Miercoles . 10 Septiembre . 2025

Escucha en Vivo:

Intento tardío, diálogo imposible

10/09/2025
Intento tardío, diálogo imposible

La derrota bonaerense dejó al descubierto la incapacidad del Gobierno nacional para escuchar los reclamos de las provincias. En un intento por mostrar una supuesta apertura, el presidente Javier Milei restituyó el rango de Ministerio a la cartera del Interior, pero nombró al funcionario que ya ocupaba el cargo. La jugada, leída como un gesto de endogamia política, se suma al malestar de los mandatarios provinciales por el inminente veto a la ley de ATN. A un mes y medio de las elecciones del 26 de octubre, todo indica que el conflicto entre el Ejecutivo nacional y los gobernadores, lejos de resolverse, se agravará.

POR MANUEL BARRIENTOS


 

Los ecos de la derrota, que aún resuenan en los despachos de la Casa Rosada, han obligado al Gobierno nacional a ensayar gestos de autocrítica. Quienes hasta hace poco se mostraban aliados al oficialismo hacen sonar las voces de alarma por el rumbo oficial, aunque nada muestra que el presidente Javier Milei las haya escuchado. El Ejecutivo parece perdido. O, lo que es peor, sin margen de maniobra política y económica.

Luego del revés electoral en la provincia de Buenos Aires, una de las primeras respuestas fue una nueva 'convocatoria' al diálogo con los gobernadores y el armado de una 'Mesa Federal'. Pero este movimiento no parece ser más que un anuncio tardío y sin posibilidad de resultados concretos.

La mayoría de los mandatarios provinciales salieron la noche de la elección con un mensaje a coro, que era más un dardo que una súplica: 'La gente viene hablando fuerte y claro. El gobierno sigue sin escuchar, paralizado'. Los posteos de los gobernadores, un texto común con leves variaciones, marcaron la cancha: 'Hay que dejar atrás el pasado, lleno de fracasos y frustraciones. Enfrentar ya los graves problemas del presente, porque en las casas de nuestra gente todo apremia. Y plantarse de cara al futuro, proponiendo una nueva alternativa. Una mejor opción para todos los argentinos'.

Ayer la respuesta de la Casa Rosada, por boca del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue la restitución del Ministerio del Interior. Al que el propio Gobierno había degradado el año pasado. El anuncio, pomposo en su forma, tenía algo de montaje propagandístico de patas cortas. Fue designado como ministro de Lisandro Catalán, quien ya oficiaba como secretario del Interior con rango de ministro dentro de la propia Jefatura de Gabinete. 'Siguiendo las instrucciones del Presidente @jmilei, con el objetivo de retomar el diálogo con los gobernadores afines, hemos constituido la Mesa Federal junto al Ministro de Economia @LuisCaputoAR, y el flamante Ministro del Interior @catalanlisandro', tuiteó Francos. La declaración también dejaba claro el sesgo: el diálogo es solo para los que 'comparten el espíritu de cambio'.

El nombramiento de Catalán o, para ser más exactos, su elevación de rango, es un símbolo de la endogamia que carcome al oficialismo. El nuevo ministro no es un desconocido en los círculos del poder. Su padre, Juan José Catalán, un abogado de pasado sombrío (fue ministro de Cultura y Educación de la dictadura de Jorge Rafael Videla y de Economía de Tucumán en los años 60), forjó una relación de amistad y política con Guillermo Francos. Es decir, el Jefe de Gabinete conoce al ministro del Interior desde la infancia. Estuvieron juntos en el Banco Provincia bajo la gobernación de Daniel Scioli y en 2012 lanzaron la Fundación Acordar. La designación como ministro de quien, en realidad, ya estaba a cargo de la relación con las provincias demuestra la incapacidad del Gobierno de expandir su círculo, de abrir la puerta a nuevos rostros y, más importante, a nuevas ideas. 'El anuncio es un giro de 360 grados', me comentaba un agudo analista política ayer al mediodía.

Mientras el Gobierno proclama el diálogo, la confianza con las provincias se desintegra a pedazos. El malestar entre los gobernadores es cada vez más explícito, especialmente ante la inminente amenaza de veto a la ley de Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Una norma que, para el ojo de los gobernadores, tiene un costo fiscal de 0,05 puntos del PBI, una cifra de nula incidencia en el déficit. Sería una muestra muy grande de incongruencia del Gobierno y de su nueva 'Mesa Federal' (integrada por el ministro de Economía Toto Caputo, Francos y Catalán) anunciar la convocatoria al diálogo y, al día siguiente, vetar la ley de ATN. Sería como vetar el financiamiento a las universidades el Día del Maestro. O seguir desoyendo el reclamo social por el Garrahan. Las tres medidas que tomaría el Presidente en las próximas horas.

Y la relación con los gobernadores sólo puede agravarse. Hay un dato que se impone y que es imposible de resolver: La Libertad Avanza competirá en las elecciones de octubre contra las listas de 19 mandatarios provinciales. Por lo tanto, nada indica que el conflicto entre el Ejecutivo nacional y las provincias se solucione de acá a las elecciones legislativas del 26 de octubre, sino que todo apunta a que ocurrirá exactamente lo contrario. El llamado al diálogo, por ahora, parece ser un nuevo globo comunicacional del oficialismo, una conversación en la que las palabras oficiales rebotan contra una pared de creciente desconfianza. 

feature-top