Octubre mete ruido en septiembre

La provincia de Buenos Aires deberá renovar 35 bancas de diputados nacionales el 26 de octubre. Todos los mandatos que se ponen en juego. Las candidaturas deben presentarse el próximo 17 de agosto. Las peleas por lograr lugares en las listas comienza a golpear en las frágiles coaliciones que se habían construido para la campaña de septiembre.
La provincia de Buenos Aires ofrece un panorama inédito este año: elecciones desdobladas, pero con calendarios superpuestos; un sistema político con alianzas inestables; bajos niveles de participación; la novedad de la boleta única de papel. El combo complica los armados de listas para las nacionales del 26 de octubre y, como efecto dominó, amenaza con generar tensiones en el tramo final de los comicios provinciales y municipales del 7 de septiembre. Pero vayamos por partes.
La decisión del gobernador Axel Kicillof de desdoblar las elecciones enfrenta una complejidad extra. Los calendarios se chocan: el próximo jueves 7 deben presentarse las alianzas para las nacionales de octubre; y el domingo 17 de agosto será el turno de presentar las candidaturas a diputados nacionales. Esta superposición hace que un partido o sector político vaya en coalición con otro para septiembre, pero que pueda enfrentarse con sus aliados en octubre. De esta manera, el cierre de listas de diputados nacionales amenaza con que los acuerdos actuales lleguen detonados al 7 de septiembre.
Son 35 los cargos de diputados nacionales que deben renovarse en octubre. En 2021, Juntos por el Cambio ganó por un punto, pero el reparto de bancas fue parejo: 15 para la alianza entre el PRO, la UCR, la Coalición Cívica y Encuentro Federal; 15 para el entonces Frente de Todos; dos para La Libertad Avanza; dos para el Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad: y 1 para el randazzismo (es decir, para Florencio Randazzo).
Hay varias figuras fuertes que intentarán revalidar sus mandatos. Por la actual alianza entre libertarios y el PRO figuran Diego Santilli, José Luis Espert, Gerardo Millman y Alejandro Finocchiaro. Cuentan con una ventaja: quienes queden afuera de las listas, pueden tener un lugar en el gabinete nacional. Sin embargo, ya hay ex PRO como María Eugenia Talerico que irá por afuera con los colores de su frente Potencia Bonaerense.
En el caso del peronismo, deben renovar los ex ministros nacionales Daniel Gollán (hoy cercano a Kicillof) y Daniel Arroyo (quien preside la Comisión de Discapacidad); el mítico Leopoldo Moreau; los referentes sindicales Sergio Palazzo, Vanesa Siley y Hugo Yasky; las massistas Marcela Passo, Mónica Litza y Micaela Morán; los camporistas Constanza Alonso y Rogelio Iparraguirre… Pero la unidad amplia lograda para septiembre debería garantizarles lugares a Guillermo Moreno y Juan Grabois. A eso se suman a las promesas del kicillofismo de incorporar a dirigentes radicales como Ricardo Alfonsín. Además, está la potencial candidatura de Sergio Massa. Ante la expectativa de lograr entre 14 y 16 bancas, está claro que no habrá lugares para todos. Por eso, no es extraño que Grabois haya pedido encabezar la boleta y amenace ir por afuera.
También la coalición Somos Buenos Aires -entre radicales, peronistas disidentes, cordobesistas, monzoístas, GEN- es una olla a presión. Se les termina el mandato a Graciela Ocaña, Facundo Manes, Florencio Randazó, Emilio Monzó, Margarita Stolbizer y la juninense Danya Tavela, entre otros. El acuerdo electoral entre cinco gobernadores de diferentes extracciones partidarias que se presentó esta semana debería colaborar a levantar las expectativas de este espacio 'centrista federal', porque reúne a Martín Llaryora (peronismo cordobés), Maximiliano Pullaro (radical de Santa Fe), Nacho Torres (macrista de Chubut). Pero ya el cierre de septiembre fue complicado y dejó heridos como Monzó y Stolbizer. Además, la Coalición Cívica pone cuatro bancas en juego, que les será muy difícil revalidar.
Por primera vez, se votará con boleta única de papel. Esta herramienta que quita peso a la distribución de boletas por medio de la militancia partidaria, podría fomentar que algunas figuras se jueguen a ir con listas propias, como ya insinuó el Frente Patria Grande de Grabois. Sin embargo, la estrategia choca contra un problema: los bajos niveles de participación electoral. Para lograr una banca se debe superar el piso del 3% del padrón electoral del distrito. Es decir, que si la participación ronda el 50%, se debe conseguir casi el 6% de los votos. Así que el ausentismo implica una dificultad adicional y enciende una señal de alerta para las jugadas solitarias.
'Las bases demandan la unidad y quien rompa, pierde', señala una voz experimentada del peronismo bonaerense, que asegura que va a primar la racionalidad y habrá lista única de Fuerza Patria también en octubre.
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