"Eso que me dicen los motores"

Por Sonia Rubino
En la historia de Chacabuco hay bemoles imposibles de ignorar porque forman justamente esa tibia melodía de un pueblo que crecía al compás de esos acordes.
Alguien me dijo una vez que en mis historias había música y hoy vamos a transitar por ahí porque nos cuenta su historia de vida un señor que conoce nada mas ni nada menos que el pentagrama de los motores.
Una historia que comienza un 18 de julio de 1944, y se trata de un transportista emblemático de Chacabuco, Oscar Ricardo Trotta que desde muy chico aprendió a escuchar lo que esos motores dicen y supo que quería ser mecánico a los 10 años.
¿Cómo fue que se despertó esta pasión por los autos?
'Mi familia me preguntó al terminar las clases que quería hacer. A mí me gustaba ser mecánico, quería trabajar de mecánico y así empecé a los 10 años como empleado de Tito Gardella.
Obviamente, no fue un deseo de un niño solamente porque de ahí nació en mí y para siempre el entusiasmo de ese
oficio.
Mi papá vendía motos y así fue que empecé a trabajar con las motos. A medida que fui avanzando en mi profesión de mecánico de automóviles y camiones, mi hermano se había puesto de transportista y eso me atrapaba también. Logré comprar un camión pero siempre con el entusiasmo de joven de ser mecánico de carreras.'
¿Y tu padre estuvo de acuerdo?
'En ese momento había una carrera en motos y no me dejó correr. Después estuve en el karting y corrí varias carreras de karting y ahí fue donde Toto Biscotti y Oscar Cane me llevaron a 25 de Mayo a competir.'
¿Ya habías pensado en formar una familia?
'Cuando nos pusimos de novio con Marta, al karting lo tuve que dejar y empecé a trabajar con los camiones. Eso me llevó tiempo porque mi anhelo era el automovilismo, pasión que nació en mi hijo Esteban también.
Al pasar los años también puse la mira en el campo. Compré un pedacito de campo. Congenie el transporte, el campo y el automovilismo y eso fue lo que me hizo crecer hasta la fecha.'
¿Cuántos hermanos son?
'Somos cuatro, tres varones y una mujer con los que tengo una excelente relación.
Con mi hermano más chico, Juan, estuvimos 20 años juntos en el transporte, trabajando en sociedad.
Un día decidimos que no había que pelear para separarnos, nos separamos como buenos amigos y lo seguimos siendo, él por su lado y yo por el mío, ambos dedicados al transporte.
Eso para mí es muy importante, mis hermanos son mis mejores amigos, y entre semana nos encontramos para cenar juntos.
¿Trabajaste mucho para progresar?
'En ese tiempo vos tenías que tomar una decisión desde muy chico y eso se afirmó cuando pensé en formar una familia.
Con los camiones, y después el campo, buscamos por así decirlo un buen pasar. Y los chicos, los tres varones, uno con el automovilismo, el otro siguió con el transporte y al mas chico le encanta el campo, los tres siguen lo que yo instalé y construí desde muy joven .'
¿Sentís que has logrado todos tus objetivos?
'Logré hacer lo que me gustaba desde muy chiquito y que me definió. Pero debo decir que cuando quisimos hacer nuestra familia no teníamos nada porque la casa era de mi papá.
Mirando hacia atrás siento que la vida fue mucho más allá de mis anhelos y nos dio tres hijos y seis nietos maravillosos.
¿Tu papá estuvo en algún momento cerca del transporte?
'Mi papá vendía motos pero primero tuvo un camión y creo que a lo mejor algo de eso nació en mí. Mi hermano el mayor, fue el que primero empezó con el transporte. Y mi suegro, el papá de Marta, don Elguea tenía camiones. Entonces de ahí sale la búsqueda de armonizar lo que me gustaba, la mecánica, el taller y el transporte. Pero en ese tiempo la mano de obra era muy poca, no valía nada.'
¿Y ahora?
'Ahora cambian todo. ¡No anda, no sirve más!, ¡Lo tiramos!.
¿Sabés que nos enseñó mucho a no cambiar piezas? Que no había posibilidades, tenía que reparar porque no estaba la situación para poder cambiar cada pieza, entonces yo aprendía, yo manejaba el torno para tornear, yo lo mandé a Esteban a estudiar al Colegio Industrial y cuando terminó empezó a trabajar conmigo en el taller, el que le enseñó fui yo, porque yo sabía cómo se afilaba una herramienta.
