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¿La tradición argentina ha muerto?

13/11/2025
¿La tradición argentina ha muerto?

Por Juliana Chacón 

Cada 10 de noviembre, en conmemoración del nacimiento de José Hernández, se celebra el Día de la Tradición en nuestro país. 

En un país en formación aún, el autor del Marín Fierro encarnó en sí mismo la confrontación política que todavía hoy pega sus coletazos. Su padre era federal y su madre unitaria. Nació en el caserío de Petriel. Sus padres trabajaron al sur de la provincia, por lo que su crianza quedó a cargo de la prima de su madre. La provincia entonces era gobernada por Juan Manuel de Rosas. Una vez fallecida su madre se trasladó a Camarones, al sur de esta provincia, por recomendación de los médicos para superar una enfermedad. Debido a que su padre se desempeñaba como capataz pudo observar de cerca la lengua, vida y códigos de los gauchos. Poco después del fallecimiento de su padre, se instaló en Paraná (Entre Ríos), por entonces capital de la Confederación. Por los enfrentamientos civiles durante los años '50 y '60, se trasladó varias veces. Vivió en Brasil, Entre Ríos, Rosario y Montevideo. Dos años después, gracias a su amnistía pudo regresar al país. 

Como otros escritores de la época, cuando el campo literario aún estaba en formación, realizó diversas actividades: fue poeta, periodista, orador, comerciante, contador, taquígrafo, estanciero, soldado y político. 

Su militancia política se materializó tanto en sus textos literarios como periodísticos. Escribió artículos condenatorios contra el asesinato del caudillo riojano Vicente 'Cacho' Peñaloza para el diario El Nacional Argentino, que después fueron publicados en el libro Rasgos biográficos del General Ángel Vicente Peñaloza. Fundó el diario El Río de la Plata, donde se escribió a favor de los gauchos y se denunciaron los abusos de las autoridades de campaña. Este diario fue opositor del entonces presidente Sarmiento, defensor de la civilización, lo que era sinónimo de la europeización. En el mismo diario, publicó un artículo a favor de la soberanía de Malvinas, en 1869, donde hizo hincapié en la importancia de 'velar por la integridad del territorio y los intereses argentinos'. Anotó: 'esos derechos no proscriben jamás'. Creó el diario El Eco de Corrientes, cuyas instalaciones fueron destruidas por sus adversarios políticos. Colaboró en los periódicos La Reforma Pacífica (órgano del Partido Reformista), El Argentino, de Paraná, y La Patria, de Montevideo. 

El gaucho Martín Fierro (Martín en honor a Güemes) apareció publicado en 1872. En una carta a su amigo Zoilo Miguens, Hernández le escribió: 'Quizá la empresa hubiera sido para mí más fácil y de mejor éxito, si sólo me hubiera propuesto hacer reír a costa de su ignorancia (…) Martín Fierro no va a la ciudad a referir lo que ha visto y admirado en un 25 de mayo u otra función semejante, sino que cuenta sus trabajos, sus desgracias, los azares de la vida de gaucho, y Ud. no desconoce que el asunto es más difícil de lo que muchos se lo imaginarán'. Por entonces los gauchos eran incorporados a la literatura como parte de la 'barbarie', cuya pertenencia ya había sido señalada por Sarmiento, junto con los indios. Objetos de la burla y de la sátira, el tratamiento que se hacía de ellos enfatizaba el lugar de la civilización, que se asentaba en la ciudad. 

En 1879, es publicada La vuelta de Martín Fierro. Ese mismo año, durante la presidencia de Nicolás Avellaneda, Hernández llegó a ser diputado, vocal del Consejo General de Educación y senador por la provincia de Buenos Aires, en 1881, y reelecto en 1885.

Será recién en 1916, cuando Leopoldo Lugones , en su ensayo El payador, declare al Martín Fierro poema nacional, una épica fundacional a la manera en que lo fueron la Ilíada o la Odisea para los griegos. 

'Este poema largo es una ilustración de un estado social, político, ético y económico desmoronado y desmoronándose. El arte literario, gauchesco en la escritura de Hernández, denuncia el hambre, las vejaciones, la laceración de una humanidad que aún perduran. Es por eso que el Martín Fierro es de una extrema intemporalidad: traspasa todos los tiempos. […] Ante una cultura desmembrada, invita a pensar que lo que se refleja es un sistema social corroído por dentro y es desde allí que se puede entender la verdadera batalla de Martín Fierro y de muchos de sus personajes: salvarse de una caída inevitable más que por ascender desde su postración hacia niveles mejores de vida', sostiene la investigadora Nathalie Goldwaser Yankelevich. 

Innumerables han sido las reelaboraciones, contraescrituras literarias y reescrituras del Martín Fierro en los siglos XX y XXI. Sin embargo, poco se lee, poco se sabe de él, poco se atiende. Como si parte de nuestra identidad debiera ser censurada, negada, tachada, decorada con gorros de baseball, remeras con inscripciones en inglés, fraseos importados que mezclan el lenguas foráneas con el lunfardo, algo de la globalización que nos da pero también nos quita.

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