Escuchar a los ciudadanos
El debate sobre la implementación de las bicisendas ha tomado la escena pública en nuestra ciudad. La división de opiniones es notoria: mientras un sector celebra el impulso a un transporte más ecológico y saludable, otro manifiesta inquietudes con respecto a la circulación, el diseño y el impacto en el comercio. La decisión del Gobierno municipal de convocar a una consulta popular en marzo próximo es, sin duda, un acierto democrático que merece ser destacado. Reconocer que la ciudadanía se encuentra dividida y, en lugar de imponer una visión, escuchar la voz de los vecinos es la forma más genuina y moderna de resolver una controversia de esta naturaleza. La participación no solo legitima las decisiones tomadas, sino que fortalece el tejido social. Solo con el resultado de las urnas se podrá definir si la bicisenda debe ser ordenada y ampliada o si su implementación debe reconsiderarse, siempre con el objetivo de lograr un trazado útil para todos. Este llamado a las urnas no es un hecho aislado, sino que se inscribe en una tendencia positiva en la vida de nuestra ciudad. El avance sostenido en herramientas como el Presupuesto Participativo ya había marcado una clara voluntad de democracia directa, permitiendo a los chacabuquenses decidir sobre la asignación de fondos para obras de interés comunitario. Ambas iniciativas —la consulta popular y el Presupuesto Participativo— son pilares de una democracia activa y moderna. El futuro de nuestra movilidad y el diseño de nuestros espacios públicos merece la escucha atenta de las voces de quienes viven y transitan la ciudad día a día.
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