El 24 de marzo de 1976 en Chacabuco

En su libro 'Operación Chacabuco, peronismo ortodoxo, dictadura, indultos', Juan José Chazarreta cuenta que en la misma madrugada del 24 de marzo de 1976 personal policial, cumpliendo órdenes militares, ingresó al Palacio Municipal y colocó una faja de clausura en el ingreso al despacho del intendente de ese entonces, Mateo Lanzavecchia. El procedimiento estuvo a cargo del comisario Francisco Marturano, jefe de la Unidad Regional de la Policía, que tenía asiento en Junín.

Marturano, que había sido asignado a Chacabuco, mandó luego a llamar a Lanzavecchia, que estaba como intendente desde el 28 de octubre de 1974, cuando asumió en reemplazo de Osmar Juan Granados, que había sido destituido por el Concejo Deliberante.

Lanzavecchia concurrió entonces al Municipio, donde se le pidió que retire sus cosas y se retire. Así lo hizo y desde Chacabuco viajó a Castilla, la localidad en la que residía.

En el transcurso de ese mismo 24 de marzo se recibió en la Municipalidad un telegrama del general Adolfo Sigwald, que fue interventor de la provincia de Buenos Aires hasta el 8 de abril, en el que disponía que el intendente removido debía ser repuesto temporalmente en el cargo, hasta que se designara a su sucesor.

Así, Lanzavecchia regresó a Chacabuco y continuó al frente de la Comuna por casi un mes más. En efecto, el 23 de abril fue cesado definitivamente en sus funciones y asumió como comisionado municipal el empresario cerealista Carlos Francisco Laviano. Su designación la realizó el general Ibérico Saint Jean, que desde el 8 de abril era el nuevo interventor provincial.

La ceremonia de asunción fue encabezada por el coronel Félix Camblor, que era el comandante de la Subzona 13 y jefe del Comando de Artillería 101 de Junín. También estaban presentes el teniente coronel Miguel Angel Gómez Pola,  jefe del Grupo de Artillería 101 de Junín, y un capitán de nombre Raúl Enrique Arichuluaga, que dio lectura al acta de traspaso de mando.

Además de los funcionarios militares, en la ceremonia también estuvieron presentes autoridades policiales y eclesiásticas, así como familiares, amigos y algunos de los que serían los futuros colaboradores de Laviano, quien manifestó que su gestión tendría como ejes el 'orden' y la 'austeridad'.

Unos meses más tarde, en julio, el gobernador de facto, Ibérico Manuel Saint Jean, emitió un decreto ley que modificó la Ley Orgánica de las Municipalidades, que entre otras cosas disponía la disolución de los concejos deliberantes, que en los hechos ya no funcionaban desde marzo.

Luego del 24 de marzo, relata Chazarreta, 'el terrorismo de Estado terminó dividiendo a la sociedad de Chacabuco'.

'La solidaridad vecinal se vio quebrada, los grupos parroquiales y el trabajo en los barrios populares se suprimieron, las largas reuniones de debate desaparecieron para dar paso al ruido de los boliches y el diálogo cedió su lugar al silencio y el ocultamiento'.

En la previa del golpe de Estado, la ciudad se había visto sacudida por una razzia militar y policial en la que se arrestó a cuatro vecinos. Sucedió en la madrugada del 18 de marzo, cuando efectivos militares llegados desde Junín, con la asistencia de policías de Chacabuco, detuvieron a Ricardo Alegre, Nelson Ramón Coronel, Edgardo Sanseverino y Francisco Pedro Díaz. Luego de estar durante algunas horas en la comisaría de nuestra ciudad, los detenidos fueron trasladados a Junín, días después pasaron por el penal de San Nicolás y finalmente terminaron en la cárcel de Sierra Chica, partido de Olavarría. Fue la antesala de lo que vendría después. La Argentina y Chacabuco ingresaban a su período más trágico y oscuro.