"No soy bombero pero siento el mismo espíritu ante la sociedad"

El señor de la sirena

Esa que nos hiela la piel cada vez que la escuchamos sonar, no importa la hora, todos pensamos en los nuestros.

 

El peligro acecha cuando suena la sirena de los bomberos voluntarios, aunque a veces nuestros servidores públicos se comunican por sus radios, depende del siniestro y eso hace que tal vez nos enteremos cuando ya pasó todo.

 

Los escuchamos salir, los vemos actuar a través de redes sociales o videos de algún medio que llegó y nos va transmitiendo tranquilidad. ¡Con suerte!

 

Los vemos llegar y lavar los móviles, sus rostros cansados delatan la extensa y dura jornada y doy fe que dejan todo y salen corriendo y es literal, ante la llamada del deber.

 

Tal vez no debería pero lo hago con orgullo que lo veo en casa, lo vive a diario la familia de mi hijo Nicolás que además de su carrera comparte su tiempo entre su hogar y el cuartel.

 

¡Los admiro profundamente!

 

Pero siempre me pregunté quién estaba detrás del sonido estridente y alerta. Siempre ahí, justo para atender cada llamada, dar el primer paso para que todo vaya sobre rieles ante un evento, el siniestro  que nadie quiere anunciar, el sonido que nadie quiere emitir.

 

Entonces encontré a uno de los responsables desde que comienza todo con un alerta telefónico hasta verlos llegar y darles un mate, un café, un chiste infantil, o simplemente, acompañar en silencio.

 

Jorge Eduardo Flores es uno de los guardias que está encargado de hacer el nexo entre el llamado telefónico y los bomberos.

 

¿Cuánto hace que trabajas en el cuartel?

 

Entramos en 2001. Fue ese año que nos quedamos sin trabajo por la crisis y nos tomaron a cuatro que ya teníamos 40 y pico de años, y aquí estamos.

 

Gracias a Dios, uno no tiene más que agradecimiento, porque entramos ahí con una cosa completamente distinta a lo que hacíamos en nuestra vida, en nuestros otros trabajos.

 

¿Los prepararon?

 

Claro, no somos bomberos y al entrar nos prepararon con cursos y clases, sobre todo nos enseñaron  a manejar las radios Hicimos un curso con el 911 de Capital. Y así empezamos.

 

Entonces, ¿no sos bombero?

 

No, yo soy guardia de bomberos. O sea, somos empleados de bomberos, en realidad más que un trabajo, nos empezamos a sentir útil a la sociedad. Porque donde estamos nosotros es donde  están todos los llamados, donde tocamos sirena, donde tenemos que decidir.

 

¿ Hay buenos vínculos más allá de su tarea diaria?

 

Hemos hecho grandes amigos ahí adentro, es decir  que más que una actividad laboral es algo lindo más allá de las circunstancias porque estamos ahí feriados, de noche, de día, o sea las 24 horas los 365 días del año, incluso las fiestas.

 

No hay fechas que se exceptúan a los servicios del cuartel

 

¿Cuál es tu función?

 

Nuestra función, exactamente es dividir las 24 horas en tres turnos de ocho. Y  estamos un turno a la mañana, uno a la tarde y uno a la noche. Y lo que hacemos es recibir los llamados y de ahí evaluar, ¿no es cierto? Evaluar si uno es para sirena, otro es para la guardia. Tenemos tres alertas en realidad, que son  alerta amarilla, naranja y roja. depende de lo que sea,

Si es algo chico, amarilla, si algo más o menos sería incendio de pastos, es naranja y si es algo inminente ya sea una casa, un auto  o accidente es alerta roja  y de acuerdo a eso tocamos la sirena o la sacamos por handy, la sacamos por una alerta porque para eso tenemos dos o tres herramientas antes que de la sirena.

¿Por eso  no siempre suena la sirena?

 

Cuando yo digo alerta amarilla o naranja llamamos a la guardia, en la cual hay una dotación de 6 personas que están, digamos para las cosas más chicas, por un incendio de pastos por ejemplo. Se llama a la guardia primero mediante handy y mediante la alerta bombero que tenemos entonces lo llamamos a ellos solos, si la cosa pasa a mayores, ellos piden refuerzo desde el lugar y muchas veces ni se enteran en casa.

 

¿Hay vocación aquí?

 

Hay una vocación, se vuelve una vocación, cada día y se agranda con el tiempo.

 

¿Tuviste que aprender sobre RCP por ejemplo?

 

A nosotros nos dieron un curso también como guardia de RCP. Puede pasar y ojalá Dios no lo permita, acude alguien con un evento, si estoy solo mientras lo hacemos, llamamos al que esté, al que viva más cerca pero lo importante es mantener la calma .

