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Las primeras casas de remates feria

16/03/2024
Las primeras casas de remates feria

La organización de lo que luego sería Chacabuco no pasó solamente por lo administrativo y el trazado urbano, sino también tuvo que ver con asegurar el acceso a los medios de subsistencia para la población pionera. Así fue cómo casi en paralelo con la fundación del pueblo Guardia Nacional se comenzó a trabajar en la planificación de un mercado de abasto y, teniendo en cuenta la importancia que la carne tenía en la dieta alimentaria de ese entonces, la creación de un matadero municipal. En tanto, desde el ámbito privado comenzaron a verse cada vez más asiduamente los remates ferias, que solían hacerse en campos y chacras cercanos al ejido urbano.

Cuenta el profesor Oscar Melli que, en un principio, las ferias eran organizadas por casas de subastas radicadas en poblaciones de la zona, como Chivilcoy, Mercedes, Junín y Salto. Uno de los remates más antiguos que hay documentados se realizó en 1879 en un establecimiento ubicado a cuatro leguas de Chacabuco, en el camino de las mensajerías de Chivilcoy a Junín, cuyo propietario se llamaba Ventura Barrancos. En esa ocasión se subastaron 322 vacunos. Las ventas estuvieron a cargo del martillero Matías Ávila.

Pocos años después comenzó a operar en Chacabuco la firma Elizalde y Monti. Un medio de la época menciona especialmente un remate realizado durante los días 18 y 19 de diciembre de 1898 en la quinta de Monti, donde salieron a la venta ejemplares especiales de los hacendados Gregorio Villafañe, Alberto Rocha, Luis Costa, Alberto Bosch, Tomás Eliff, Pedro Altube, Pacheco Hnos. y Barrenechea, Juan Lobosco, Edmundo Perkins, Pascual Grisolía, Roque Vázquez Diez, Constancia Van Zuilen y Victorio Michel, entre otros.

Hacia 1904 inició sus actividades la firma Juan L'Hopital, que desarrolló sus actividades durante gran parte del siglo. En ese mismo año también tenía operaciones en Chacabuco una empresa de Chivilcoy cuya casa matriz estaba en Chivilcoy. Su titular era Mario Calderón.

Además, durante las dos primeras décadas del siglo XX tuvieron actividades las casas de remates feria de Michel y Cadelago, Barón y Sangiani, y Mateo Muro. En un aviso de esos tiempos se promociona un remate que Barón y Sangiani realizaron el 6 de febrero de 1910, en el que salieron a la venta productos de los establecimientos El Juncal, de Estrugamou; San Gerónimo, de Tormey; La Esperanza, de Perkins; La Negra, de Kenny; Las Toscas, de Keating; La Criolla, de Diehl; Las Golondrinas, de Maggi, y San Juan, de Lobosco.

Un artículo publicado por el periódico El Mentor en julio de 1911 daba cuenta del prestigio adquirido por el escritorio de Barón y Sangiani. 'Es una de las más importantes en su género de las que existen en la Provincia, no sólo por los grandes beneficios que reporta a los hacendados e invernadores del partido, si no por lo que ella abarca a todos los partidos limítrofes y aún los que no lo sean, que concurren con sus productos para la venta. Aparte de las facilidades que da a los compradores locales para el consumo de la población, presenta un mercado firme para los compradores de afuera, donde con seguridad hallan las haciendas que desean para su comercio de ganado', expresaba la nota.

Un panorama del sector del año 1913 indicaba que en ese momento se hallaban operando en Chacabuco las firmas Barón, Sangiani y L'Hopital, que hacía ferias los primeros y terceros domingos de cada mes; y Michel, Cadelago y Cía., cuyas subastas eran los segundos y últimos domingos. A su vez, en Rawson estaban Keating y Sangiani, que hacían ventas los terceros jueves del mes. En O'Higgins, en tanto, surgiría tiempo después la casa de remates de Maraggi y Goñi, que hacía sus subastas los días 5 de cada mes.

Todavía faltaban algunos años para que se radicara en Chacabuco otra casa de remates que hizo historia: Valentino Hnos. y Bertella.

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