El estanciero de Chacabuco que tiene el récord de haber ganado dos medallas de oro olímpicas

Con el título conseguido por la Selección nacional en los Juegos de Pekín 2008, Javier Mascherano se convirtió en el primer futbolista argentino en haber ganado dos medallas de oro en Olimpíadas, pues cuatro años antes también había integrado el plantel que consiguió el primer lugar en los Juegos de Atenas. Sin embargo, no era el único deportista argentino en tener dos oros olímpicos, pues 72 años antes un hacendado con campos en Chacabuco también había conseguido dos medallas doradas. Su nombre era Juan Diego Nelson, aunque, por su ascendencia irlandesa, siempre se lo conoció como Jack.
Jack había nacido el 26 de mayo de 1891 y era hijo de John Nelson y Juana Luisa Duggan. Su madre pertenecía a una familia que en Chacabuco poseía enormes extensiones de tierra. El campo más grande era la estancia San Marcos, situada en el Cuartel VII de nuestro partido, en la zona de San Patricio, que tenía una superficie de más de 27.000 hectáreas. Sus dueños originales fueron los hermanos Bernardo y Carlos Duggan.
Como solía ocurrir en aquellos tiempos, siendo adolescente Juan Diego fue enviado a estudiar a Gran Bretaña. Así pasó por el Beaumont College de Windsor y por la Universidad de Cambridge. Durante su permanencia en tierras británicas se destacó como un excepcional atleta. Además, fue un gran remero y un notable jugador de golf en los torneos que se disputaban en las canchas de los alrededores de Oxford y Londres. 'Quienes lo vieron en acción aseguraban que pocas veces una persona en el país había reunido tal suma de condiciones naturales, además de una asombrosa facilidad para adaptarse a cualquier deporte', se expresa en un artículo publicado en el sitio Actualidad Deportiva.
Sin embargo, su estancia en Europa no fue muy larga, pues debió regresar a la Argentina para cumplir con el servicio militar obligatorio. Más tarde asistió a la Universidad de Buenos Aires, donde se recibió de doctor en Filosofía y Letras.
Además de sus campos en Chacabuco, la familia Nelson-Duggan tenía una estancia en Ameghino, llamada Salalé. Jack -que nunca tuvo problemas de falta de plata- pasaba su tiempo en ambos lugares, pero sobre todo en Buenos Aires, y entre viaje y viaje nació su amor por el polo, que comenzó a practicarlo en el año 1913. Al parecer, sus primeros golpes comenzó a darlos en un campo de la familia Martínez de Hoz situado en Chapadmalal, y meses después, ya en 2014, se incorporó al Hurlingham Club, con cuyo equipo ganó, entre 1920 y 1937, siete campeonatos argentinos.
Igualmente, lo más destacado de la trayectoria de Jack Nelson como polista fue en el plano internacional. Todo comenzó en 1922, cuando con su hermano Luis fueron convocados para integrar un combinado nacional que emprendería una gira por Inglaterra y Estados Unidos, que hasta entonces ostentaban la supremacía en el polo mundial. El paso por ambos países fue exitoso, al punto de que la Argentina se alzó con los dos trofeos más importantes de la época: el Abierto de la Hurlingham Polo Association (Asociación de Polo de Inglaterra) y el Abierto de Estados Unidos. En este último país alguien definió al equipo argentino como 'Los cuatro grandes del sur'.
A raíz de la buena impresión dejada en la gira, la Asociación Argentina de Polo, que se había fundado en 1924, decidió enviar un representativo nacional a competir en los Juegos Olímpicos de ese mismo año, que se desarrollarían en París. Los jugadores designados para integrar el equipo fueron Juan Miles, Guillermo Brooke Naylor, Jack Nelson, Enrique Padilla (que era el capitán), Arturo Kenny y Alfredo Peña Unzué. La mayoría de ellos habían integrado el plantel que consiguió los títulos en Estados Unidos e Inglaterra.
