Galíndez y Guilloti en Chacabuco: relato de una velada boxística

Durante mucho tiempo, un vago recuerdo de aquel acontecimiento, que yo no había vivido, regresaba a mí como un reproche por no haberlo aún escrito. Pero me faltaban datos. En realidad, ahora, no sé si existió o si fue un sueño vivido por mi amigo Chato, compañero de la secundaria, minucioso en la memoria de los detalles. El hecho es que cuando pregunté a quienes –a nuestro entender- habían vivido aquella velada boxística, todos mayores de edad, nadie la recordaba. También consulté a familiares del promotor, a periodistas deportivos, al bisemanario local, al Archivo Histórico Municipal. No logré que me aportaran nada. Todo terminó de entrar en duda cuando el último consultado fue terminante: 'Galíndez no vino a Chacabuco a una velada boxística, estuvo una noche en el Portal de Mallorca, pero a bailar'. 

Por Jorge Barrientos 

Según mi amigo Chato, los que tuvieron la iniciativa de ese evento fueron dos amigos, Titi y Alfredo, pero por ciertas diferencias en cuanto a la organización, Titi continuó solo. Con ese fin, alquiló el Club Argentino para un viernes y distribuyó entre su cuadrilla de amigos las tareas a realizar: Chato estaba al borde del ring controlando el tiempo de los rounds, marcando el inicio y final de cada uno con una campanilla. Rami y Liyo en la ventanilla de entradas. Loli recibiendo las entradas. El programa, que ocurrió aproximadamente entre los años 1975 y 1976, incluía la exhibición de fondo de un campeón mundial: el argentino Víctor Emilio Galíndez en categoría semipesado. Y en el semifondo: Mario Omar Guilloti, nacido en O´Higgins, criado en Chacabuco e iniciado en el box por Alfredo 'Piro' Fernández. Mario alcanzó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de México 1968 y fue campeón argentino de peso welter. El manager de ambos era Juan Carlos Pradeiro, que condujo a Galíndez a ser campeón del mundo en 1974. Víctor y Mario iban a competir contra boxeadores ranqueados a nivel nacional. Previo a ello, peleaban otros boxeadores amateurs de Chacabuco y Junín de diversas categorías.

Los primeros cuatro combates fueron entre boxeadores de Chacabuco y Junín a cuatro rounds de dos minutos por uno de descanso. Luego la de semi fondo de Guilloti; y, por último, la de Galíndez. Las dos últimas a ocho rounds. 

Chato también rememora algunos hechos ocurridos esa noche, uno de ellos lo tuvo como protagonista y pasó en una de las peleas preliminares, que enfrentaba a un boxeador juninense contra uno de Chacabuco. Fue un round muy encarnizado, combate durísimo, el público enardecido gritando por el local, que en cualquier momento lo noqueaba. Ese entusiasmo llevó a Chato a olvidarse de tocar la campanilla en el final del asalto y vino una persona del rincón del juninense a rogarle que tocara la campanilla porque se había pasado del tiempo y los boxeadores no daban más. 

Otra de las circunstancias que recuerda de esa noche fue que lo recaudado no se condecía para nada con la cantidad de público presente, y eso pasó porque fallaron los controles y muchos habían entrado saltando los paredones traseros del club. El hecho motivó que la recaudación sólo alcanzaba para pagarle a Galíndez y para una parte de lo que correspondía a Guilloti. Pero en un gesto que delató su hombría de bien, Guilloti prefirió que se les pagara a los muchachos de las peleas preliminares. Una vez arregladas las cuentas, recuerda Chato, se fueron con Titi, Víctor Galíndez, Juan Carlos Pradeiro, Guilloti y algunos otros amigos que colaboraron a comer a la pizzería de Botta en la Avenida Alsina. 'Quien pagó la cuenta no sé, capaz que Botta colaboró', dice el Chato.

Titi era Norberto Longo, que siguió en el ambiente del boxeo, su pasión. A través de Juan Pedro 'Chocho' Martini conoció a Walter Nelson, relator deportivo de primera, tanto en fútbol como en boxeo. Juntos comenzaron con fútbol en LT36, la radio de Chocho, uno relatando y el otro comentando. Después de un tiempo y por contactos de Chocho, les dieron la posibilidad en Radio Rivadavia, lo máximo en programación deportiva. Ellos conducían el segmento de boxeo, los viernes y sábados por la noche, relatando y comentando las mejores peleas que se realizaban en Argentina. También estuvieron juntos varios años en la televisión. Titi se nos fue hace varios años.

A los dos boxeadores no los mató su amada actividad deportiva. Nacido en Vedia, campeón argentino y dos veces campeón mundial (en 1974 y 1978), Víctor Emilio Galíndez se retiró del box y trató de cumplir otro de sus sueños: el automovilismo. A los 31 años, el 25 de octubre de 1980, debutó como acompañante del piloto Antonio Lizeviche en la Vuelta de TC de 25 de Mayo. Luego del abandono por la rotura del motor, volvían caminando a boxes y murieron atropellados por un auto fuera de control. Mario Omar Guilloti, reconocido por los periodistas deportivos como 'un ejemplo para muchos', falleció el 24 de agosto de 2021, a los 75 años. El Covid-19 pudo con él. 

A la velada boxística la conté como me la contaron y a mi amigo no lo puedo desairar, pero no sé si existió o fue un sueño de él. Sus protagonistas principales-Titi, Galíndez, Guilloti- ya no están. Si alguien la vivió, le pido que levante la mano.