La Iglesia se prepara para celebraciones relevantes

Por estos días, el calendario de la Iglesia tiene tres acontecimientos cargados de mucha trascendencia: Corpus Christi, el Sagrado Corazón de Jesús, y San Pedro y San Pablo, también conocido como el Día del Papa. Para acercarnos al significado de cada una de estas fechas, consultamos al padre Darío Kling, de la parroquia San Isidro Labrador.

'Habiendo terminado el tiempo pascual, que fue con Pentecostés, ahora entramos en este momento del año que se llama Tiempo Ordinario y la primera gran festividad del Señor, de Dios en definitiva, porque es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, fue el domingo pasado: la Solemnidad de la Santísima Trinidad', explica el padre y adelanta: 'este próximo sábado y domingo, como lo vamos celebrando siempre, es la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, llamado Corpus Christi'. Respecto de esta celebración, el sacerdote nos dice: 'es un día donde se destaca, se adora, la presencia de Dios, el misterio de esa presencia en el pan y en el vino consagrados, en el Cuerpo y la Sangre del Señor Jesucristo que nos lo dejó así en la última cena, tomando el pan y pronunciando la bendición: ´Tomen y coman, esto es mi cuerpo´, y con la copa hizo lo mismo: 'Tomen y beban, esta es mi sangre´. Entonces, por supuesto, se trata de un misterio hondísimo, donde la presencia real de Jesús se queda en el pan y en el vino consagrados'.

-Se trata nada menos que del alimento espiritual…

-Sí, claro. Es nuestro alimento espiritual, así como el aire que respiramos, está esa presencia del Señor allí, y si no comulgamos, si no comemos su carne y bebemos su sangre, no tenemos la vida de Cristo en nosotros y no podemos vivir como cristianos. Entonces, es un día así muy especial, centrado en esa presencia, y como tal, acá vamos a hacer una procesión manifestando públicamente, porque ese es el sentido. Es una manifestación pública de la fe, por eso no lo hacemos dentro del templo, sino que vamos a transitar por la plaza, el sábado, a la tarde, después de la misa de las 19:00. Saldremos con la Eucaristía, con el Santísimo Sacramento, con los fieles que se sumen, y con algunas velas también, para honrar esa presencia del Señor, y haremos así una pequeña manifestación de fe en medio de la ciudad, que también será una bendición para toda la ciudad, será también una bendición para aquellos que aún no se adhieren porque es el único Señor y es para todos, y nos quiere, entonces su bendición seguro que llegará a todos aquellos corazones de buena voluntad. 

-Y también se acerca otra celebración muy relevante, que es la del Sagrado Corazón de Jesús…

-Sí, el último viernes de junio es la festividad del Sagrado Corazón de Jesús. Durante todo este mes la Iglesia destaca la presencia del Corazón de Cristo, que es el modo humano con el cual Dios nos ama, es decir, el Corazón es un símbolo en este caso, que nosotros también lo tomamos en la vida cotidiana: mandamos corazoncitos como un signo de amor. Pero acá hay un amor mayúsculo, el amor de Cristo, y está así manifestado en ese Corazón que está herido por la lanza, que tiene la llaga en el costado ahí, y que también está encendido en un amor que no se acaba, porque es amor de Dios expresado de la manera humana, expresado en el acompañamiento, en el cariño, en la cercanía, en la ternura, en el modo como se expresa el amor humano. Así ha expresado Jesucristo, que es Dios, el amor de Dios por nosotros, y a la vez también tiene particularmente una corona de espinas, significando también de tanto dolor, que por amor el Señor padece. Ese amor es un amor sacrificado, es un amor entregado, y es un amor que es fuente de vida, es un amor salvador. Todo eso es la festividad del Sagrado Corazón.

-Y en esta sucesión de acontecimientos importantes, junio cierra con dos figuras centrales: San Pedro y San Pablo.

-Exacto. Eso será el domingo 29 de junio, y ese día la Iglesia quiere poner en una sola fecha estas dos columnas, esos dos pilares. Los dos mueren mártires, con años de diferencia, pero en el mismo lugar: en Roma. Allí se encuentran los lugares del martirio de San Pablo, fuera de la muralla vaticana, donde hay una basílica gigante que lo conmemora, que es la basílica de San Pablo Extramuros. Y San Pedro fue martirizado en la colina del Vaticano, en el circo de Nerón, y allí se encuentra también su tumba, debajo del templo que vemos nosotros donde está el Papa, en la basílica de San Pedro, ahí, debajo mismo del altar, como nueve metros para abajo, está la sepultura, lo que fue la tumba del apóstol. Entonces, en este día la Iglesia destaca estas dos figuras apostólicas que tienen cada una su perfil, son bien distintos uno del otro, pero los dos han dado la vida por la fe. Y también, como el Papa es el sucesor de Pedro, se lo denomina el Día del Papa. Rezaremos por el Papa León XIV, por su tarea, por su ministerio, y seguramente tendremos bien cerquita del corazón a San Pedro y a San Pablo. Aprendamos de ellos, de su valentía, de esa audacia para testimoniar la fe que nos hace falta y que le hace falta también al mundo de hoy.