Estudiantes en apuros

Desde hace largas décadas, muchas familias de Chacabuco han hecho un gran esfuerzo para que sus hijos puedan ir a universidades nacionales de Buenos Aires, La Plata, Rosario, Santa Fe o Córdoba. En este contexto inflacionario, con los mayores índices de pobreza desde el regreso de la democracia, el alquiler, junto con el costo de vida general, se convierte en uno de los mayores impedimentos para los jóvenes que desean estudiar carreras que no se dictan en la ciudad o la zona. A los derroteros propios de comenzar la vida universitaria y el destierro, se suma el brutal aumento de la comida y los inaccesibles precios de arriendo de propiedades. En los grandes centros urbanos los valores de mercado experimentaron un vertiginoso aumento que va desde el 300 al 500 por ciento, ubicándose muy por encima de la inflación interanual, que en diciembre de 2023 alcanzó un 211,4%. Mientras que el Gobierno de Javier Milei, fijó el salario mínimo vital y móvil en 180 mil pesos, un monoambiente en la CABA no se consigue por menos de 200 o 250 mil pesos por mes . A la inestabilidad económica se suma la crisis habitacional, donde hay una tendencia hacia la oferta de contratos nuevos en lugar de extensiones y la mayoría de los propietarios opta por plazos que van entre 12 y 24 meses con cláusulas de actualización cada 120 días. Para completar el cuadro de situación, para movilizarse de casa a la universidad, el nuevo cuadro tarifario dispuesto por la Secretaría de Transporte muestra aumentos del 251% para colectivos y de 247% para trenes que circulen dentro del AMBA.