del grupo es un tema candente y muchos países expresan su interés por unirse. Según Branco, actualmente hay más de 40 países interesados en sumarse. Pero también apuntó las dificultades que puede acarrear esta expansión. "A medida que crece el conglomerado de países, se hace más difícil alinear intereses, aunque el foco principal siga siendo económico", subrayó. En cuanto a la posible entrada de Tailandia y Turquía, la experta cree que supondría un alejamiento de la influencia tradicional de Estados Unidos en estas regiones. "Turquía, miembro de la OTAN, tiene una relación dudosa con los países occidentales y Tailandia también se posiciona independientemente de las potencias tradicionales", resaltó Branco.

Qué entusiasma a los países que piden la adhesión

Los BRICS no son un bloque de integración tradicional como el Mercosur o la Unión Europea, sino "un lugar de debate, de preparación de proyectos y de creación de alternativas estratégicas", destaca el profesor de Relaciones Internacionales del Instituto Brasileño de Mercado de Capitales, José Niemeyer. "Nos dirigimos hacia un orden internacional muy fluido. China también avanza cada vez más en la esfera económica y también en el ámbito militar. Tal vez los BRICS están acogiendo a más países para que puedan dialogar entre ellos a fin de aportar más equilibrio, más concordia al sistema internacional en estos tiempos de muy poca concordia", indicó.

Niemeyer subrayó que la presencia de China y Rusia en los BRICS es un factor crucial, destacando el poderoso vínculo geoestratégico, que incluye la reconstrucción de la Ruta de la Seda por Pekín y la inclusión de Moscú en sus planes logísticos. En su opinión, con la mayor institucionalización del bloque, los países miembros han conseguido proyectar una imagen de fuerza, con logística e infraestructura, apoyados en sus grandes Productos Internos Brutos (PIB) y mercados de consumo, yendo más allá de un mero foro de discusión.

Naciones como Venezuela, Cuba y Nicaragua manifestaron recientemente su intención de ingresar al bloque. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, reafirmó la determinación de su nación de 'explorar y favorecer todas las vías posibles para un relacionamiento más estrecho con el grupo'; Nicaragua manifestó su interés en formar parte del bloque multilateral, mientras que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, aseguró que 'Venezuela está lista para convertirse en socio estratégico y confiable del grupo de los BRICS'. La decisión final se tomará en octubre, durante la cumbre de presidentes del organismo multilateral que tendrá lugar en la ciudad de Kazán, en la República de Tartaristán de la Federación Rusa, nación que ejerce la presidencia temporal del organismo multilateral. Allí también se deberá definir si se reemplazará a la Argentina por otro país latinoamericano, tras la decisión de Milei de negarse a integrar a la República al bloque.

Entre los objetivos del bloque se cuentan la promoción de acuerdos bilaterales de comercio entre los países miembros y el financiamiento de proyectos productivos a través del Nuevo Banco de Desarrollo, creado en 2015 por los cinco países fundadores, así como la desdolarización y la creación de un mundo multipolar -en contrapartida a la hegemonía estadounidense-europea. Por ahora, y gracias a los berrinches de la marioneta imperial que habita en la Casa Rosada, los argentinos la vemos de afuera, con la ñata contra el vidrio.