Primeras conclusiones de una temporada muy particular

La temporada de verano en la costa bonaerense comenzó con datos y cifras bastantes dispares. Las malas condiciones climáticas de fines de diciembre y el éxodo a países limítrofes instaló la idea de un verano para olvidar. A medida que el sol empieza a calentar y corren los primeros días de enero, los números empiezan a mostrar otra tendencia. En los destinos más exclusivos, se mantienen los números de otros años, aunque en otros casos la situación responde a las bajas expectativas que los agentes turísticos venían planteando en los últimos meses impactado por la situación económica y la dificultad de competir con destinos extranjeros, principalmente las playas brasileñas, uruguayas y chilenas. Qué dicen algunos chacabuquenses que vacacionan en las playas del país. 

Mientras algunos destinos reportan una ocupación casi completa y un clima que ha mejorado en los primeros días del mes, otros experimentan una baja significativa en la cantidad de turistas y condiciones climáticas adversas.

Carolina, que vacacionó en Santa Clara del Mar los últimos días de diciembre y los primeros de enero, cuenta que 'la temporada parece fue muy floja, literal no había nada de gente ni en las playas ni en el centro y la peatonal'. 

El clima ha sido otro factor determinante en la experiencia de los turistas este verano. Además de los costos, quienes decidieron recibir el año cerca del mar debieron abrigarse y buscar refugio de las inclemencias del tiempo. Las temperaturas han sido inferiores a las esperadas para la época, con máximas que no superaron los 19 grados en algunos casos.

En Santa Clara del Mar 'el clima estuvo rarisimo estuvimos ocho días y solo nos tocaron dos con sol pero sin calor, mucho viento, tormentas y frío, de hecho a la noche dormíamos hasta con acolchados'. 

Algo de precios 

Según sus propios ticket que acumulan los veraneantes, un helado en la zona cuesta entre mil quinientos y dos mil pesos, una coca cola chica tres mil pesos y un choclo en la playa entre cinco y seis mil pesos. Además, según la misma vecina una habitación simple cuesta alrededor de veinte mil pesos por persona. 

Por otra parte, contó que 'el super re conviene porque este año ofrecieron muchas promociones bancarias con 20% o 30% de descuento y en algunas reintegro con o sin tope de dinero'. 

Juan P, otro vecino de la ciudad se encuentra en Pinamar. Allí sí 'la ocupación es casi completa, igual o levemente mejor respecto al último año'. Según su propio sondeo, 'hay muchos vehículos, hospedajes completos y circulación en centros y en paradores'. 

Respecto a las conductas de los turistas asegura: 'Veo menos ocupación en carpas en algunos balnearios, luego veo muchas promos en gastronomía, de combos de comida y bebida para incentivar consumo en restaurantes y quizás menos presencia en locales de indumentaria o productos pequeños de consumo'. 

Para los fanáticos del helado, en Pinamar se consiguen entre mil quinientos y dos mil pesos en cadenas de comida rápida, o entre cuatro mil quinientos o cinco mil quinientos en heladerías exclusivas o paradores. Respecto a los típicos paradores de la costa nacional, comer un plato de rabas para dos cuesta dieciocho mil pesos, mientras que el menú del día y otros menús con bebidas sin alcohol se consiguen por veinte mil pesos. 

Por último, en relación a las compras de supermercado Juan P. contó que 'si comparás y vas a más de uno, notás cómo varían precios por rubro: uno tiene carne más cara, en otro es la bebida, en otro los lácteos, la clave es recorrer'.