 

¿Cómo es el tema de las llamadas?

 

No es algo que tiene una rutina fija, dependemos de quién nos llame.

 

¿Cómo es eso?

 

El éxito de los operativos de bomberos entre otras cosas  dependen del éxito de quién nos llama. O sea que está dividido. Para que las cosas salgan lo mejor posible. Las cosas pueden salir súper bien o regular porque dependemos de quién nos llama,

 

Hay gente que ante una situación de shock no puede explicar lo que está pasando, hace lo que puede y dependemos de esa voz del otro lado del teléfono ante una emergencia desde un incendio, vuelco o accidente.

 

Hay muy poca gente que ante un hecho te lo dice tranquilo, te describe y te explica todo.

 

A veces no le podes sacar mucha información por la desesperación. Técnicamente no podes hablar cuando estás así, con un susto. Y cuando eso pasa se trata de calmarlo, para sacarle detalles de la escena del siniestro, aunque a veces se complica porque hay gente que te llama llorando y  ve un 30% de lo que está pasando, es una adrenalina inexplicable y depende de hacer las cosas lo mejor posible para que todo pueda salir bien.

 

¿Ustedes también llaman al hospital?

 

Una vez que tenemos a los bomberos ya saliendo automáticamente llamamos al hospital y 

 

a la policía para no perder tiempo. ¡Es la consigna! .

 

¿ La jornada muy dura viene a casa?

 

Lo ideal es que no. Pero muchas veces venimos agotados, sobre todo en la tarde porque hay muchas llamadas.

 

¿Llamadas en vano?

 

 Por ahí, no hay tanto como antes. Cuando recién entramos teníamos aproximadamente 100 llamadas desde teléfonos públicos que eran falsas. Pero ya sabíamos cuando te llaman dos veces, tres del mismo número, pero ahora no, se cortó mucho, gracias a Dios.

 

¿ Colabora la sociedad a la hora de un siniestro?

 

 Lo que pedimos a la sociedad es que no se meta, tienen que salir los bomberos y la gente los sigue. Es un llamado de atención para que no lo hagan porque también de eso depende la ligereza para llegar al lugar del siniestro Lo que pedimos y es para tenerlo en cuenta que ante sus dudas, si acaso temen una tragedia de alguien que conocen, llamen después de 5 minutos más o menos del toque de sirena porque si no nos entorpecen mucho porque tenemos que llamar a la ambulancia, a la policía mientras el móvil parte al siniestro. Entonces pedimos que no sé, 3, 4 minutos que nos liberen la línea, ¿no? para poder actuar rápido.

 

¿Un recuerdo difícil?

 

En realidad no soy de acordarme mucho pero hay cosas que me quedaron grabadas, digamos que me he amargado y prefiero dejarlo ahí.

 

¿Cómo sostienen los malos momentos?

 

Se come un asado, se charla, jugamos al truco también son momentos de esparcimiento. Yo siempre soy más optimista en el sentido de que siempre trato de decir algún chiste cuando vienen de alguna salida, tomamos mates  mientras acomodan los equipamientos y nos reímos un poco para bajar todos los decibeles.

 

¿Cómo los ves los chicos cuando llegan?

 

Depende Si pasa algo en un accidente y hay menores vienen con amargura. Desencajados. Tratamos de distendernos un poco, de tomar unos mates, de tomar un café.

 

¿Hay psicólogos para estos casos?

 

Si, en muchos casos. Yo no estaba con el choque de los aviones pero eso fue muy complicado. muy chocante para los bomberos. Sí, son cosas puntuales.

 

¿Cómo está conformada tu familia? 

 

Mi señora y mis dos hijos. Cuando yo entré en bomberos  los chicos tenían 5 años y 4 años hoy tienen 28 y 27 , y estudiaron los dos en Buenos Aires. Gracias a Dios le pudimos dar el estudio.

 

¿Algún hobby?

 

Me gusta caminar.  A veces me gusta leer, me gusta la historia. Y colecciono algunas antigüedades también."

 

No sé si desfilan, no sé si todos los conocen. Pero son el nexo entre el drama y la ayuda.

 

Decidir con la mente fría si eso es posible. Dar apoyo, atender llamadas, derivar y estar ahí para cuando vuelven. Descifran las alertas, descubren llamadas bromistas y tratan con empatía cada situación.

 

No pueden dudar a la hora de decidir cuándo tocar la sirena. De ello dependen vidas y daños materiales.

Jorge me dijo que tiene una frase que los define. ¡Entre madrugadas, amaneceres y una sirena!

¡Y no me imagino estar en su lugar!

 

¡Gracias Jorge y a nuestro cuartel de bomberos voluntarios!