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El paso por Chacabuco de Gabino Ezeiza, el precursor del arte de la payada

04/01/2024
El paso por Chacabuco de Gabino Ezeiza, el precursor del arte de la payada

Gabino Ezeiza, también conocido como El Negro, fue uno de los precursores del género de la payada en la Argentina. De hecho, en 1992 se dispuso conmemorar el Día del Payador todos los 23 de julio en homenaje a un contrapunto que el 23 de julio de 1884 mantuvo este célebre cantor, recitador y compositor, en el Teatro Artigas de Montevideo y ante un numeroso auditorio, con el oriental Juan de Nava.

El Negro Gabino, que pertenecía a una familia de raíces africanas, había nacido el 3 de febrero de 1858 en el barrio porteño de San Telmo. En plena actividad como payador, solía emprender largas giras por el Uruguay y la región pampeana bonaerense. En una de esas ocasiones llegó al partido de Chacabuco, donde ofreció varios recitales.

Su llegada fue en enero de 1899 y el 29 de ese mes se presentó en Rawson, como parte de una velada en la que también hubo un número de prestidigitación.

Una semana después, el 6 de febrero, Gabino llegó a Chacabuco para brindar un espectáculo en el Centro Español. Un dato de color que dejó ese recital fue que Ezeiza le dedicó una de sus canciones al comisario de Policía del pueblo, de apellido Elormendi. La prensa de la época adjudicó la gentileza a que ambos compartían simpatías políticas por el radicalismo. Como muestra de eso, el periódico El Mentor definía a Gabino como un 'cantor patriótico y revolucionario alemnista'.

Las actuaciones del cantor y payador en Chacabuco continuaron dos días después en el salón de la Sociedad Italiana, donde su actuación fue muy destacada por la prensa.

'Anoche actuó Gabino en el teatro. No sufrió nada con los años en su camino de lauros', escribía el cronista de El Mentor en la edición del día siguiente y agregaba que 'hace 15 años cantaba igual'. También se señalaba que las canciones de Ezeiza eran alternadas 'con algunas suertes de prestidigitación hechas por su cuñado, el joven Arroyero Juan Peñaloza Ricard'.

Pocos días después, el 12 de febrero, Gabino se presentó en la confitería y fonda de Sosa, durante una velada que no estuvo exenta de incidentes. Uno de ellos lo generó un entusiasta joven que, cuenta el profesor Oscar Melli, 'no encontró aplauso más digno que el entrechocar de copas', las cuales, lógicamente, se hicieron añicos, provocando la reacción del dueño del establecimiento. Otra trifulca la provocó un parroquiano que, embebido de alcohol, aseguraba que el Ezeiza presente no era el famoso Gabino, por lo que los presentes eran víctimas de un vulgar engaño.

El miércoles 22 de febrero Ezeiza se despidió del público de Chacabuco con un aclamado recital que brindó en el salón-teatro de la Sociedad Italiana. El Mentor contaba que esa noche Gabino salió al escenario provisto de 'sus mejores armas: su guitarra, compañera inseparable y su simpática sonrisa y una salva de aplausos fue el saludo por parte del público de la sala'. Durante el recital, el artista realizó un repertorio en el que no faltaron temas como la ausencia, la mujer, Chile y hasta la electricidad, sin dar en ninguna de las canciones ni 'la más ligera nota en falso'.

Luego de permanecer durante casi un mes en tierras chacabuquenses, Ezeiza se fue el 25 de febrero rumbo a Vedia, para continuar con su gira de canciones y payadas.

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