Dolores sin nombre

Por Sonia Elisabeth Rubino

Es gratificante contar historias de vida. Me siento cómoda en mi zona de confort, hablando con vecinos de Chacabuco que han crecido a la par de sus comercios, que se han superado y son un ejemplo de resiliencia, que supieron hacer un capital humano y eso se traslada a los saludos y bonitas palabras que surgen desde los comentarios.

Pero hoy me corro de mi zona de confort y voy en busca de una historia de vida y de muerte.

Entiendo que es época de encender el arbolito, que hay que disfrutar el espíritu navideño, que sería más fácil contar cómo decoro mi mesa de Noche buena o les paso la receta de un rico pan dulce. 

En esta ocación y si me permiten interamos encontrar en este espacio algo que se fue perdiendo con el tiempo y es la conciencia y responsabilidad ya sea a la hora de transitar como las actitudes que vienen detrás de un siniestro y pueden ser fatales sin contar la catarata de malas decisiones, efectos colaterales que son irreversibles tanto desde lo físico como emocional y nos dejan rotos.

Una nota sin nombre ni apellido porque aún después del dolor, los que quedan se siguen cuidando entre sí porque ya no les cabe una puntada más.

Estas son las historias de jóvenes de Chacabuco que eran hijos/as, hermanos/as, amigos/as y a veces también, padres.

Nadie y a la vez todos estamos involucrados en esta nota, y no tengo otra manera de hacerla sino a través de testimonios anónimos que respiran su dolor cada día de sus vidas.

Cometí un error, me dejé llevar y eso va a quedar grabado en mi pluma por siempre, pero no vale una nota si estoy exponiendo a gente querida a quien desde lo más profundo les pido disculpas.

Voy a intentar despertar el interés para tomar conciencia sin agrandar el dolor de los que tienen el alma desgarrada y a través de pequeños testimonios sin revelar, ponerle palabras al dolor que provoca la partida de un ser querido de manera traumática.

Son relatos casi idénticos, con más de un denominador en común.

Y a pesar de los años el dolor está ahí, envuelto en sangre y ausencia.

¿Cómo abordar este relato sin poner el dedo en la llaga?

Me respondo yo misma: ¡Cómo se pueda y escuchando casi sin preguntar y con un grado de sentimiento de culpa que no se puede plasmar en palabras.

Aquí vamos, de la mano de sobrevivientes que con el alma detrozada qué y cómo pueden, me cuentan historias de vida y muerte.

¿Podemos hablar de lo que pasó?

'Yo hablo por mi, no creo que nadie más quiera hacerlo y lo hago de manera anónima justamente para que mi gente no sufra más aún leyendo o hablando.'

¿Saben ustedes que contar vuestra historia puede hacer la diferencia y tomar conciencia?

'Contamos lo que sabemos aunque tal vez a más de uno nos traiga problemas con las instituciones o los profesionales y pensamos en las consecuencias.'

¿Por qué?

'Porque hay muchas cosas que se hicieron mal o no se cumplieron.'

¿Por ejemplo?

'Por ejemplo, en Chacabuco se observó mucha inoperancia con respecto a diferentes tratamientos suministrados a nuestros seres queridos y el trato que recibieron.

En algunos casos lo que marcó la diferencia fue la falta de profilaxis. Eso es determinante en las horas que muchos de los que son derivados llevan desde Chacabuco

Cuestiones meramente 'humanitarias' que no se respetaron como hablar delante del paciente como si ya no estuviera.'

¿El traslado trae un aire de esperanza?

'Depende"

¿De qué?

"De la ambulancia que hace los traslados a Junín , el personal que se mueve o no  detrás de ese traslado, las formas, son un todo a la hora de trasladar a un paciente crítico y si quienes no somos idóneos en la materia lo vemos, seguramente ellos tambien y eso es desidia o negligencia .'

¿Alguno de ustedes me puede decir cómo recuerdan a ese ser amado?

'Un pibe alegre, lleno de vida y rodeado de amigos siempre."

"Una joven que tenía planes como cualquier chica de esa edad, algunas con más responsabilidad que otras pero con las mismas ganas de vivir y ver crecer a su hijo."

"Yo lo recuerdo rodeado de amigos siempre y con una guitarra en la mano. ¡Feliz!"

"En mi caso, me duele mucho casi no recordar su voz. Busco videos y es peor. No lo quiero recordar, lo quiero tener en casa, volviendo de la quinta con un ramito de jazmines blancos. El sabía lo que me gustaban y ahora yo se los pongo a su foto.

