El pan no es un lujo

El simple acto de llevar pan a la mesa se vuelve cada vez más costoso para las familias de Chacabuco y de todo el país. Desde este lunes, el precio del pan y los productos panificados en las panaderías bonaerenses sufrió un nuevo aumento del 12%. Esta decisión, comunicada por la cámara que nuclea al sector, es un reflejo de una realidad económica que no da tregua y golpea el presupuesto familiar. El pan no es un lujo: es un pilar de la canasta básica.  La suba se justifica por el sostenido incremento de los costos que asfixian al sector. Las materias primas, en especial la harina, ya venían de registrar alzas significativas, advertidas incluso por supermercados y mayoristas semanas atrás. Este efecto dominó en los costos, sumado a otros factores, como la dificultad para afrontar los nuevos contratos de alquiler tras la derogación de la ley, pone a las panaderías al límite. La crisis que atraviesa la industria panadera es profunda, con miles de comercios cerrados en el país en el último tiempo.  En estos momentos de creciente dificultad, resuena la histórica demanda de la Iglesia por "Pan, Paz y Trabajo". El pan, como símbolo de sustento y dignidad, se vuelve cada vez más difícil de conseguir. La pérdida de fuentes de trabajo en el sector panadero y la inestabilidad en los precios, lejos de promover la paz social, profundizan la inquietud y la incertidumbre social. El Gobierno nacional debería tomar medidas urgentes para estabilizar los costos y evitar que el acceso a un alimento esencial deje de ser el termómetro más cruel del ajuste que sufren las familias argentinas.