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La rebelión de los carreros contra el impuesto de patentes

23/12/2023
La rebelión de los carreros contra el impuesto de patentes

HISTORIAS

A finales del siglo XIX se registraba en Chacabuco un creciente tránsito de coches, volantas, tílburis y otros vehículos, la mayoría de tracción a sangre, y había varios miniempresarios locales dedicados al traslado de pasajeros, la atención de urgencias y los servicios fúnebres. Esto llevó a que la autoridad municipal tuviera que regular ese aspecto de la vida comunitaria.

Así, pocos años después, en septiembre de 1902, el Concejo Deliberante aprobó una ordenanza que reglamentaba el servicio de coches de alquiler -que hoy podrían llamarse taxis, o remises- y fijaba las tarifas que debía cobrar el gremio de los cocheros, así como una serie de obligaciones que tenía que cumplir.

La norma establecía, por ejemplo, que un viaje diurno a la estación del Ferrocarril Pacífico o al Polígono de Tiro debía cobrarse 0,50 pesos moneda nacional por persona, con un adicional de 0,30 pesos si los pasajeros eran dos o más. Si el traslado era hasta la última línea de quintas, el precio era de 1,50 pesos, y de 3 pesos hasta la última línea de chacras. 

En los años siguientes, la Municipalidad introdujo el cobro de un impuesto de patentes, cuyos valores dependían del tipo de vehículo y los fines para los que eran utilizados. Un aumento dispuesto en 1908 provocó protestas del gremio de los carreros, a quienes se les cobraba de acuerdo a la capacidad de carga de sus unidades, que usualmente se utilizaban para el traslado de las cosechas.

La tensión escaló a partir de que el Concejo Deliberante, ante un pedido de rebajas presentado por el gremio, descartó de plano cualquier modificación. En una nota suscripta por el presidente del cuerpo, Edmundo Perkins, la solicitud fue denegada aduciendo que el aumento notable de la producción agrícola había intensificado el tránsito por los caminos del distrito, y su mantenimiento requería crecientes inversiones. Además de considerar que el partido de Chacabuco era 'uno de los que mejores caminos tiene en la provincia', en la nota se agregaba que si alguno de los senderos necesitaba reparaciones, ello se debía a que los carreros excedían frecuentemente los pesos máximos de carga.

La nota denegatoria del cuerpo deliberativo fue emitida el 7 de marzo y tuvo como respuesta, justo una semana después, un mitin de protesta que el gremio de los carreros realizó en la Plaza San Martín.

La manifestación, en la que los ánimos estaban caldeados, tuvo dos oradores. El primero, de apellido González, que era el secretario de la organización, centró su mensaje en la cuestión gremial, pero el segundo, un tal Bazán, que había venido desde Junín, realizó un discurso en el que puso en discusión todo el sistema económico y social de la época.

El Mentor, que era el periódico que tenía Chacabuco en esos días, no dejó pasar su escozor ante lo expresado por Bazán, a quien presentaba como 'un anarquista furibundo', que en su diatriba también había tendido un manto de dudas sobre la prensa, a la que acusaba de hallarse 'vendida al capital'.

Las crónicas de la época no señalan cuál fue el desenlace del conflicto, pero todo indica que a partir de esa manifestación de fuerza, toda medida que afectara a los carreros fue evaluada con mayor prudencia por las autoridades. 

En esos tiempos, las protestas de ese gremio se repetían en todo el país, como lo muestra la imagen que acompaña esta nota, correspondiente a una huelga de carreros realizada en 1907 en Rosario.

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