"Lo más importante es la voluntad de los ciudadanos"

A días de conocerse los resultados de las elecciones legislativas, y luego de la presentación del Presupuesto 2026 para la provincia de Buenos Aires, el Intendente Darío Golía analizó la relación de la dirigencia peronista con su base electoral y la necesidad de empezar a mostrar ciertos consensos. Respecto a la discusión a cielo abierto que se viene dando en el justicialismo sobre el desdoblamiento de las elecciones, indicó que 'es una discusión abstracta' y aseguró: 'Tenemos que esforzarnos para ver cómo hacemos para que nos voten más y mejor, después los sistemas son favorables a uno o a otro según las circunstancias. Yo no me aferro a un sistema, son reglas de juego, lo más importante es la voluntad de los ciudadanos'. 

Por Martina Dentella 

-En función de los resultados de las elecciones legislativas, ¿qué intuís que le está pasando al electorado peronista con la dirigencia? 

-El voto del peronismo se conservó, lo que sí hubo fue una fusión muy grande entre lo que era Libertad Avanza y el radicalismo. Fundamentalmente se vio más en el interior, donde el radicalismo conserva todavía un piso más alto. En Chacabuco se vio linealmente, la fuerza de La Libertad Avanza más el radicalismo, más Potencia, terminó siendo el resultado final y el peronismo en cierta medida mantuvo su base electoral, menos algunos votos de extranjeros que no se pusieron en juego en esta elección. Había mucha oferta electoral a donde podrían haber apostado y sin embargo la gente optó por la polarización. 

Y después tiene que ver con un comportamiento del voto miedo: miedo a que el dólar estalle, a que se dispare, miedo al día después, miedo a que el Gobierno no termine su mandato. De alguna manera se eligió la continuidad aún con las dificultades que muchas veces tienen los mismos votantes, aún contra su propio interés. Fue un proceso muy similar al que se dio en el 2017 con Mauricio Macri, lo que no significó que después en el 2019 se haya dado su triunfo, terminó perdiendo, aunque en las legislativas le dieron una segunda oportunidad. La gente les dio una segunda chance esperando que las cosas mejoren. Creo que éste es el panorama en el que nos encontramos. 

-¿Cómo se hace para que la dirigencia deje de mostrar la fragmentación y empiece a unir los pedacitos? 

-Hay que dialogar, sin dudas también hay que discutir, pero fundamentalmente hablar sobre los puntos y los pareceres, tratarlo en una mesa y cuando el objetivo es el bien común, lo mejor para la gente, lo mejor para el movimiento, es mucho más fácil llevar a esos acuerdos. Es como decía el General Perón: primero la patria, después el movimiento y por último los hombres. Para nosotros es: primero chacabuco, después el movimiento, y por último están las condiciones personales. Y muchas veces todos tenemos que resignar y restringir un poco nuestras propias aspiraciones en función de conservar un colectivo mayor. Todo es más que las partes, decía el Papa Francisco. Encontrar ese equilibrio no es lo más fácil, no es lo más sencillo, es trabajoso, pero ese es el objetivo a lograr. 

-Los intendentes hacen mucho con poco, y son la primera línea de la política, ¿creés que faltó que se escucharan un poco más? 

-En las distintas esferas se juegan cosas diferentes, a veces las discusiones que se dan en otro ámbito no llegan al territorio. La discusión en el distrito está en el día a día, en el contacto con la gente, terminan siendo esas cosas cotidianas las que valora el vecino: si le arreglaste el cordón cuneta, si le arreglaste la calle, si le resolviste un traslado, si le pudiste resolver la prótesis. El Municipio, que tiene que llevar adelante una administración de cara a la gente. Quizás en otro ámbito, en la superestructura, hay otro tipo de discusión y de debate que tiene que ver con la macroeconomía, con cosas muy importantes, pero que no se ven reflejadas en el día a día. 

-Respecto al presupuesto que presentó ayer el Gobernador, ¿qué análisis hacés del presupuesto y qué opinión tenés sobre el pedido explícito del Gobernador de poder tomar deuda?