No me interesa ni siquiera hacer terapia, no puedo ir al cementerio porque no siento que esté allí. Era un hijo sano y fuerte que había encontrado su camino y ese camino no tiene rumbo sin el. 

¿Creen que es un flagelo imparable?

"Definitivamente y al igual que los accidentes, la cantidad de suicidios que hay en Chacabuco también es un flagelo que habría que cuestionarse.

Habría que replantearse actitudes y situaciones para que algo de esto cambie.'

¿Están enojados?

'La herida siempre va a estar ahí . La bronca muchas veces se convierte en ira por los hechos desafortunados concatenados y negligentes que los llevan a padecer y muchas veces a la muerte.'

¿Ayuda llorar?

'Nada va a cambiar lo que pasó pero es inevitable llorar ausencias.'

¿Cómo se sigue adelante?

'No lo sé, no tengo manera de explicar cómo de una jornada que debería haber sido de alegría, de placer, se convierte en algo tan espantoso.'

¿Se termina de despedir?

'Creo que nunca pero es necesario despedir como corresponde aunque se te abra el pecho de dolor. 

No todos podemos o nos animamos a ver a un hijo o un hermano y sentir que ya no es él o ella pero de mi parte creo que es lo nos ayuda a reaccionar.

Yo creo en las ceremonias y creo que a los muertos, nuestros muertos queridos hay que despedirlos y darle la oportunidad a quienes lo quisieron de verdad estar junto a ellos hasta su última morada.'

¿Podemos dejar un mensaje ante tanto dolor?

'Se debería hablar más sobre el estado de las calles y la iluminación. Sobre el incumplimiento de las normas de tránsito.

Lamentablemente debe haber otros casos similares, y aunque para nosotros es estar con el corazón roto, seguirá siendo un caso más.

En mi caso no tengo nombres y no sabemos si habrá un juicio. Nada de nada nos va a devolver lo que perdimos.

El tema de los accidentes es un látigo que azota y cada vez mas somos víctimas de los siniestros viales que se lleva puesto muchas vidas jóvenes y tal vez habría que hacer algo más para concientizar sobre las conductas viales.'

Y desde el teléfono sólo perdura el silencio. Cuando pregunté a otras víctimas del dolor si querían hablar sobre el tema, me dijeron que no. A pesar del tiempo pasado, tal vez se siente como revivir ese día trágico y hay algo ahí que yo llamaría un denominador común. Todos quieren cuidar a los que quedan, algunos pintaron estrellas amarillas en ese lugar donde se quedó la vida de un ser querido y se paralizó la de los familiares y amigos.

Es sumamente entendible. 

No es fácil volver a caminar por ese camino de dolor y se protegen entre sí. Es altruismo puro. Pensar en el otro aún con el alma rota.

Cuando comenzamos a charlar con nuestros entrevistados la respuesta fue la misma.

No quiero exponer a mi familia a más sufrimiento.

Pero el corazón decidió y se abrió. Las palabras iban surgiendo a borbotones a tal punto que era difícil seguirlas.

Entendí entonces que era el corazón quién hablaba y contaba cada detalle. 

Una necesidad imperiosa de hacer catarsis, de llorar en palabras y respetar cada silencio.

Al ser algunas entrevistas on line ,intuyo que cada pausa era causada por el inevitable llanto y eso yo no lo puedo sostener, sólo lo intuyo.  

Salgo a caminar y aunque parezca que ya nada me sorprenda, veo motos haciendo piruetas sin casco y sin miedo a nada.

Un segundo les cambia la vida a todos. Son diferentes circunstancias pero el final es el mismo. ¡Rezar, llorar, sufrir!

Yo misma tuve que reconocer el cuerpo de un hermano fallecido en otro contexto.

Dicen que si se puede evitar no es accidente y me pregunto hasta cuando y hasta donde aplica esta frase.

Se que el espíritu navideño no se refleja en esta nota. O eso parece.

Si pudiéramos mirar por una ventanita mágica la cantidad de hogares destruidos creo que también eso tiene que ver con el amor, la unión, la familia. 

Las lucecitas es parte del decorado si estamos todos para brindar. Y es hermoso disfrutar la Navidad con todo eso que ilumina, brilla y hace felíz el encuentro.

Hoy rescato las Navidades de las sillas vacías. Las del llanto a escondidas y las que dibujan una sonrisa por los que están

Para tomar conciencia debería haber muchas páginas escritas y casi todas dirían lo mismo aunque cada caso es dolorosamente único y con un duelo eterno.

Hoy no es una historia de vida más. Son historias de vida truncadas. Y eso nada lo puede cambiar salvo que alguien tome el toro por las astas y se ponga a trabajar.

¡Gracias!