¿Por qué creemos en el tarot, el horóscopo y otras descripciones que parecen hechas para nosotros?

Por Mariano Rato
¿Alguna vez leíste un horóscopo que parecía describirte a la perfección? ¿O completaste un test de personalidad online y sentiste que el resultado te capturaba completamente? Esa experiencia tan común tiene un nombre en psicología: el efecto Barnum . Este fenómeno describe nuestra tendencia a aceptar afirmaciones vagas o generales como si fueran especialmente diseñadas para nosotros. Lo interesante es que sucede más de lo que creemos y en situaciones que a veces ni notamos.
La primera vez que se estudió este efecto fue en 1948, cuando un psicólogo llamado Bertram Forer realizó un experimento sencillo pero revelador. Les pidieron a sus estudiantes que completaran un test de personalidad y, más tarde, les entregaron a cada uno un supuesto perfil basado en sus respuestas. Luego, les pidieron que calificaran qué tan precisos eran esos perfiles. Sorprendentemente, el puntaje promedio era altísimo: la mayoría sentía que los describían de manera exacta. Pero había un detalle importante: todos los estudiantes habían recibido el mismo texto. Era una descripción genérica que incluía frases como 'a veces tienes dudas sobre si tomaste las decisiones correctas' o 'necesitas que los demás te quieran y te admiren'.
¿Por qué funciona esto? Porque esas frases podrían aplicarse a cualquiera. Todos en algún momento hemos dudado de nuestras decisiones o aprobación deseada. Pero al leerlo en un contexto donde esperamos algo personalizado, lo interpretamos como único.
Esto no solo pasa con horóscopos o pruebas en redes sociales. Muchas prácticas como la astrología, la numerología o incluso algunos discursos motivacionales utilizan este tipo de afirmaciones para generar conexión con su audiencia. El truco está en que todos queremos sentirnos especiales, entendidos o vistos, y este tipo de lenguaje aprovecha esa necesidad.
Es fácil caer en este efecto porque juega con aspectos muy humanos: buscamos seguridad, queremos explicaciones para lo que nos pasa y, sobre todo, deseamos encontrar sentido en nuestras experiencias. Y no se trata de algo 'malo' en sí mismo. A veces, acepta una descripción que nos da cierta claridad o esperanza puede ayudarnos a avanzar. Pero es importante saber que no todo lo que suena verdadero lo es, y que no todas las afirmaciones tienen detrás de una base sólida.
Entonces, ¿cómo podemos evitar ser demasiado confiados? El primer paso es cuestionar. ¿Lo que estoy leyendo o escuchando realmente me describe, o podría aplicarse a cualquiera? También podemos pensar en el contexto: ¿viene de una fuente confiable? ¿Es un comentario genérico o está basado en algo concreto?
Reconocer este efecto no significa que debamos rechazar cualquier cosa que nos haga sentir identificados. Más bien, se trata de aprender a diferenciar entre lo que realmente tiene valor y lo que solo suena bien. Después de todo, las definiciones que otros hacen de nosotros no siempre coinciden con lo que somos.
Este pequeño experimento de hace más de 70 años nos dejó una lección importante: no todo lo que parece único lo es. Y al final, la mejor manera de conocernos no está en lo que otros dicen, sino en la reflexión que hacemos sobre nuestras propias experiencias y emociones.
facebook/instagram/youtube/spotify: marianoratopsicologo
Relacionadas
