Más allá de nuestras anteojeras occidentales

OPINIÓN / Por Gustavo Porfiri
Esta semana, en el marco del 80° aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y de la Guerra Mundial Antifascista, el presidente de China, Xi Jinping, ha hecho un llamado a la comunidad internacional a actuar conforme a los principios de igualdad, equidad y justicia.
"La humanidad habita el mismo planeta y debe permanecer unida en solidaridad y coexistir en armonía, sin volver nunca a la ley de la selva, donde los débiles son presa de los fuertes", manifestó el presidente Xi.
Recordando la sangrienta lucha del pueblo chino y la importancia de preservar la paz para forjar el futuro, el mandatario asiático se refirió a la necesidad de mantener los principios y "defender los valores comunes de toda la humanidad". "La historia nos advierte que la convicción de la justicia no puede ser sacudida, la aspiración a la paz no puede ser frustrada y la fuerza del pueblo no puede ser derrotada", aseveró.
Para garantizar la "rectitud y claridad" en el mundo, hay que "defender con determinación la equidad y la justicia", recalcó. "En todo momento debemos seguir con firmeza el camino del desarrollo pacífico, salvaguardar con firmeza la paz y la tranquilidad mundiales y unirnos para construir una comunidad con un futuro compartido para la humanidad", dijo. En este sentido, afirmó que, en tanto el pueblo es quien crea su propia historia y la búsqueda de una vida feliz y próspera es la "aspiración común de todas las naciones", las preocupaciones deben ser de todos y las soluciones deben dirigirse al beneficio común y el bienestar global.
Finalmente, Xi enfatizó que China siempre será el motor de la paz, la estabilidad y el progreso, y que la modernización que persigue sigue el "camino del desarrollo pacífico". "Esperamos sinceramente que todas las naciones aprendan de la historia, valoren la armonía, impulsen conjuntamente la modernización mundial y creen un futuro más brillante para la humanidad", concluyó.
La sordera de la UE
Claro, desde nuestra óptica forjada en el Occidente imperial, todo esto nos suena raro, a 'cuento chino'. Recordemos que por estas horas, desde las cúpulas gobernantes europeas se nos plantea llegar a la paz -en el caso de Ucrania- transitando por el camino de la guerra. Eso proponen: aumentar el presupuesto militar a niveles nunca vistos -en detrimento del bienestar histórico de los europeos- para seguir manteniendo el régimen nazi de Kiev. No aceptan la estrepitosa derrota que están sufriendo en los campos de batalla, por el contrario, quieren que sigan muriendo ucranianos empuñando las armas que ellos les mandan. ¡Qué pena dan los gobernadores de las potencias europeas!
Qué pena da -por ejemplo- la alta representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, Kaja Kallas, mofándose del encuentro de una veintena de mandatarios promotores del mundo multipolar que esta semana se dio en China. "Al ver hoy al presidente Xi junto a los líderes de Rusia, Irán y Corea del Norte en Pekín, no se trata solo de una imagen antioccidental: es un desafío directo al sistema internacional basado en reglas", afirmó Kallas, demostrando una carencia total de las condiciones mínimas que requiere su cargo. Con ese nivel de análisis, esta mujer no da ni para candidata a concejala en las elecciones bonaerenses de este domingo.
Las cosas donde van
A estas posturas tan ciegas provenientes del Occidente imperial, ese mismo que no puede aceptar su responsabilidad absoluta en el fracaso civilizatorio en el que nos ha hundido, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, María Zajárova, respondió que frente al enfoque segregacionista de las "dictaduras liberales occidentales", Rusia y China "son la esperanza de la humanidad". "Nosotros somos la esperanza, nuestros países son la esperanza de que lucharemos por el derecho internacional, de que defenderemos los valores tradicionales, los valores fundamentales que forman a las personas y son la esencia de nuestra humanidad. Nuestros países son los Estados que históricamente siempre han luchado por un mundo justo", dijo en una entrevista con RT.
En su opinión, ambas naciones siguen librando una lucha por impedir que triunfe la lógica promovida por las naciones occidentales de "dividir el mundo" entre aquellos que pueden aspirar a ciertas cosas, y otros que "no tienen derecho a nada, que solo deben servir a los intereses del primer grupo". Una batalla que se remonta a la Segunda Guerra Mundial porque el nazismo, la segregación racial y la xenofobia "no se erradicaron por completo", y que hoy se libra "en los foros internacionales, en la arena internacional", precisó Zajárova.
Hay un párrafo que conviene destacar de lo expresado por la portavoz rusa, cuando hizo hincapié en que la ética que defienden Moscú y Pekín no hace parte de una nueva corriente, sino de "los verdaderos valores sobre los que se construyó nuestro mundo, y que siguen siendo su fundamento", y que sus esfuerzos conjuntos son por la libertad no solo de sus propios pueblos. "El mundo nunca será perfecto. Nunca será ideal. Nunca será 100 % justo, pero tenemos que avanzar hacia esos valores, los verdaderos valores, y eso es por lo que luchan nuestros países".
Ahí está el huevo, ¡no lo pise! Se trata de enfilar hacia donde marcan los señores que aparecen en la foto que ilustra esta nota. El mundo viejo, ese que venimos padeciendo desde, podríamos decir la Paz de Westfalia, si quieren un mojón lejano, o desde el final de la Segunda Guerra Mundial, si prefieren uno cercano, ya no nos da respuestas. Vayamos hacia el nuevo horizonte.
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