Luna de miel

Como toda gestión que recién comienza, el tercer mandato de Dario Golia al frente del municipio merece y debe tener su 'luna de miel'. Así se llama al periodo de más o menos tiempo que un nuevo gobierno dispone para hacer ajustes o aplicar nuevas políticas que permitan resolver los problemas cotidianos de los vecinos. Cada inquilino temporario del principal palacio de la ciudad tiene la ventaja de que nadie lo hará responsable de las políticas económicas que impactan en el corazón de la dinámica del día a día de una familia. El vecino de a pie tiene claro lo que espera de un jefe de gobierno en una ciudad del interior de la provincia de Buenos Aires. El buen funcionamiento de los servicios públicos, como limpieza, agua potable, iluminación y cuidado de las calles, son parte de las cuestiones primarias que deberían ser consideradas como resueltas. Luego se suman reclamos como el ordenamiento del tránsito, producto del crecimiento del parque automotor que incluye a las motocicletas y el flagelo de la inseguridad. Ahí está claro que a veces no alcanzan los esfuerzos ni los recursos para poder lograr estadísticas que conformen a la mayoría de la población, pero no por eso hay que dejar pasar la oportunidad de estar muy atentos y ser creativos a la hora de pensar en respuestas concretas. Eso se espera del nuevo Secretario de Seguridad y del flamante responsable de la Comisaría local. Ambos saben de qué se trata la cuestión y de la certeza en las respuestas depende la estadía en la ciudad. Si logran el objetivo que seguramente los impulsó a aceptar un nuevo desafío tendrán el reconocimiento de la comunidad.
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