'En la capital francesa, tierra del amor y de la Revolución, Nelson y sus compañeros enamoraron al mundo con las funciones que brindaron sobre sus equinos, mientras seguían cambiando la historia del deporte, que de allí en más se pintó con los colores albicelestes', señaló un artículo del diario La Nación. La disciplina Polo de los Juegos Olímpicos tenía cinco participantes, que debían jugar todos contra todos y la medalla de oro sería para quien obtuviera más puntos. El equipo titular de Argentina lo integraban Nelson, Kenny, Padilla y Miles. En el primer partido consiguieron un resultado contundente, imponiéndose por 16-2 a España. El segundo juego sería con Estados Unidos, en lo que se presentaba como una final anticipada entre los dos principales candidatos. El partido se disputó un 6 de julio y los estadounidenses fueron ganando durante la mayor parte del match. En el final, Argentina emparejó las acciones, consiguió empatar en el último chukker y cuando quedaban pocos segundos para finalizar, un gol providencial de Jack le dio el triunfo a los albicelestes.
Tiempo después, Nelson contó que en la mañana de ese partido fue temprano a misa en la catedral de Notre Dame. 'De paso, me acerqué al costado del altar para encender unas velas, pidiendo gracia para nuestro triunfo', relató el argentino, y agregó que, en ese momento, grande fue su sorpresa al ver justamente del lado opuesto a un jugador de Estados Unidos haciendo lo mismo. 'Esto dejaba empatadas las posibilidades', señaló entre risas.
Luego de la victoria ante los estadounidenses, el camino argentino hacia la medalla dorada quedaba allanado. Lo demuestran los triunfos conseguidos luego ante Inglaterra y Francia por 9-5 y 15-2, respectivamente. El último match se disputó el 12 de julio y a su término llegó el júbilo, las premiaciones y el recibimiento jubiloso que días después los campeones tuvieron en Buenos Aires.
Allí no acabaría la historia de Jack Nelson con el polo. Por el contrario, entre 1926 y 1928 presidió la Asociación Argentina de ese deporte. Durante esos años fue inaugurado el Campo Argentino de Polo, situado en el avenida Libertador y Dorrego, en el barrio porteño de Palermo. Luego, en 1936, cuando tenía 45 años y aún se encontraba en actividad, fue convocado para integrar el plantel que iba a participar en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. Esos Juegos, desarrollados en la Alemania nazi, fueron las últimos en los que el polo fue considerado deporte olímpico.
De antemano se consideraba a la Argentina como el gran candidato al oro, pues Estados Unidos no participaba en la competencia. Los rivales eran Hungría, Alemania, Inglaterra y México, que a priori aparecían como accesibles. Y así fue. El equipo titular argentino en esos juegos estuvo integrado por Luis Duggan, Roberto Cavanagh, Andrés Gazzotti y Manuel Andrada. Nelson, en tanto, era jefe de la delegación y jugador suplente, y si bien no le tocó ingresar en ninguno de los partidos, que fueron ganados cómodamente por los albicelestes, también se hizo acreedor a una medalla dorada, la segunda para él, que así entró en la historia de los argentinos más ganadores en Juegos Olímpicos, en la que aún sigue, ahora compartiendo honores con Mascherano.
En los años siguientes Jack siguió vinculado al polo -cuya Asociación presidió en dos períodos más- y a la estancia San Marcos, donde pasaba largas temporadas junto a su esposa, Lily Mac Donald McCormick, también hija de escoceses, e hijos. Allí había recibido, en 1931, a su amigo Eduardo de Windsor, Príncipe de Gales, que visitó el país interesado por el polo argentino.
Juan Diego Nelson falleció el 7 de agosto de 1984, cuando tenía 95 años. Su nombre sigue presente en la historia del polo y de los argentinos más ganadores en los Juegos Olímpicos. Justamente, el 12 de julio pasado se cumplieron cien años de aquella primera medalla conseguida en París.
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