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Las bancas en disputa

23/10/2025
Las bancas en disputa

Esta elección de medio término es clave para el Gobierno de Milei. Los libertarios renuevan solo 8 de 37 bancas en Diputados y ninguna de sus 6 en el Senado. Así que deberían aumentar sus escaños, pero la aritmética pone un límite: no alcanzará el tercio propio, fundamental contra el juicio político y para blindar vetos. Así que necesitará sí o sí a los bloques 'dialoguistas'. El peronismo, en cambio, arriesga mucho, aunque retendría la primera minoría: se estima que fluctuará entre 86 y 100 diputados y 28 a 32 senadores. La polarización amenaza a las terceras fuerzas como el radicalismo, la Coalición Cívica y el FIT.  

Por Manuel Barrientos

Los dados han sido echados, o están a punto de serlo, en esta elección de medio término que definirá los nuevos rostros del Congreso. El péndulo, se sabe, rara vez se detiene en el punto exacto. El Gobierno nacional desliza encuestas que dan a Libertad Avanza recortando distancias con el peronismo en la provincia de Buenos Aires y triunfando por pocos puntos a nivel nacional. Por eso, celebran por anticipado un crecimiento de sus bancadas. Pero una lectura atenta de los números desnuda la real dimensión de lo que les espera. A partir del 27 de octubre se abre un nuevo mapa político, que obliga al gobierno de Javier Milei a trazar acuerdos con viejos aliados maltratados. Ya se lo solicitaron el Fondo Monetario Internacional y el secretario del Tesoro norteamericano: a cambio de financiamiento para sostenerse en el poder, el Presidente debe generar una mayoría parlamentaria. O, al menos, una minoría superior al tercio que le permita seguir gobernando con la lógica del decreto y el veto.

Paremos la pelota. En principio, los libertarios tienen todo por ganar en términos de escaños. En el Senado, no renuevan ninguna de sus seis bancas actuales (todas fueron obtenidas en 2023). En Diputados, ponen en juego sólo 8 de 37 lugares. Por eso, el resultado, en cualquier escenario, representará un aumento cuantitativo de los parlamentarios 'puros'. En otras palabras, los bloques violetas serán más grandes. 

Pero la aritmética, esa enemiga íntima de las épicas, pone un límite de hierro. No habrá tercio propio. Y ese no es un dato menor. El tercio (86 diputados, 24 senadores) es el muro de contención contra el juicio político y la llave para blindar cualquier veto presidencial. En el mejor de los mundos posibles para LLA, en Diputados podrían llegar a las 77 bancas. Quedarían a nueve del tercio mágico. Entonces, Milei deberá apelar, sí o sí, a los bloques 'dialoguistas' para no ser devorado por cualquier embestida opositora. Cerrar el gabinete cada vez más a los propios, como quedó evidenciado con el nombramiento de Pablo Quirno como canciller, no parece ser el mejor camino. Todo queda en mano de los Caputo, sean Toto o Santiago.

El panorama en el Senado es similar. Ni aún con los acuerdos más beneficiosos con el macrismo, LLA estará cerca de las 24 bancas. Las estimaciones más optimistas, que divulgan desde las fuerzas del cielo, los ubican en 18 escaños. La conclusión es que suben las acciones del PRO. Los violetas tendrán que ir al pie de los amarillos. Y si no hay aluvión mileísta en las urnas, el costo será más alto. 

Hay, además, una paradoja de la que pocos hablan. En estos dos años, los libertarios sufrieron una sangría de diputados que habían ingresado por su lista, desde aquellos que provenían del MID a Marcela Pagano o Lourdes Arrieta. ¿Qué garantiza que no puede pasar lo mismo en el próximo bienio?

La contracara es la realidad de Unión por la Patria (UP), el espacio que más bancas pone en juego. De las 98 que ostenta en Diputados, 46 vencen. En el Senado, renueva 16 de 34. En la Cámara alta, retener todo es impensado. Las proyecciones indican que el bloque de Mayans podría fluctuar entre 28 y 32 bancas. Se alejan del quórum que tuvieron hasta diciembre, pero mantienen la primera minoría.

En Diputados, el panorama para el peronismo es mejor. Los analistas señalan que podría retener 86 bancas; en el mejor panorama, alcanzaría los 100. En la provincia de Buenos Aires, los más optimistas señalan que podrían llegar a obtener entre 18 y 20 diputados. En ambos cálculos, retiene la primera minoría. Algo fundamental para  impulsar leyes y para lograr el control de las comisiones.

 

El declive de las terceras fuerzas

Un informe del recomendable newsletter 'Hecha la Ley' –que llevan adelante Deborah de Urieta, Jazmín Bullorini y Carolina Ramos– recuerda que el juego de poder en el Congreso, en los dos años iniciales de la gestión Milei, tuvo en Encuentro Federal (Diputados) y Provincias Unidas (Senado) un factor determinante. De estos bloques dependió la sanción de las iniciativas impulsadas por el Gobierno (Ley Bases, Paquete Fiscal) y también las grandes derrotas que sufrió el Ejecutivo (Emergencia en Discapacidad, Ley del Garrahan, Financiamiento Universitario). Ahora arriesgan 7 de 15 bancas en Diputados y 3 de 5 en el Senado. Será fundamental, para seguir terciando, que puedan escapar del efecto polarizador en las urnas.

La polarización, una vez más, expande el temor en las fuerzas minoritarias. Coalición Cívica, UCR y el FIT tiemblan ante el riesgo de la mínima expresión. El espacio de Carrió arriesga 4 de 6 bancas en Diputados. El FIT, 4 de 5. Un mal desempeño podría reducirlos a una presencia testimonial.

El radicalismo, fragmentado en cuatro bloques, pone gran parte de su futuro en juego: la UCR (De Loredo): 11 de 14 diputados; Liga del Interior (los "radicales con peluca"): 3 de 6; Democracia para Siempre: 9 de 12; Unidos (Mario Barletta): 1 de 1.

De modo paradójico, puede ocurrir que un veinte por ciento de la población no tenga representación parlamentaria. Los pisos electorales pueden ser una vara imposible de sortear para 13 de las 15 listas que compiten en la provincia de Buenos Aires.

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