Cuando vos naciste entre alambre y tenaza, lo tenés que arreglar. Tenés que hacerlo'
¿Puede ser que tenías un apodo?
'Para los que me conocieron, la mayoría mecánicos que ya fallecieron, yo tenía dos sobrenombres, 'El libro gordo de Petete' porque me venían a preguntar y 'El curandero' .
¿Por tu conocimiento?
'Si, yo no quería ir a los talleres mecánicos a hacerme el ingeniero y para el automovilismo hice muchas cosas pero nunca quise figurar. Conmigo quieren hacer un libro, pero yo no quise. No, nunca quise figurar, para nada. Hice lo que me gusta y tal vez conmigo nació eso de conocer cada ruido de cada motor o partes de la mecánica.'
¿Algo así como un talento natural?
'Se puede decir que los motores, los diferentes sonidos que escucho me van diciendo cuál o cuáles son los problemas.'
¿Ese talento te permitió llegar hasta aquí?
'Para mí no fue fácil, siendo que hice mucho sacrificio porque no teníamos nada y te puede contar Marta que nos habíamos casado y a los camiones los arreglaba en la calle, en mi casa, en la calle Moreno, cuando era de tierra, Moreno y Entre Ríos.
Cuando venía el camión si era de noche, de noche, si estaba lloviendo lo hacía debajo del agua, yo me ponía y lo tenía que armar. Lo que hice fue trabajar, trabajar, trabajé mucho.'
¿Anécdotas?
'Muchísimas, no puedo ir a algunos talleres porque si voy no puedo salir más, nos conocemos de tantos años y tantas anécdotas. El taller Ruta Libre es uno.
Hay mucha amistad ahí y una profesión que nos une. Ir a tomar mates con ellos da para largo porque nos unen los fierros y la trayectoria.'
¿Sentís que hoy recogés los frutos de todo lo que hiciste?
'Y si, con los choferes era súper exigente. Cuando venían y me decían que se gastó mucho porque tenía viento en contra, ya sabía todo entonces me ponía furioso pero les enseñaba Y dos por tres aparece algún chofer que viene de otro lado con la señora y le dice:
'Todo lo que sé lo sé es por este hombre' Y eso te llena el alma, es un orgullo haber hecho todo lo que hice y formado gente que aprendieron conmigo. Yo era exigente y era de carácter Muy serio según como viene la mano .Pero además, antes no eran tan profesionales los choferes, ahora tienen una formación .
¿Alguien para recordar?
En la década del 60 se corría una carrera de regularidad de Buenos Aires a Bariloche y fue a correr Cacho Francech con Jorge Martegani. Llegaron entre los mejores argentinos a Bariloche. Se quedaron festejando, se rompió el auto y cuando volvían con el auto a remolque de una Estanciera chocaron de frente contra un camión y se mataron tres vecinos de Chacabuco; Francech, Martegani y Farina, mientras que el cuarto integrante del viaje, Chocho Reynoldi tuvo graves lesiones. ¡Terrible!
Iba a ir yo a buscarlos y por algún motivo no pude viajar'
Creo que hablar con Oscar es categóricamente para hacer un libro. Su impronta a la hora de hablar de su pasión por los fierros, ese pacto que tiene con el corazón de los motores, su impecable personalidad cuando habla de sus colegas y amigos me hacen pensar que hay mucha más tela para cortar.
Imposible redactar con lujo de detalle sus vivencias, no se puede plasmar la experiencia en una página ni tampoco en dos o tres.
Con mucho respeto, creo que se equivoca cuando dice que no haría un libro de su vida y su trayectoria pues sería un gran aporte para aquellos que desconocen la palabra 'Aprender'
Hoy todo es más tecnológico y seguramente es más fácil tirar y comprar.
No lo sé.
Me quedo con la imagen de un hombre sabio que se considera serio y exigente pero amoroso con la hermosa familia que formó con Marta, otro ejemplo de vida también.
Apasionado además del fútbol del cual formó parte en su juventud siendo defensor en el club Moreno y ya más grande de la comisión del club River Plate donde sus hijos jugaron.
Y los acordes se van pausando, la melodía ya tiene dueño o mejor dicho, dueños.
Cae el atardecer y el verde casi mágico del césped de invierno, se lustra para nuestros ojos.
Oscar y Marta hoy disfrutan paisajes, viajes y fotos. Una vida juntos y los recuerdos envueltos en álbumes son fieles testigos de esos tramos en esta loca aventura cumpliendo sueños para disfrutar cada instante de vivir.
¡Gracias Oscar!
Relacionadas
