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Milei llega con números en rojo

12/08/2025
Milei llega con números en rojo

La suba del dólar oficial recalentó el precio de los alimentos. El consumo sigue complicado y cae el poder adquisitivo de los salarios. Industria y construcción, en baja. Todos los indicadores encienden alarmas en el Gobierno ante las elecciones desdobladas de septiembre y octubre.

Desde que Javier Milei asumió la presidencia, la situación para la mayoría de los argentinos se ha puesto cada vez más dura. A la gente le cuesta más llegar a fin de mes, las deudas familiares aumentan y el consumo no levanta cabeza. Con las elecciones desdobladas de septiembre y octubre a la vuelta de la esquina, el Gobierno empieza a mostrar señales de desesperación. Se los ve dando manotazos de ahogado, como la errática cadena nacional del viernes o las noticias falsas contra el gobernador Axel Kicillof, impulsadas durante de fin de semana por el propio presidente y su vocero Manuel Adorni.

La ilusión del freno a la inflación sigue siendo el principal baluarte del Gobierno. Pero también en esa línea se observan otra vez datos muy preocupantes. A finales de julio, el dólar oficial subió y esto hizo que los precios volvieran a dispararse, especialmente los de los alimentos básicos. La consultora LCG reportó un aumento semanal del 2% en la primera semana de agosto en alimentos y bebidas, especialmente en carnes, verduras y frutas. Esto demuestra que la supuesta "estabilidad" es muy frágil. Además, las grandes empresas subieron sus precios entre un 3% y un 9% después de la devaluación del dólar, lo que hace prever que la inflación de agosto será mayor que la de julio. Esto no solo pulveriza los salarios, sino que también muestra que el gobierno no tiene herramientas para controlar a las grandes corporaciones.

Mientras los precios suben, los sueldos se hunden. Aunque el gobierno alardea de una supuesta recuperación salarial, la realidad es mucho más oscura. El salario de los trabajadores registrados lleva un trimestre consecutivo en caída, con una contracción acumulada de 5,4 por ciento, según datos de la Secretaría de Empleo nacional.

Esta caída de los ingresos se refleja directamente en el consumo minorista. Según la CAME, las ventas cayeron un 2% interanual en julio. Si bien esta cifra puede parecer menor en comparación con el desplome del 15,7% del año anterior, es un retroceso sobre una base de comparación ya de por sí catastrófica. La mayoría de los comerciantes consultados por CAME afirman que la situación económica de sus negocios "se mantuvo igual" respecto a un año en que el panorama era extremadamente negativo, y un 30% reconoce que "empeoró". La esperanza de una mejora a futuro parece dividirse, pero el porcentaje de quienes creen que la situación empeorará ha crecido. Esto evidencia una falta de visión y de políticas que impulsen una recuperación genuina, más allá de los datos engañosos.

La política económica del gobierno de Milei ha golpeado con particular dureza a la producción nacional. La Provincia de Buenos Aires, el motor económico del país, es un claro ejemplo de este desguace. El Producto Bruto Geográfico (PBG) de la provincia cayó un 2,2% en 2024, de acuerdo a los datos oficiales. Los sectores productores de bienes, con la excepción de la actividad agropecuaria que se recuperó de una sequía histórica, han sido los más afectados.

La industria nacional también está en caída libre. Junio fue el tercer mes consecutivo con descenso del Índice de Producción Industrial manufacturero. El panorama de este semestre no puede ser más desalentador, con una caída del 1,6% en lo que va del 2025. El 70% de los puestos industriales formales perdidos en 2024 corresponden a la provincia de Buenos Aires, un dato que revela el costo social de las políticas desindustrializadoras del gobierno de Milei.

Y la construcción no se queda atrás, con un derrumbe interanual del 26,4% en junio. La eliminación de la inversión pública en infraestructura por parte del Estado nacional ha dejado escuelas, rutas y hospitales abandonados, afectando a miles de trabajadores y empresas del sector. 

El panorama fiscal tampoco es alentador. La recaudación nacional de impuestos coparticipables está por el piso, reflejo directo del estancamiento de la actividad económica. En 2025, la recaudación coparticipable se encuentra un 9,5% por debajo de 2023, lo que se traduce en una reducción de 7 billones de pesos que perjudica gravemente a las provincias. La conjunción de estos datos muestra un cuadro alarmante. La política de shock de Milei no sólo no ha logrado sus objetivos declarados de estabilizar la economía, sino que ha profundizado la crisis en los sectores productivos y ha erosionado el poder adquisitivo de los argentinos. Mientras el Gobierno nacional se jacta de una recuperación que solo existe en sus discursos, la realidad de las calles, de los comercios y de las fábricas es de un deterioro social y económico cada vez más profundo. Y el calendario electoral ya acelera su cuenta regresiva.

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