El poeta que le escribió al río Salado

Su nombre era Vicente Mauricio Barbieri, y así como se lo considera la máxima expresión que ha tenido Alberti en materia de literatura, algunos de sus años de la infancia los pasó en el partido de Chacabuco.
Barbieri nació el 31 de agosto de 1903 en el pueblo de Alberti, que por aquel entonces pertenecía al partido de Chivilcoy. Su madre, Blanca Marino, murió a los 13 días del nacimiento de Barbieri y cuando tenía sólo once meses de vida, su padre lo llevó a la casa de doña Francisca Clemente, que era propietaria de una pequeña estancia conocida como La Azotea, la cual estaba ubicada entre las localidades de Coronel Mom y Villa María, que en ese entonces pertenecían al Cuartel V del partido de Chacabuco. Pocos años después, en 1910, la Legislatura provincial dispuso la creación del partido de Alberti y todo ese cuartel de Chacabuco pasó a formar parte del nuevo municipio.
Por aquellos tiempos, en toda esa zona los establecimientos rurales pertenecían a familias irlandesas, de apellidos como Scally, Brown, Gaynor, Casey, Heallion, Kenny, Roonan, Murray, Elliff, Hearne y Glennon. Ya adulto, Barbieri escribió un libro de carácter autobiográfico en el que recordaba especialmente a esa época y la gente que lo rodeaba, y recordaba con nostalgia los atardeceres en el campo.
"Era siempre el caer de la tarde una hora de religiosa concentración, en todas las cosas que entonces componían la casa y el campo. Se encendía en el galpón de los peones el fuego para el mate, y alguna guitarra sonaba cerca, mientras los teros escandalizaban allí en la laguna, atentos a las idas y venidas del muchacho, que en el viejo mancarrón de los mandados, arreaba las vacas hacia el jaquel cercano. Todo se apaciguaba y los larguísimos crepúsculos del oeste ponían en todas las cosas su suave colorido de melancolía", escribió.
El futuro poeta se crió en la estancia La Azotea y permaneció allí hasta los 16 años, cuando la familia Clemente tuvo que vender las tierras y se mudó a Buenos Aires. Pocos años después, a Barbieri le tocó la conscripción, que hizo en el Acantonamiento de Campo de Mayo, de donde fue dado de alta en 1924. Ese año comenzó una etapa nómade de su vida.
'Después de salir de la conscripción, encontrándome sin qué hacer y con 21 años a mi disposición, se me ocurrió largarme a rodar tierra, y así recorrí todo el territorio de La Pampa y provincia de Buenos Aires. He dormido a campo raso, más allá de 'punta de rieles', en medio de los bosques de Caleufú, con toda la noche alrededor y un alto cielo de estrellas sobre mi cabeza', escribió Barbieri, que en esos tiempos trabajó en 'todo lo que se presentaba'. Así, fue peón de cuadrilla, tipógrafo, cargador de bolsas, periodista y hasta maestro rural.
En 1930 regresó a Alberti, donde creó un periódico llamado Nueva Era, de tendencia conservadora. 'Ese periódico lo único que me brindó fue hambre, persecución y pérdida de tiempo. Tuve que largar todo y huir de Alberti', comentaba el escritor, que mantuvo Nueva Era hasta fines de 1932.
Luego de su fallido paso por Alberti se instaló en Chivilcoy, donde durante todo 1933 fue redactor del diario La Razón de esa ciudad. Ya en 1934, volvió a instalarse en Buenos Aires, en la que comenzó su carrera literaria, que en los comienzos le permitía subsistir a través de colaboraciones en distintas publicaciones de la época. A fines de 1936 pudo lograr una estabilidad económica, ya que consiguió un empleo en la Oficina de Prensa e Información de la Gobernación provincial, en La Plata. 'Aquella quieta ciudad, el alejamiento, la tranquilidad, por un tiempo, de tener comida todos los días y una cama segura, ¡por Dios que me hacía mucha falta!', recordaría luego.
En 1939 publicó 'Fábula del corazón', su primer libro de poemas, y el 18 de abril de 1942 se casó con Irma Ester Nóbile. Pocos meses después, se le diagnostica al escritor una lesión tuberculosa en el pulmón izquierdo, por lo que con su esposa se instalan en Unquillo, Córdoba. En 1944, aún viviendo en aquella provincia, publicó su primera obra en prosa, 'El río distante'. Ese mismo año el matrimonio regresa a Buenos Aires, donde Barbieri es sometido a una nueva intervención quirúrgica. Si bien su salud desmejoraba paulatinamente, en ese período su carrera literaria tuvo un gran crecimiento, lo que incluyó la edición de más obras y un creciente número de colaboraciones en publicaciones nacionales y del exterior.
El 29 de agosto de 1955 es elegido Presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, cargo que desempeña hasta su muerte, ocurrida el lunes 10 de septiembre de 1956, en su departamento de avenida del Libertador 540, de la Capital Federal. Sus restos fueron sepultados inicialmente en el cementerio de la Chacarita hasta que el 10 de septiembre de 1961 se los trasladó al cementerio de Alberti.
Se cumplía así un deseo del escritor, que en su lecho de enfermo había pedido que su cuerpo 'repose en Alberti, con la cabeza dando al Salado', o sea, a ese río que fue fuente de inspiración de buena parte de su obra, y al que, inclusive, alguna vez le escribió una poesía, titulada 'La balada del río Salado', que en sus primeros versos expresa: 'Era en la infancia, en juncos y rocíos / cuando lo vi pasar, arrodillado / mojaba soles y castillos fríos / en retazos de tiempo, lloviznado. / Ay, ya sé que mi jugo
enamorado / fue tiempo mejor / tiempo de ríos, tiempo de ríos'.
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