El príncipe que no quiso ser rey

Por Juan Pablo García

Es momento de hablar de Neymar Jr, un futbolista con una clase magnifica, digna de pagar la entrada para asistir al estadio y disfrutar del fútbol. Iniciado en Santos, como O Rei y que pudo haber sido de los mejores de todos los tiempos, pero la indisciplina, las malas decisiones en su carrera y las lesiones, hicieron que lo que se proyectaba quede truncado. Era el único que podía arrebatarle un Balón de Oro a Messi y CR7 cuando estos estaban en plenitud y en el momento que ellos ya no estuvieran compitiendo en la élite, sea Ney el heredero del trono. Todo eso quedo lejos, hoy el brasilero disfruta de los millones que le da el fútbol árabe.

Como apreciación personal, el mejor Neymar de todos fue el de sus inicios. Aquel pibe que empezaba a deslumbrar a los fanáticos del Santos, el que no tenía preocupaciones, el que venía de la favela, que disfrutaba de jugar a la pelota. Demostraba su talento innato, algo natural que tenía incorporado en sus genes, la sangre del jogo bonito verdadero. 

Era ese jugador que te daba gusto ver un partido, que no te interesaba lo que ocurría dentro del campo con los 22 futbolistas, solo querías ver a ese chico del Santos, que hacía maravillas con la pelota, que podía hacer parecer fácil lo difícil para cualquier ser humano, pero que para esa especie era lo cotidiano. La capacidad de sacarse hombres de encima, con sutileza y elegancia, que te hacían levantar del asiento para aplaudir y cada una de sus maravillosas gambetas se celebraban como si fuera un gol en cada estadio de Brasil. Como para no hacerlo, estaban ante una joya que ilusionaba a todo el territorio brasilero, los paralelismo eran inevitables entre Ney y el más grande que nació en esas tierras como lo es Pelé.

Llevó al Santos a levantar una Copa Libertadores, la del 2011, después de 48 años de sequía, justamente la anterior, en 1963, fue con Pelé como estandarte y la última con Neymar siendo de las máximas figuras para aquella obtención continental. El camino era inevitable, estaba para ser un crack de época, no solo que marcaría una generación, sino que iba a estar entre los más grandes de todos los tiempos. No más que O Rei, pero tal vez un escalón por detrás o como el tercer mejor brasilero de todos los tiempos, luego de otro magnífico jugador como Ronaldo el Fenómeno. Puede sonar exagerado, pero Ney estaba destinado para grandes cosas dentro del fútbol.

Se marchó al Barcelona donde siguió demostrando el magnífico futbolista que es, que tiempo más tarde iba a conformar la mejor delantera de todos los tiempos, la famosa MSN con Messi y Luis Suárez. Fue la máxima figura de ese Barça por detrás de Leo, que esto sería algo que lo iba a marcar a futuro.

El partido más recordado del brasilero fue en la serie de los octavos de final de la Champions League de 2017 en la histórica remontada ante el PSG. Los Culés habían perdido 4-0 en la ida en Francia, un resultado muy adverso y casi imposible de remontar, pero ahí apareció Ney, poniéndose el equipo al hombro para aportar con dos goles y una  asistencia para ganar por 6-1 en el Camp Nou. Todas las miradas, tapas de diarios y revistas, los portales y la prensa fueron para Lionel Messi, que no había tenido un gran rendimiento en ese encuentro. Neymar quedó opacado.

Tal vez todo ese suceso de quedar en la sombra del mejor futbolista del mundo veía que no lo beneficiaba demasiado, siendo el referente máximo de la selección brasileña. Por estas cuestiones, iba a terminar cometiendo el peor error de su carrera, irse al PSG, un equipo sin historia, sin alma, sin sangre competitiva como para querer ser el mejor del mundo.

222 millones de euros costó el traspaso, que sigue siendo el más caro de la historia y que rompió para siempre los valores de mercado. Porque hasta ese entonces el fichaje más elevado era por menos de la mitad, 105 millones cuando Manchester United los desembolsó por Paul Pogba. Ahora cualquiera que se destaca en un club importante, termina valiendo nueve cifras.

Su magia la siguió llevando a Francia, el país de la elegancia que tanto destacaba a Neymar en su juego. Pero esa estrella se iba a apagar, diferentes conflictos con sus compañeros y directivos, hicieron que nada de lo que se proyectaba con el club parisino terminara siendo una realidad. A pesar de todo esto, llevó al PSG a una final de la Champions League, el objetivo máximo para los inversores.

Todo terminó de derrumbarse el 15 de agosto de 2023 cuando se hace oficial el traspaso del crack al Al Hilal de Arabia Saudita a sus 30 años. Quién iba a pensar que ese chico de apenas 17 años, que maravillaba a todos en Brasil, que prometía llevarse al mundo por delante para ser el mejor, anunciaría el retiro anticipado del tercer mejor futbolista de esta era. Para esa edad la proyección era otra, siendo él, el dueño del planeta con Messi y Cristiano Ronaldo fuera de la élite. 

Con Brasil también pudo ser más, aunque supo convertirse en el máximo goleador de la historia de su selección, con lo que significa superar a Pelé en algo relacionado a la Verdeamarela. En 2014 fue el exponente del equipo que llegó a semifinales del Mundial que fueron locales, para semifinales no pudo estar por lesión y justamente sin el 10, iban a sufrir la catastrófica derrota por 7-1 frente a Alemania, quedando demostrado que sin Neymar, ese combinado no podía aspirar demasiado. 

No hay que obviar lo extra futbolístico. La indisciplina, las lesiones constantes que pueden ser por la poca preparación y un aspecto psicológico. Los carnavales y cumpleaños de su hermana, los cuales no se perdía ninguno, siempre acusando lesiones para esas fechas. Una línea que han seguido los brasileros más talentosos, salvo excepciones. Que pudieron haber sido aún más de lo que fueron, como Ronaldinho, pero las salidas nocturnas derivaron en que sean menos profesionales.

Tal vez ahora no lo dimensionamos, pero con el tiempo nos daremos cuenta del gran talento que se perdió el fútbol. Neymar, la estrella que no pudo brillar.