-Primero, la Provincia de Buenos Aires está en estado de emergencia económica, hay una deuda que tiene el Gobierno Nacional con las provincias y especialmente con la nuestra, de 13 billones de pesos. Eso sin duda condiciona el funcionamiento de la administración pública. Y todos los indicadores de consumo, tanto del 2024 como del 2025, están por debajo de lo que fue el 2023. Eso hace que también se vaya debilitando la economía bonaerense por estas dos vías, tanto por recibir menos recursos de nación, como por la propia recaudación de la provincia por la baja actividad. Además, se cortaron una cantidad de recursos de nación a provincia, como por ejemplo el Fondo de Seguridad que era para comprar patrulleros, poner cámaras, llevar adelante un montón de cosas.

Y este año la provincia de Buenos Aires no tuvo su Presupuesto, no tuvo endeudamiento, no tuvo su Impositiva y esto generó enormes dificultades a la hora de llevar adelante la administración provincial, como las administraciones locales. 

Hablamos con los intendentes y todos tenemos las mismas dificultades, las problemáticas son similares, y ese no es un dato menor. 

-¿Crees que al margen de la interna a cielo abierto que se desató entre distintos sectores del peronismo, van a acompañar al Gobernador en este presupuesto? ¿El año pasado hubo responsabilidades que vinieron del propio peronismo?

-Sí, no me consta que haya sido por el peronismo. Creo que todos tuvieron la mejor voluntad. 

Pero el presupuesto no tiene sentido si no va acompañado con la impositiva y el endeudamiento, que son tres herramientas fundamentales. Para el endeudamiento se necesitan dos tercios y eso es lo que muchas veces traba las cosas. 

Por otra parte, la provincia de Buenos Aires ha bajado su deuda pública desde el 2019 a la fecha del 9 al 6 por ciento del Producto Bruto Geográfico de la provincia. Además, ha mejorado el perfil de deuda, que la mayor parte era en dólares y ahora se pasó a pesos. 

De todos modos, el año que viene tiene que hacer frente también al compromiso de deuda y de no tener esta nueva herramienta que es el endeudamiento provincial, tendría que hacer frente con recursos propios y eso sería tremendo para el funcionamiento de la gestión provincial y sobre todo de los municipios. Es lo que planteó el gobernador. 

-Para garantizar la mayoría parlamentaria que necesita el gobernador para aprobar estas leyes fue clave el triunfo del 7 de septiembre, ¿creés que fue acertado el desdoblamiento?

-Yo creo que sí, en cierta medida fue acertado. Primero hay que tener en cuenta que la gente distingue lo que era nacional, de lo provincial, de lo municipal y eso se vio plasmado. Muchas veces se nacionalizan o se municipalizan las elecciones y está bueno que la gente pueda decidir cada voto y no sea el voto arrastre a cualquier cosa. Esto fue importante, pudimos fortalecer los concejos deliberantes y fortalecer la provincia de Buenos Aires donde se dio una discusión. Después, el desdoblamiento era inevitable, porque el sistema generó mucho temor en la participación por una sola boleta, si hubiera habido varios cuerpos o dos sistemas el mismo día, hubiese sido muy engorroso. Ese escenario era complejo de todas maneras. Hoy con los resultados uno puede hacer diferentes especulaciones, sobre quién arrastraba a quién, pero tampoco le cambiaba la vida a nadie, porque el perder por un punto en la provincia de Buenos Aires, que es importante y significativo en términos de lectura política, no hubiese cambiado la cantidad de legisladores nacionales. Por otro lado, hoy tenemos ambas cámaras con mayoría en la legislatura bonaerense, que también es importante como herramienta. Por lo tanto me parece que es una discusión más abstracta, y que nosotros tenemos que esforzarnos para ver cómo hacemos para que nos voten más y mejor, después los sistemas son favorables a uno o a otro según las circunstancias. Yo no me aferro a un sistema, el sistema son reglas de juego, pero lo más importante es la voluntad de la gente, no podemos subestimarlo. Creo que enaltecemos la democracia tratando de recuperar los votos que muchas veces se pierden o se ganan en función de determinadas acciones del gobierno.