Derecho a la final

El equipo de Gustavo Costas cortó con la hegemonía brasileña y es el único equipo argentino finalista de los certámenes internacionales. Le ganó 2-1 al Corinthians de Ramón Díaz, con dos goles de Juan Fernando Quintero. Ahora se enfrentará a Cruzeiro en la definición del título en Asunción.

Racing evitó lo que hubiese sido una doble final brasileña en los certámenes continentales, ya que Cruzeiro dejó en el camino a Lanús en la Sudamericana y en la Libertadores se verán las caras en el Monumental Atlético Mineiro y Botafogo. La Academia jugó un partidazo, dando vuelta el partido ya que arrancó en desventaja rápido en el partido, pero apareció el colombiano Quintero, con dos goles, para depositar al conjunto de Avellaneda a una final internacional luego de 32 años.

Corinthians supo golpear rápido, ya que a los 6 minutos, tras una floja marca de la defensa de Racing, combinaron Yuri Alberto con Memphis Depay, quien devolvió la pared de taco, y el 9 definió de zurda casi sin ángulo. Arias achicó mal y dejó expuesta su valla.

Con esto, el equipo de Gustavo Costas estuvo apurado y no reúne pases. Así, se le hizo difícil llegar al arco contrario. Mientras que Corinthians tuvo sus chances y con el correr de los minutos, la Academia tomó la posta.

A los 34' llegó el penal para Racing. Cuando la Academia intentaba despabilarse, Salas desbordó a José Martínez, quien barrió en busca de bloquear su centro con el brazo demasiado extendido. El juez no dudó y cobró la pena máxima. Juanfer Quintero se hizo cargo del penal y lo ejecutó fuerte al medio para ponerse en partido. 

Rápidamente llegó el segundo, ya que 5 minutos después, Quintero quedó mano a mano tras una peinada de Maravilla Martínez y con una definición fuerte y por abajo anotó el segundo. El alcanzapelotas estuvo vivo para facilitar el saque lateral y Racing se puso en ventaja, y el colombiano anotó el segundo en su cuenta personal.

En el complemento, excepto por una definición de Salas que pasó muy cerca, Racing logró jugar su partido con corazón y evitando sobresaltos cerca de Arias. El equipo de Ramón Díaz -que en la semana había chapeado un erróneo invicto en el Cilindro- no volvió a encontrar claridad y la fiesta se fue gestando con el correr de los minutos y explotó en el final: toda la alegría fue para Racing, 32 años después en una final internacional, y con la ilusión a flor de piel para el 23 de noviembre frente a Cruzeiro en Asunción.