Día Internacional de la Salud Mental: una responsabilidad de todos

Por Mariano Rato
Cada 10 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Salud Mental. Es una oportunidad para reflexionar no solo sobre los trastornos psicológicos o la importancia de acudir a un profesional, sino también para ampliar la conversación: la salud mental no se construye únicamente en los consultorios de psicólogos o psiquiatras. También se gesta —y se sostiene— en los vínculos cotidianos, en la escucha activa, en los espacios de comunidad, y en la manera en que como sociedad elegimos mirar y acompañar el sufrimiento emocional.
A lo largo de los años, la salud mental ha estado rodeada de silencios, miedos y prejuicios. Muchas personas aún sienten vergüenza de decir que están tristes, angustiadas o que necesitan ayuda. El estigma sigue siendo uno de los obstáculos más grandes para que alguien decida pedir acompañamiento. Por eso, hablar de salud mental es también hablar de empatía, de derribar mitos, y de generar entornos donde sentirse mal no sea motivo de juicio, sino una invitación a ser cuidado.
Está claro que la atención profesional es fundamental. Pero también lo es que muchas veces un gesto simple —como habilitar el diálogo, no minimizar lo que le pasa al otro, o preguntar con genuino interés cómo está— puede marcar una diferencia enorme. Cuidar la salud mental es, en gran medida, una tarea compartida.
Es importante recordar que todos, en algún momento de la vida, podemos atravesar momentos de sufrimiento. Nadie está exento. Y en lugar de ocultarlo o forzarnos a mostrar que 'todo está bien', sería mucho más saludable animarnos a hablar, pedir ayuda, o simplemente decir: 'No estoy pudiendo solo'.
La salud mental también se ve favorecida cuando nos sentimos parte, cuando podemos construir lazos de confianza, cuando encontramos lugares donde no hace falta fingir. En ese sentido, cada espacio —una escuela, una familia, un club, una institución, un grupo de amigos— puede transformarse en un ámbito que acompañe y sostenga.
En este Día Internacional de la Salud Mental, el llamado no es solo a los profesionales. Es a todos nosotros. Porque cada palabra cuenta. Cada actitud de respeto o indiferencia deja huella. Y porque, más allá de las herramientas clínicas, la verdadera salud mental también se fortalece cuando dejamos de juzgar el dolor y empezamos a habilitar su expresión.
*Psicólogo Clínico Cognitivo
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