Pensar en tiempos digitales: consejos breves para jóvenes (y no tanto) curiosos (Parte III)

Por Susana Manzi
En la primera parte hablamos de cómo las pantallas y las redes moldean nuestra forma de leer y pensar; en la segunda, de cómo esa lógica rápida y emocional también está colonizando la política. Ahora, quisiera proponer estos pequeños consejos para moverse con inteligencia en este nuevo clima cultural. Porque, como dice la canción de Mercedes Sosa, "yo vengo a ofrecer mi corazón", y desde ese lugar de profesora que acompañé a tantas generaciones de adolescentes, quiero regalarles a los más jóvenes, y no tan jóvenes, estas recomendaciones. No son fórmulas mágicas, sino simples consejos que nacen de la experiencia. Señales para el camino, como cuando después de los días grises llega la calma y el sol se asoma entre las nubes.
Hábitos para navegar con sentido
Aprendé a poner límites: No todo lo que circula en redes te hace bien. Igual que cerrás la puerta cuando hace frío, también podés cerrar las ventanas digitales que te intoxican.
Buscá el abrigo de la lectura profunda: Un buen libro es como un buzo en invierno: protege, calienta y da refugio. No dejes que la prisa de la pantalla te quite esa experiencia.
No te quedes con lo primero que ves: Una noticia estruendosa puede ser solo ruido. Investigá, compará fuentes, preguntá. Lo superficial puede brillar un segundo, pero la verdad necesita tiempo.
Compartí tus dudas: Conversá con tus amigos, con tus docentes, con tu familia. El diálogo construye puentes donde antes había paredes.
No todo es urgente: Cuando sientas que todo es ruido, likes y bronca, respirá. Hay espacios de calma, pensamiento y profundidad que valen la pena buscar.
Viral no es igual a verdadero: Que algo se vuelva popular no significa que sea cierto. Vos decidís hacia dónde caminar.
Cultivá tu atención: Aprender a concentrarte y a leer con atención es como sembrar en primavera: el fruto tarda, pero siempre llega.
Elegí bien tu entorno digital: Hay redes que inspiran, que enseñan, que acercan. Pero también hay otras que solo buscan arrastrarte. Aprendé a elegir de qué aire respirar.
No te olvides del mundo real: Disfrutá lo bueno de lo digital, pero no olvides lo más simple: charlar cara a cara, caminar, imaginar, crear. Ahí están los colores que ninguna pantalla puede dar.
Y ahora, una última cosa. Si llegaste hasta acá, si leíste cada una de estas palabras, quiero dejarte la recomendación más importante de todas, la número 10: olvidá todo lo que te dije y pensá por vos mismo. ¿Por qué? Porque cada consejo que te di está basado en mi experiencia, pero tu vida, tu contexto, tu forma de ver el mundo, son únicos. Porque educar no es repetir ideas, sino encender preguntas. Porque la libertad empieza cuando uno se anima a pensar con cabeza propia. Porque el corazón que vengo a ofrecerles no está hecho de certezas, sino de confianza en lo que ustedes puedan construir por su cuenta.
Como dijo Salvador Allende: "Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica".
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